Vivienda - Inmobiliario

Las antiguas bodegas del 'Kremlin' de La Patacona se miran en el museo icónico de Oslo

  • Metrovacesa eligió al estudio de Juan Herreros, diseñador del Munch noruego
  • Plantea un ecobarrio con la rehabilitada Vinival como centro 
Estado actual de las antiguas bodegas Vinival en La Patacona. Foto: E. Moreno
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El maridaje entre arquitectura y las bodegas de vino es muy anterior a la explosión del turismo enológico y casi tan antigua como la propia tradición vitivinícola. Las antiguas cavas forman parte del patrimonio histórico de las grandes zonas productoras y en muchos casos su historia ha ido en paralelo a la de las grandes corrientes artísticas, como muestran las grandes bodegas modernistas que aún hoy mantienen su actividad originaria en las provincias de Barcelona y Tarragona. A ellas se han sumado en las últimas décadas edificios más modernos creados por grandes firmas de la arquitectura actual, como Frank Gehry, Norman Foster o Jean Nouvel.

En Valencia, junto a la limítrofe playa de La Patacona que pertenece a Alboraya, se levantó en 1969 una gran instalación industrial, las antiguas Bodegas Vinival, destinada a producir y almacenar el vino a granel destinado a la exportación por el puerto. Una macroestructura de ladrillo rojizo que emula los grandes silos industriales, como los que aún alberga en su interior, con varias bóvedas consecutivas. La obra, proyectada por los arquitectos Luís Gay y J. Antonio Hoyos, fue bautizada como el Kremlin tanto por su color exterior como por lo impactante de su estructura en medio de lo que entonces era una zona de huerta cerca del mar. Con el tiempo, en sus inmediaciones proliferaron los bloques de apartamentos y viviendas en primera línea de playa en pleno boom del ladrillo y finalmente en 2008 la empresa Vinival cerró las bodegas y se trasladó a Chiva.

Tras la crisis inmobiliaria que paralizó su desarrollo, finalmente el suelo pasó a manos de Metrovacesa, que decidió encargar al estudio del arquitecto Juan Herreros el proyecto para transformar el antiguo espacio industrial abandonado y sus parcelas adyacentes en un nuevo barrio para completar el desarrollo urbano de La Patacona. Un creador que ha colocado su firma entre los grandes nombres internacionales tras levantar el Museo Munch en Oslo, el nuevo referente cultural en la capital escandinava. Un proyecto que no sólo incluía esa nueva torre, sino también todo un área residencial sostenible.

En el caso del proyecto valenciano, la propia promotora ha optado por solicitar que se apruebe la figura de protección como patrimonio industrial para la estructura de las antiguas bodegas, de forma que dentro de su plan urbanístico se mantenga y se rehabilite para darle nuevos usos. El propio Herreros deja claro que se trata de un elemento único "con un indudable valor patrimonial" y por ello la intención es que sea el "centro neurálgico" de la vida del nuevo barrio e incluso del resto de la zona actual bajo la premisa de que en el nuevo desarrollo se incluyan todos los servicios necesarios para los propios habitantes actuales de La Patacona como para los futuros residentes de las 1.042 nuevas viviendas previstas en el proyecto, de las que un 30% serán viviendas de protección pública.

La intención es que la enorme estructura que acogía en su interior las grandes cubas metálicas donde se producía y almacenaba el vino albergue todo tipo de usos terciarios mixtos, en función de las necesidades que los propios vecinos y el Ayuntamiento han reflejado en el proceso de participación pública. "Por ejemplo, uno de los servicios que se echan en falta en el barrio es un supermercado, porque actualmente no existe ninguno", explica el propio Herreros.
Aunque esos usos no están aún fijados, el arquitecto apuesta porque junto a esos equipamientos terciarios y comerciales también puedan convivir espacios de tipo social y cultural en el mismo inmueble. El interior del Kremlin, por su elevada altura, permite aprovechar el espacio en distintas plantas y obtener una superficie útil cercana a los 10.000 metros cuadrados.

Entre el mar y la huerta

Además, en el diseño urbanístico las antiguas bodegas son el centro de las plazas y zonas públicas que se crearán, que abarcarán en total 37.000 metros cuadrados de los 124.000 metros cuadrados de superficie total prevista, en lo que define como "urbanismo orgánico" entre el mar y la huerta de Valencia. Según Herreros, se ha concebido ese espacio para que sea de uso peatonal y las vías para el tráfico de coches rodeen esa zona central. Además se crearán algo más de 1.500 plazas de aparcamiento subterráneo.

El proyecto de Vinival también incluye espacio reservado para nuevas dotaciones públicas, en concreto para un centro de salud y un colegio, en línea con la tendencia de la ciudad de 15 minutos, en que todos los servicios al ciudadano se encuentran a menos de ese tiempo de distancia. Una estrategia en la que también se priorizaba la regeneración del barrio residencial en el entorno del Munch de la capital noruega y que ahora también ha sido esencial en el futuro ecobarrio.

Precisamente para el aprovechamiento de la superficie Herreros defiende la construcción en altura como una fórmula para ganar espacios públicos frente a quienes critican los proyectos basándose en el número de plantas de los edificios. En el caso del barrio proyectado en la zona marítima de Alboraya, se contemplan edificios con hasta 11 plantas de altura máxima. "La cuestión no es la altura de los edificios, sino la densidad", revindica el arquitecto madrileño para defender el proyecto, que tiene sus detractores entre los actuales vecinos.

El proyecto desarrollado para Metrovacesa también pone especial énfasis en el impacto ambiental, con 15.500 metros cuadrados para jardines y también una zona de 3.800 metros cuadrados de huertos urbanos productivos, que precisamente se situarán en la zona más cercana a la huerta hacia el interior. El diseño también recoge la creación de zonas de sombra natural y pérgolas de energía fotovoltaicas, además de soluciones como pavimentos drenantes y filtrantes y el reciclaje de aguas grises para el el riego de las zonas verdes.

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