
El mercado inmobiliario catalán se enfría con la subida de tipos y el encarecimiento de la vivida. Las interacciones entre particulares cayeron un 6% en el último año, según los datos hechos públicos por Fotocasa este jueves.
La compañía señaló que el porcentaje de participación cayó del 36% al 30%, aunque la empresa sostiene que el descenso entre septiembre de 2022 y septiembre de 2021 "no significa que la región no siga presentando un nivel de participación correcto". El dato es, por ejemplo, el 1% mejor que el 29% previo al coronavirus.
Por otro lado, se trata de la comunidad -de las cuatro analizadas en exclusiva- con cifras más bajas de participación (30%), situándose por detrás de Andalucía (34%), Comunidad Valenciana (34%) y Madrid (32%).
De este modo, el propietario de vivienda cae un 1% (del 4% al 5%). Mientas, la demanda creció del 2020 al 2021, pero un año después ya comienza a moderarse por la subida de tipos actual.
"Las dos subidas efectivas de tipos que se han realizado por parte del BCE, ya están teniendo efecto en la demanda que muestra un descenso. A pesar de ello, el mercado catalán sigue presentando un gran desequilibrio entre oferta y demanda, de 11 puntos porcentuales. Lo que continúa empujando los precios de la vivienda al alza. Consideramos que a partir de este segundo semestre la demanda podrá iniciar una tendencia a la baja. Pero la oferta de stock residencial es tan reducida que el impacto en los precios no será muy abultado", explica María Matos, directora de Estudios de Fotocasa.
Descenso del alquiler
Al reducirse la oferta de propietarios cae también el mercado del alquiler al no haber propiedades para arrendar. Es uno de los mercados más tensionados.
El comportamiento catalán contrasta con la evolución nacional. Mientras la demanda a nivel España se recupera con fuerza (16%) del descenso presentado en 2021 (13%), en el segundo semestre de 2022 supera los niveles del año de la pandemia en 2020 (15%). Por el contrario, en la segunda mitad de 2021, el demandante de alquiler catalán mostraba su interacción más fuerte con el alquiler llegando a alcanzar niveles de participación del 18% (suma de demandante efectivo 10% y demandante frustrado 8%), que un año después caen hasta el 12%.
"La reducción de la oferta es una de las problemáticas más significativas de Cataluña. La gran mayoría de las viviendas de alquiler está en manos de pequeños propietarios que tienen preocupaciones y miedos relacionados con la ocupación, el impago de la mensualidad o destrozos en la vivienda. Son cuestiones que contraen la oferta al no sentirse respaldados por la administración y carecer de seguridad jurídica", añade Matos.