
Existen multitud de tesoros legendarios que aún no han sido encontrados y que bien podrían resultar la sinopsis principal de una película de aventuras, de un videojuego o de un libro de ficción. ¿Quién no ha soñado alguna vez con seguir pistas hasta toparse con los restos de una antigua y rica civilización?
La búsqueda de tesoros escondidos no solo es cosa de piratas. Tal vez, estas historias sobre tesoros que no se han visto ni encontrado te inspiren a iniciar tu propia aventura.
1. Menorá del tamaño de un hombre
La menorá es la lámpara de aceite de siete brazos de la cultura israelita, uno de los elementos rituales más importantes del judaísmo y asimismo uno de sus símbolos más antiguos.
Después de casi 2000 años, diferentes leyendas sugieren los posibles destinos de los objetos sagrados judíos que fueron saqueados por el general romano Tito en el año 70 d.C. Una de las piezas más vistosas era el candelabro de oro macizo, del tamaño aproximado de un hombre.
Una teoría más ampliamente difundida entre los grupos judíos es que este artefacto está oculto dentro del Vaticano, que heredó gran parte de la riqueza del Imperio Romano. Solo hay un problema: los eruditos dicen que no la tienen.
2. Huevos Fabergé
Un huevo de Fabergé es una de las 69 joyas creadas por Carl Fabergé para los zares de Rusia, así como para algunos miembros de la nobleza y la burguesía industrial. Fabergé fabricó huevos de Pascua cubiertos por joyas y metales preciosos entre 1885 y 1927. En la actualidad se sabe dónde están 62 de ellos, pero los 7 restantes no han podido localizarlos.
Huevos Fabergé. Imagen: Wikipedia
3. Código de Thomas Beale
El misterio de 'El Código de Beale' es uno de los enigmas sin resolver que hay en el mundo. Se trata de tres mensajes encriptados por Thomas Beale que marcaban las coordenadas de su tesoro: el primero es el mapa, el segundo indica la fortuna que esconde el tesoro y en el tercero es una lista de aquellas personas o amigos con derecho a su patrimonio.
Se dice que el Código de Beale fue enterrado entre 1919 y 1921 cerca de Bedford, en Virginia, y está valorado en más de 30 millones de euros.
4. Tesoros europeos robados por los nazis
La búsqueda del patrimonio europeo robado por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial ha conducido a muchos buscadores de tesoros al lago Toplitz, Austria, un emplazamiento conocido como "el basurero de Hitler". Lo único que ha sido encontrado hasta el momento han sido contenedores llenos de divisas falsas de las naciones aliadas, pero se cree que también se esconden joyas y cantidad de obras de arte.
Lago Toplitz. Imagen: Wikipedia
5. Sello imperial de Jade
El oro se ha convertido en la medida de valor monetario más reconocida en el mundo. Sin embargo, en la milenaria cultura china, el jade fue considerado por mucho tiempo infinitamente más precioso que el metal amarillo.
En la China de hace más de 8000 años, el jade era considerado un don sagrado del Cielo y la Tierra. El papel que él mismo desempeñó en la historia y el desarrollo de la cultura le confiere la condición de símbolo de la civilización china.
El sello imperial, también conocido como el "Sello de la herencia del reino", es un sello de jade que fue tallado en el año 221 a.C para el entonces recién elevado Emperador de China. Pasó de dinastía a dinastía hasta el siglo 10 d.C; después de eso, no hay registro de su existencia.
6. Cargamento perdido de Nuestra Señora de Atocha
En 1622, una gran flota española que regresaba desde América cargada de riquezas naufragó tras toparse con un huracán. El 20 de julio de 1985, el estadounidense Mel Fisher logró hallar parte del botín, pero aún permanecen bajo el agua 27 kilos de esmeraldas, 17 toneladas de plata, 35 cajas de oro de iglesias y 128 mil monedas.
Cañón Nuestra Señora de Atocha. Imagen: Wikipedia
7. Diamante Florentino
El Diamante Florentino ha sido uno de los diamantes más célebres de la historia. En la actualidad esta gema, procedente de la India, se encuentra extraviada. Era de color amarillo claro con matices ligeramente verdes. Contaba con una talla irregular, aunque bastante compleja; de tipo rosa doble con nueve caras y 126 facetas.
A fines del siglo XVII, la gema se contempló entre las posesiones de Fernando II de Médici. El Florentino pasó a manos de los Habsburgo y depositado en la Cámara del Tesoro en Viena y desde entonces el diamante formó parte de las joyas de la Corona Austríaca.
Sin embargo, en 1921 una persona cercana a la antigua familia imperial robó el Diamante Florentino y otras gemas de la Corona Austríaca y las envió a Sudamérica. Desde entonces se desconoce su paradero.
8. La mina de oro perdida
Según cuenta la leyenda, unos exploradores encontraron una mina de oro en las montañas del centro de Arizona en 1840. La mina resultó rentable hasta que un grupo de apaches masacró a quienes la trabajaban. La localización se perdió hasta la década de 1870, cuando un alemán llamado Jacob Waltz creía haberla redescubierto. En su lecho de muerte, describió su ubicación a Julia Thomas, una vecina del área de Phoenix que lo cuidó, pero que no pudo encontrar el lugar.
Mina. Imagen: Pixabay
9. La ciudad secreta de Paititi
La ciudad secreta de Paititi se trata de una ciudad llena de oro, perdida en los bosques tropicales de Sudamérica. Cuando los españoles conquistaron a los incas encontraron la ciudad desierta. Parecía que sus habitantes habían huido a otro sitio, llevándose su inmenso tesoro de oro. Nunca se encontró la nueva ciudad ni tampoco se supo del oro.
10. El tesoro de la Noche Triste
A finales de 1520, los aztecas de la ciudad de Tenochtitlan, hastiados por la opresión del conquistador Hernán Cortés y las huestes españolas, decidieron esconder la mayor parte de sus tesoros en la cuenca seca que surcaba los alrededores de la capital. Después de la batalla de la Noche Triste, el tesoro jamás fue hallado.