
Todos los agentes del mercado inmobiliario llevan años trabajando para reducir sus emisiones y dar forma a un sector más sostenible. Los crecientes requisitos de sostenibilidad de inversores e inquilinos convierten la descarbonización de los inmuebles en una oportunidad de creación de valor estratégica.
El sector inmobiliario ha dado un importante giro hacia la descarbonización en los últimos años, muy especialmente en el mercado de oficinas, hoteles e industrial, una prioridad tanto para inversores como grandes corporaciones. La mayoría de los inquilinos corporativos cuentan con ambiciosos planes de descarbonización de su actividad que contemplan la reducción de sus emisiones; incluyendo también aquellas derivadas del arrendamiento de oficinas. Por tanto, la demanda de activos inmobiliarios con bajas emisiones de carbono se ha incrementado en los últimos años.
Sin embargo, la oferta no lo ha hecho al mismo ritmo. Este desequilibrio genera una oportunidad de creación de valor para que propietarios e inversores desarrollen activos con menos emisiones de carbono. No obstante, esta ventana de oportunidad puede convertirse también en un riesgo: aquellos que no adapten sus inmuebles a las necesidades de los inquilinos corren el riesgo de quedarse fuera del mercado.
Según las estimaciones de JLL, el 65% de los edificios de oficinas corren el riesgo de quedarse obsoletos de aquí a 2030 si sus propietarios no toman medidas para mejorar su rendimiento en términos de sostenibilidad. El éxito para reducir las emisiones de activos inmobiliarios se apoya en tres pilares: la optimización del funcionamiento de los edificios gracias a la implementación de medidas de eficiencia energética, la electrificación de las operaciones y la implementación de energías renovables. Las ventajas de la descarbonización de los edificios van más allá de tener un mayor poder de atracción de inquilinos; sino que también generan una estructura de costes más rentable.
Así, la proliferación de infraestructuras de generación, almacenamiento y transporte de energía renovable ha hecho que su precio sea hoy más accesible que nunca. De nuevo, el aprovisionamiento de energía limpia repercute positivamente en la estructura de costes de inversores y propietarios: de acuerdo con la Organización Europea de los Consumidores (BEUC), producir un kilovatio-hora de energía solar es hasta diez veces más barato que hacerlo con energía fósil.
No solo las oficinas buscan esa eficiencia energética, el sector hotelero español que representa el 13% del PIB y emplea a 3 millones de personas se enfrenta a una transformación significativa en sostenibilidad y en digitalización que marcarán el futuro de los establecimientos, especialmente en las 16.000 instalaciones hoteleras existentes en el país.
"Son edificios de un uso intenso. Son 24 horas 365 días al año. El personal es el mayor coste de operación del hotel (38%), el aprovisionamiento de elementos y bebidas es el segundo y el tercero es el coste de operación de energía y mantenimiento de los edificios", afirma Manuel Castro Lafuente, director de Operaciones de Remica.Según Álvaro Carrillo de Albornoz, director general del Instituto Tecnológico Hotelero (ITH), "la eficiencia energética se ha vuelto crucial tras el incremento de precios energéticos, ofreciendo una doble ventaja: No solo ahorramos dinero, sino que podemos rentabilizarlo porque al cliente le preocupa cada vez más". Grato quiere revolucionar el consumo de agua en los hoteles.
"Acabamos de firmar un acuerdo de colaboración con ITH y vamos a presentar en el evento Fiturtechy, que tendrá lugar en enero, una solución revolucionaria para el sector. Un sistema de agua caliente sanitaria que se calienta en el punto de uso, eliminando la necesidad de salas de calderas y reduciendo problemas como la legionela. El sistema funciona con energía solar, haciéndolo altamente eficiente y sostenible", declara Vicente García Barres, director general Grato.
Los hoteles buscan la sostenibilidad y una de las cadenas donde la sostenibilidad es un pilar fundamental en su modelo de negocio es Vincci, Hoteles que ha recibido el premio CaixaBank Hotels & Tourism al compromiso con la sostenibilidad, gracias a las medidas que ha llevado a cabo en relación a la reducción de emisiones de CO2 y a la utilización de energía 100% verde en todos sus hoteles. "La eficiencia y sostenibilidad son esenciales ante las crecientes exigencias de legislación y cambio climático, asegura César Pérez Araque, director de Calidad en Vincci Hoteles.
Ajuste de los costes
Por otro lado, el impulso a la electrificación de los edificios -especialmente los sistemas de climatización- también representan una palanca sostenible que los propietarios pueden aprovechar. El empleo de la electricidad, en lugar de fuentes fósiles, para alimentar los sistemas de climatización de los edificios reduce drásticamente las emisiones de Alcance 1 de los inmuebles lo que, de nuevo, los hace más atractivos para inquilinos corporativos que buscan reducir su huella ambiental.
Finalmente, en lo relativo a la optimización de la eficiencia energética de los edificios, las rehabilitaciones ligeras -que se centran en la optimización del equipamiento, instalación de luces LED; mejora de los sistemas de gestión, etc.- de inmuebles pueden generar un ahorro de hasta 2.900 millones de dólares. Esta cifra se eleva hasta los 11.400 millones dólares en los escenarios de rehabilitaciones profundas que abarcan estructura mecánica, eléctrica, de fontanería y de los sistemas de climatización de los activos, según apunta la consultora JLL.