
El 67 por ciento de los jóvenes emancipados de Castilla y León vive en alquiler, aunque el 80 por ciento optaría por la compra, y además casi el 83 por ciento comparte la casa, fundamentalmente para dividir gastos, dado que la mayoría tienen importantes dificultades económicas y muchos de ellos dependen de rentas diferentes al trabajo para hacer frente al pago de la vivienda.
Estos son algunos resultados del estudio 'Tocando techo. La Juventud frente al problema de la vivienda' que ha elaborado el Consejo de la Juventud de Castilla y León y que se ha presentado en el marco de una jornada celebrada en el Consejo Económico y Social (CES) para analizar esta cuestión con administraciones y sociedad civil y tratar de aportar propuestas y soluciones para mejorar la situación, informa Ep.
Los principales datos los ha presentado la presidenta del Consejo de la Juventud, Sandra Ámez, quien ha estado acompañada por el presidente del CES, Enrique Cabero; la presidenta de la Federación Regional de Municipios y Provincias (FRMP), Ángeles Armisén; la directora general de Vivienda de la Junta, María Pardo, y Margarita García, en representación de las asociaciones de vecinos de Castilla y León.
El estudio, basado en 500 entrevistas a jóvenes de entre 18 y 30 años que ya se han emancipado -el 54 por ciento lo hacen por decisión propia, seguido de quienes se trasladan por estudios o trabajo-, refleja que el 67 por ciento de los jóvenes viven en alquiler frente al 33 por ciento que tiene una vivienda en propiedad.
La mayoría de ellos lleva más de un año emancipado, un 74,5 por ciento, pero una de cada cuatro personas jóvenes lo ha hecho hace menos de un año y no siempre lo han podido hacer de manera estable, dado que un 47 por ciento de ellos ha pasado por entre dos y cuatro viviendas y un 8 por ciento por más de cinco.
Sandra Ámez ha explicado que un "dato clave" para analizar la situación de los jóvenes es con quién viven, ya que el 82,8 por ciento comparte vivienda y solamente el 17,2 vive de manera independiente. El principal motivo para compartir vivienda con otras personas es dividir gastos, en un 40 por ciento de los casos, y lo más frecuente en Castilla y León, lo que se diferencia con lo que ocurre en el conjunto nacional, "no es compartir vivienda con la pareja, sino es que compartirla con familiares, amigos o simplemente compañeros y compañeras ad hoc que no conocemos de nada", ha explicado.
La presidenta del Consejo de la Juventud ha incidido en que también para conocer la realidad de los jóvenes emancipados es necesario tener en cuenta las características de la vivienda. Sin muchas diferencias entre las de alquiler y las compradas, la gran mayoría disponen de ventanas a la calle, con salón independiente, terrazas o balcones, pero sí que hay un dato "preocupante" que, "aunque puede resultar mínimo", es que tres de cada diez habitaciones, es decir, el 32,4 por ciento de las personas jóvenes emancipadas no tienen ventanas al exterior. "Algo que es básico también para garantizar nuestra salud mental y adquirir luz natural y ventilación", ha agregado.
En cuanto a los condicionantes económicos, el estudio apunta que la principal fuente de ingresos de las personas jóvenes emancipadas son los salarios, con un 61 por ciento, pero casi cuatro de cada diez personas no tienen como principal fuente de ingresos los sueldos, sino que dependen de ayudas familiares, de becas o de otras prestaciones que ponen a disposición las administraciones públicas.
Escasos sueldos y sin ahorrar
Por otra parte, en cuanto a los ingresos, un 39 por ciento de jóvenes gana menos de 1.000 euros netos al mes y un 41 por ciento se sitúa entre los 1.000 y los 1.999. Tras pagar suministros y la vivienda, el ahorro medio ronda en torno a los 255 euros mensuales, pero sólo uno de cada cuatro jóvenes logra ahorrar más de 300 euros.
En cambio, casi la mitad, un 47 por ciento, ahorran menos de 100 euros al mes y un 43 por ciento tiene que recurrir a ahorros previos para llegar a fin de mes. "Al final, cuando abordamos con esta escasa capacidad de ahorro, vemos que también tiene un impacto directo en las personas jóvenes", ha añadido Ámez.
Aunque la mayoría, un 68 por ciento, paga la vivienda con sus ingresos, casi un 19 por ciento necesita ayuda parcial y en un 13 por ciento de los casos se encargan íntegramente de esa totalidad del pago otras personas. En Castilla y León, el coste medio de la vivienda completa de una persona joven ronda los 626 euros, pero si se habla en la aportación media de una persona joven al mes, ronda los 398 euros.
En cuanto a la vivienda en propiedad, sólo un 14 por ciento reside en una casa totalmente pagada. El 57,5 por ciento la ha comprado al contado, con lo que evita la hipoteca, y aunque el 66,6 por ciento reconoce que necesitó ayudas de otras personas para pagarla y además de estas personas que ya tienen esa vivienda en propiedad pagada, seis de cada diez personas la adquirieron por menos de 100.000 euros.
El informe también analiza el proceso de emancipación, de acceso a la vivienda de una persona joven, que visita tres o cuatro viviendas de media antes de decidir dónde residirá. El 81 por ciento encontró el piso a través de conocidos o de portales online y apenas hay intervención de inmobiliarias en esa búsqueda de la vivienda.
Cuando se alquila, siete de cada diez jóvenes han tenido que asumir un pago de fianza con una media de 572 euros, inferior a la media española, que se sitúa por encima de los 700 euros. En cuanto a los caseros, en el 87 por ciento de los casos en Castilla y León se trata de particulares. En cuanto a la relación con ellos, suele ser "buena o muy buena", aunque el 38 por ciento ha tenido problemas como desperfectos que no se arreglan, falta de comunicación o mal mantenimiento en general.
Por lo que respecta a hipotecas, la media de amortizaciones de 15,3 años y casi la mitad, el 45,6 por ciento, necesitó ayuda para pagar esa entrada de la vivienda, teniendo en cuenta también la escasa capacidad de ahorro de las personas jóvenes que ronda de media los 17.800 euros.
En definitiva, Ámez ha señalado que el problema de la emancipación no sólo es la vivienda, sino que es algo "mucho más amplio", ya que depende de la estabilidad en el empleo, que ahora es temporal y a tiempo parcial, lo que dificulta el acceso a la vivienda, pero además esto se ve agravado por su precio y la ausencia de ellas en el medio rural.
Además, una persona joven tiene que destinar más del 60 por ciento de su salario al pago de la vivienda, a lo que se suman suministros u otro tipo de costes. "Vemos como apenas tenemos para hacer la cesta de la compra a final de mes", ha añadido.
Aunque hay políticas públicas de vivienda, considera que hay que seguir avanzando, ya que sólo un 14 por ciento se emancipan, y Ámez ha apuntado que se "echa en falta" que los jóvenes puedan acceder a la vivienda en el medio rural. "Hay muchas personas jóvenes que queremos quedarnos en nuestras tierras, en nuestros pueblos, en nuestros municipios, pero nos encontramos con esa ausencia de viviendas que podamos entrar a alquilar o en compra", ha apuntado.