
El castellano, aunque es un idioma oficial, puede sonar de diferente manera según la zona en la que uno se encuentre. Por ejemplo, si en una zona un niño pequeño come patatas, en otra un niño chico come papas. Estas pequeñas diferencias a la hora de hablar aunque son diferentes, son totalmente correctas y existen una institución encargada de verificarlo: la Real Academia Española.
La Real Academia Española, más conocida como RAE, es desde hace años la institución cultural que se dedica a la regularización lingüística del español con diferentes normas para garantizar su buen uso. Su labor también incluye, además de crear normativas lingüísticas, el actualizar el diccionario español con el paso del tiempo, incluyendo nuevas palabras que se han creado o que han extendido su popularidad, e incluso retirando palabras que en la actualidad ya no se utilizan.
Puede ser difícil pensar qué palabras pueden ser las que según la Real Academia Española, ya no son merecedoras de estar dentro del diccionario español, pero podemos asegurar que algunas de ellas son tan raras, que lo extraño es que una vez las hubieran incluido.
Aellas: Llaves
Ahogaviejas: Quijones
Asgo: Asco
¡Caracoles!: ¡Caramba!
Cadascuno: Cada uno
Camasquince: Persona entremetida
Demoñejo: De demonio
Engurria: Arruga
Ensangostido: Angustiado
Galdrufa: Peonza
Gelo: Hielo
Guiñarol: Aquel a quien hacen señas con los ojos
Guzpatarero: Ladrón que agujerea y horada las paredes
Mahoma: Hombre descuidado y gandul
Marcelino: Perteneciente a marzo
Mege: Médico
Mercadantesco: Mercantil
Yoglar: Juglar
Xión: Sí