Mientras que actualmente es habitual que los animales domésticos estén acostumbrados a comer sólo de su pienso específico, especialmente en ciudades, no menos cierto es que muchos siguen alimentando a sus perros con sobras de alimentos. En muchos casos esto no supone un peligro para los animales, pero existen algunas excepciones, alimentos que dañan el estado de salud de las mascotas caninas.
Uno de los alimentos menos recomendados para cualquier clase de perro es el chocolate. Tengas o no tengas perros, casi todo el mundo sabe que a un perro no se le puede dar nada de chocolate, pero es probable que la mayoría desconozca el motivo concreto. Lo mismo podemos decir de los gatos; no deberían probar nunca el chocolate, y sin embargo es de las sustancias que más tienen a su alcance en una casa.
¿Qué es, en el caso de los perros, lo que les enferma tanto? ¿Se diferencian tanto de los humanos, quienes tenemos al chocolate como un manjar exquisito? El problema procede directamente del origen del chocolate, y no se trata de ningún producto que los humanos podamos usar para la elaboración. De hecho si un perro comiera el árbol del cacao se encontraría con el mismo problema: la teobromina.
Hace años conocida también como xanteosa, es un alcaloide de sabor amargo que tiene un efecto semejante al de la cafeína en el sistema nervioso humano, pero menos potente. Esta sustancia química del chocolate no supone un problema para los humanos, pues la podemos metabolizar fácilmente. Sin embargo, los perros -y los gatos- no pueden hacerlo de forma sencilla. Su organismo no descompone la teobromina tan rápido, lo que les provoca importantes enfermedades.
Una ingesta prolongada les puede causar graves daños en los mecanismos que se encargan de desintoxicar el cuerpo. Un atracón de chocolate puede ser letal; desde un leve malestar estomacal hasta convulsiones, insuficiencia cardíaca o la muerte del animal.
Trozos de chocolate. Imagen: Pixabay
Los gatos son incluso más sensibles a la teobromina, sin embargo, los felinos son mucho menos propensos a probar chocolate por primera vez. De hecho, algunos estudios aseguran que los gatos odian los sabores dulces, o al menos no les gustan. Los perros no, si les ofrecemos chocolate o lo pueden alcanzar por sus medios, se lo comerán.
En caso de accidente y de que el perro coma una tableta de chocolate entera, lo mejor es acudir rápido al veterinario. La teobromina se metaboliza lentamente, por lo que si acudimos al veterinario pueden inducir el vómito del animal y sacar la mayor cantidad de chocolate de su estómago. También le darán carbón activo, para bloquear la absorción de la teobromina.
El chocolate con leche tiene una dosis baja de teobromina, pero en el caso del chocolate negro la dosis es bastante alta. Es especialmente peligrosa en el caso del chocolate para hornear.