Louis Carreon colaboró ??con The Landmark Aviation en Miami durante Art Basel para una iniciativa artística altruista, que se destacó en un mar de iniciativas impulsadas por el comercio.
"El arte lava del alma el polvo de la vida cotidiana", decía Pablo Picasso. Y qué gran verdad. No hay cosa que esta disciplina no remache, pues, no han sido pocos los que han sanado sus heridas a través de sus diversas formas.
Un perfecto ejemplo de ello es Louis Carreon, un ex presidiario que comenzó a tener contacto con el arte en la cárcel y que se ha convertido en uno de los artistas contemporáneos más influyentes de la actualidad.

Carreon, que fue detenido por delitos relacionados con las drogas, emprendió un camino de búsqueda de la paz mientras estaba cumpliendo condena, y siguió los pasos hacia la "salvación" a través de la pintura. Una disciplina que, poco a poco, le ayudó a superar su adicción y a dedicarse en cuerpo y alma a este mundo que, literalmente, le salvó la vida.
Ahora, el artista californiano llega a Madrid a través de HG Contemporary, la galería de arte contemporáneo de Phillippe Hoerle-Guggenheim ubicada en la calle Fernando el Santo, 3. Así, a partir del próximo 10 de julio, madrileños y visitantes pondrán disfrutar del "arte callejero" más impactante y conceptual de los últimos años. Esta vez, el artista sorprende con un conjunto de obras inspiradas en el arte religioso del Renacimiento temprano. Y es que, sin ser una persona religiosa, Carreon se ha visto seducido últimamente por versos bíblicos e intrigado por el poder operístico de las escrituras antiguas. De esta manera, ha diseñado una historia arquetípicamente moderna de lágrimas, sangre, sudor, urgencia y emoción.


En sus palabras, Carreon "hace arte por la cultura, no por la fama", y la notoriedad le ha llegado directamente de eso. Ahora, Carreon sigue abriendo caminos con su inconfundible forma, con una vida poética y artística en sí misma, en la que moldea un pasado de contratiempos en una obra maestra.
McCrow, Bañuelos y Crespol
Desde el pasado 13 de junio y hasta el 5 de julio, HG Contempory acoge las obras de McCrow, Alberto Bañuelos y Florian Crespol, tres artistas que, a través de sus diferentes técnicas, luchan por conseguir, mediante su arte, un mundo mejor.
McCrow sufrió la tragedia de un amigo cercano en 2009. Su amigo, que estaba de misión con el ejército británico en Afganistan, perdió las dos piernas y un brazo por culpa de una explosión. Desde entonces, el artista comenzó un viaje para desactivar y destruir tantas armas como pudiera, para, así, comprender las terribles consecuencias del conflicto y, a través de su arte, contar historias inéditas y humanas.
En este sentido, McCrow presenta en la galería madrileña un conjunto de obras elaboradas con balas, con el objetivo de "transformar todas las armas del mundo en arte, para, así, acabar con la guerra".
Asimismo, un tema subyacente de la obra es una exploración de la locura moral; descrito hace 200 años como una decadencia de los afectos sociales, una aversión a los familiares y amigos más cercanos que antes eran amados; En definitiva, un cambio en el carácter moral del individuo.


Alberto Bañuelos nació en Burgos en 1949. Desde pequeño, se mostró fascinado por el mundo del arte y demostró un gran talento para el dibujo. Ésto, junto con su personalidad independiente e inquieta, conjugaron todas las claves para convertirse en un artista en potencia. Desde que se inició en este sector, Bañuelos ha estado estrechamente ligado al mundo de la escultura, y la piedra ha sido su máxima expresión. Ahora, presenta Piedra y Algodón en HG Galery, una exposición donde reúne una selección de obras recientes, de 2013 a 2017 -teniendo en cuenta que tarda una media de 4 años en hacer cada obra- en la que seis de sus característicos cantos rodados están junto a una decena de cuadros en papel de algodón.


Florian Crespol es un pintor y escultor estadounidense-italiano del norte de Italia y educado en Milán, Florencia y Palo Alto, California. Entre sus diferentes reconocimientos, en 2015, la Comisión del Proyecto My Earth Trust eligió su obra Símbolo de la Tierra como ganadora por su capacidad para compartir los elementos principales del planeta. El trabajo de Crespol es audaz, crudo y emocionante, y así lo demuestra en Campo de pensamiento, la muestra que exponen en la galería de arte de Hoerle-Guggenheim en la que realiza una una metáfora del impacto variado (bueno y malo) que la competencia excesiva tiene en nuestra existencia. Así, la pieza reúne diferentes pinturas sobre madera y PVC creadas por el artista que explora activamente la obsesión de la sociedad con los deportes profesionales.


HG Contemporary y la polémica de las piezas
HG Contemporary es una galería mundial de bellas artes fundada por Philippe Hoerle-Guggenheim que tiene sede en Nueva York, Madrid y Valle de Napa. Hoerle-Guggenheim es conocido en el panorama internacional por identificar y cultivar a artistas en diferentes rincones del mundo y apostar tanto por las expresiones innovadoras, como por un arte "diferente": urbano, sin requisitos y con trasfondo social.

Él mismo explica que, a la hora de decantarse por algún artista, nunca tiene en cuenta su trayectoria, sino la obra propuesta y sus posibilidades. Y es que, para el dueño de HG Contemporary, el arte no es otra cosa que "cultura, sociedad, lo más importante del comportamiento humano. Algo que refleja perfectamente las diferentes culturas". Por lo tanto, su abanico suele conformarse por artistas que se alejan de lo convencional, pues realiza una comprensión profunda de la función de la cultura visual dentro y más allá de las paredes de la galería.
Asimismo, Hoerle-Guggenheim subraya como próximos objetivos las sinergias entre sus diferentes sedes y que la transparencia sea la bandera de su negocio. Esto último, debido en gran parte a la polémica en la que se vio inmerso en febrero de este año, cuando una pareja le denunció por no haberles entregado tres piezas que habían pagado. Concretamente, la demanda, presentada el 13 de febrero en una corte federal de California, sostenía que las compradoras Liza Vismanos y Randy Rosen pagaron 520,000 dólares por una pintura de Pierre-Auguste Renoir, 90.000 dólares por una obra del artista callejero Retna y 35,000 dólares por una del escultor francés Cévé, y, después de dos meses, seguían sin recibirlas. El dueño de HG ha querido hablar de ésto y cuenta, en una entrevista con este medio, que el problema "ya está solventado", porque dos de las tres piezas ya han sido entregadas a las compradoras y la tercera "está ya en trámites". "Cuando hablamos de obras de estas categorías, los tiempos de entrega no son fáciles ni rápidos. Pero ya está todo solucionado con los clientes y se ha retirado la denuncia", aclara.