
A menudo las películas de acción y aventura exageran la realidad de la física. ¿Cuántas veces has visto un filme en la que el protagonista es engullido por una arena movediza? Con las piernas inmovilizadas, el aventurero se va hundiendo poco a poco hasta la muerte si nadie lo ayuda a salir o se salva en el último minuto por agarrar una rama de un árbol cercano.
Las arenas movedizas no son exactamente un fenómeno natural al que temer como tantas veces hemos visto en la gran pantalla. De hecho, raramente es más profunda que unos pocos metros.
Existe mucho mito con las arenas movedizas porque en realidad no son tan extremas como las pintan en las películas ni tampoco existen en el desierto. Es físicamente imposible que una persona sea engullida del todo porque la densidad del cuerpo humano es menor que las arenas movedizas, como mucho, el cuerpo se hunde hasta la cintura.
La superficie parece sólida, pero las arenas movedizas son básicamente arcilla que ha estado tan saturada de agua que la fricción entre partículas se reduce notablemente, lo cual significa que no puede soportar peso alguno, y comienza el hundimiento.
Estas minúsculas partículas compuestas por una mezcla poco compacta de limos y lodos totalmente saturados de agua, tienen generalmente una superficie rugosa. La fricción entre los granos da cierta estabilidad al suelo, pero los espacios entre partículas en arenas movedizas suponen entre el 30 y 70% del volumen total. Los gránulos están separados unos de otros por el agua que el rozamiento disminuye tanto que el suelo deja de comportarse como un sólido para hacerlo como un líquido espeso, viscoso y resbaladizo.
Es imposible que una arena movediza trague a una persona
Existe una falsa creencia que atribuye las arenas movedizas a las zonas desérticas, pero lo cierto es que este fenómeno no está presente en los desiertos principalmente por la falta de humedad. Pese a lo que muestra la cultura popular, estas arenas se encuentran normalmente en zonas pantanosas o cerca de fuentes de agua como océanos, lagos o ríos.
Aunque no es posible que la arena movediza se trague por completo a una persona, esto no significa que sea fácil salir de ella. Cuando un individuo entra en una, esta cambia rápidamente de densidad, razón por la que sentimos que nos hundimos y quedamos atrapados, pero es imposible que trague a una persona. Lo peor que puede pasar es que la persona sienta algo más de presión en el cuerpo.
Arena movediza. Imagen: Gettyimages
¿Cómo salir de una arena movediza?
Si tienes el infortunio de haber pisado en el lugar equivocado, necesitarás bastante esfuerzo y armarte de paciencia para salirte de tan complicada situación, ya que requiere modificar la densidad de la que hemos hablado anteriormente.
El primer error que suele cometerse es entrar en pánico y comenzar a agitarse como un loco; eso solo hará que nuestro cuerpo se hunda más rápido y quedemos más atrapados. Lo que hay que hacer en esta situación es calmarse y extender lo máximo posible las extremidades (brazos y piernas), buscando separar el agua de la arena para eventualmente quedar flotando sobre ella.
Una vez que el cuerpo se queda flotando de espalda sobre la arena movediza, se debe tratar de usar los brazos como remos hasta llegar hasta tierra firme.