Viaje del mes

Empápate de Extremadura en un viaje por la naturaleza y el patrimonio

Garganta de Alardos, en Madrigal de la Vera.

Piscinas naturales y gargantas en lugares de gran belleza, una Bandera Azul en una playa de agua dulce (Orellana la Vieja, pionera en España), cruceros por el río Tajo, siete balnearios, embalses donde pescar y practicar deportes náuticos... Extremadura ofrece unas condiciones ideales para disfrutar del turismo relacionado con el agua.

Con 1.500 kilómetros de costa interior, algo único en Europa occidental, y 50 zonas de baño naturales, como piscinas, gargantas y playas fluviales, Extremadura es un destino que permite combinar escapadas en la naturaleza, visitas a pueblos con encanto y excelentes propuestas gastronómicas, en las que no pueden faltar el jamón ibérico de bellota o los quesos Torta del Casar, La Serena e Ibores.

Jamón Ibérico de Bellota 'Dehesa de Extremadura'.

La mayoría de las zonas de baño se localiza en paisajes de ensueño del norte de Cáceres, en lugares como el Valle del Jerte, La Vera, Sierra de Gata, Las Hurdes, Plasencia, Campo Arañuelo y el Geoparque Mundial Villuercas Ibores Jara.

A un paso de las 39 piscinas y gargantas cacereñas hay auténticas maravillas que merecen una visita, entre ellas, el Real Monasterio de Guadalupe (Patrimonio Mundial de la UNESCO), bellos pueblos de arquitectura popular, el Parque Nacional de Monfragüe, el Monasterio de Yuste (lugar de retiro del emperador Carlos V, declarado Real Sitio y Patrimonio Nacional y Europeo), cascadas espectaculares en Las Hurdes y el Jerte, y localidades llenas de historia, como Trujillo, Plasencia, Hervás o Jarandilla de la Vera.

Isla de Plasencia.

Más al sur, la provincia de Badajoz cuenta con 11 zonas de baño aptas en La Serena, La Siberia, Cheles, Mérida, Medellín y La Codosera, entre otros lugares. Aquí también encontramos propuestas interesantes para el verano, tales como el Festival de Teatro Clásico de Mérida (del 5 de julio al 27 de agosto), majestuosos castillos en Alburquerque y Puebla de Alcocer, pueblos monumentales, como Zafra, Olivenza o Llerena, safaris por la dehesa para conocer el origen y el proceso de elaboración del jamón e incluso una escuela de vela en Orellana la Vieja, en cuyo embalse se sitúa una playa que por octavo año consecutivo ha conquistado una bandera azul por la calidad de su agua. Fue, de hecho, la primera playa de interior que obtuvo esta distinción en España, en 2010.

Crucero en el Tajo Internacional.

Palabras como vela, piragüismo, windsurf, kitesurf, buceo o paddle surf riman con Extremadura, una región que acoge habitualmente competiciones de estos deportes náuticos y donde existe un buen número de aficionados. En el Valle del Jerte y La Vera se practica el descenso de barrancos, conocido localmente como "gargantismo" porque se realiza en las gargantas y los saltos de agua de ambas comarcas.

Hay una manera diferente de conocer Extremadura a bordo de barcos turísticos. Los ríos Tajo y Alagón brindan la posibilidad de navegar por espacios de gran valor ecológico, como el Parque Natural Tajo Internacional, un territorio protegido de 51.000 hectáreas que comparten España y Portugal, o los Canchos de Ramiro, siempre bajo la atenta mirada de buitres y águilas.

Estos cruceros nos acercan a la naturaleza, la cultura y la gastronomía de un amplio territorio fronterizo donde podemos explorar el legado de romanos y visigodos, emular a los caballeros de la orden militar de Alcántara, saborear la gastronomía rayana, con influencias españolas y portuguesas, y recorrer viejos caminos de contrabandistas y bandoleros.

Deportes acuáticos en el embalse de Alqueva.

Extremadura es también termalismo y, como ocurre tantas veces en esta Comunidad Autónoma, existe una interesante combinación de naturaleza y patrimonio histórico. De los siete balnearios que existen en la región, los de Alange, a 20 km de Mérida, y Baños de Montemayor, en el Valle del Ambroz, en plena Vía de la Plata, conservan vestigios de termas romanas. De hecho, el de Alange forma parte del conjunto arqueológico romano que la UNESCO declaró Patrimonio Mundial en 1993, una lista en la que se incluyen monumentos como el teatro, el anfiteatro, el templo de Diana y los puentes y acueductos emeritenses.

Encontramos también establecimientos termales en Brozas (Baños de San Gregorio), rodeado de una bella dehesa extremeña; Hervás (El Salugral), en el Valle del Ambroz; Montánchez (Fuentes del Trampal), pueblo conocido por su excelente jamón ibérico de bellota; Valdastillas (Valle del Jerte), en un territorio donde la reina es la cereza; y, ya en la provincia de Badajoz, El Raposo, en cuyo balneario del mismo nombre se realizan tratamientos de vinoterapia y se usan lodos de un arroyo cercano para combatir diversas afecciones.

Balneario Baños de Montemayor.

www.turismoextremadura.com


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