
Uzbekistán, que forma parte de los territorios por los que se trazaba la legendaria Ruta de la Seda, abre sus brazos de par en par al turismo desde que el pasado 1 de febrero el Gobierno uzbeko decretara el derecho de permanecer en el país sin visado por un período de 30 días a los viajeros de más de 45 países, entre los que se encuentra España.
Su capital, Tashkent, a pesar de evidenciar en sus edificios la influencia soviética y de no resplandecer con el brillo de las ciudades históricas de Bujará, Jiva y Samarkanda -el corazón de la Gran Ruta de la Seda–, presume de contar con algunos enclaves de gran valor patrimonial y cultural.
La madrasa Kókaldosh se perfila como uno de los monumentos arquitectónicos más antiguos de Tashkent, ya que data del año 1575 y se encuentra en el centro histórico. Construida en ladrillo con estilo oriental, consta de una fachada de gran belleza y, en su interior, de un hermoso patio en el que se respira paz por la armonía de sus formas y vegetación. Esta zona común se halla rodeada por las distintas salas en las que se imparte clase hoy en día, tal y como se hacía siglos atrás entre sus muros, aunque no siempre se usó con ese fin. Esta escuela coránica es una de las diez madrasas activas del país en la actualidad.
Siguiendo los vestigios musulmanes, visitamos el Complejo Hast-Imam, donde se conserva el manuscrito del Corán atribuido al Califa Uthman -en el siglo VII–. El recinto cuenta con madrasas y mezquitas coronadas por las características cúpulas de color turquesa y en sus paredes se pueden apreciar coloridos mosaicos.
En el gran Bazar Chorsu podemos observar la vida de la ciudad y su cara más auténtica. Bajo su gran cúpula, se presencia la cotidianidad de numerosos compradores y vendedores de fruta, verdura, carne, pescado y especias, además de piezas de artesanía y textiles. Es el mercado más antiguo, famoso y más grande de Tashkent; y uno de los mercados más importantes de Asia Central.
Otros lugares para visitar son la Plaza Timur y la Plaza de la Independencia, que, en conjunto, albergan los monumentos más importantes y los edificios políticos y culturales de Tashkent, entre los que destacan el monumento a la Independencia de Uzbekistán de la Unión Soviética –alcanzada en 1991– y la estatua de bronce de 7 metros de Amir Timur o Tamerlán, el último conquistador de Asia Central.
Si se dispone de tiempo, se pueden visitar el Museo de Amir Timur y el Museo de Historia, muy útiles a la hora de conocer de cerca la historia del país.
Vida cultural
Uzbekistán posee una gran riqueza de danzas, músicas y trajes regionales. Los amantes del baile pueden apuntarse en la capital a una clase magistral de danza nacional uzbeka donde aprender de las tres famosas escuelas de coreografía uzbekas: Fergana, Bukhara y Khorezm. Por otro lado, cabe mencionar su rica gastronomía, así como la gran variedad de exquisitos panes que se venden en puestos habilitados en la calle y comercios.
El mayor estadio de Asia
Por otro lado, el Gobierno uzbeko ha abierto en la capital el mega estadio Humo Arena, proyecto con el que el país espera iniciar una "nueva era" de desarrollo a través del deporte. Este nuevo complejo se posiciona como la pista de hielo más grande de Asia Central, con capacidad para 12.500 personas, por lo que se espera recibir un turismo atraído por los eventos deportivos que tengan lugar en él.
Fuera de Tashkent, es imprescindible visitar las ciudades históricas de Samarkanda, Bujará y Jiva para hacer un viaje al pasado e imaginarse los tiempos en los que numerosas caravanas cargadas de mercancías recorrían decenas de miles de kilómetros entre China y Roma dando lugar a la mítica Ruta de la Seda.
Cómo ir
Desde Madrid se puede volar con la aerolínea rusa Aeroflot, haciendo escala en Moscú; y con Turkish Airlines, vía Estambul.
Dónde alojarse
El hotel de cuatro estrellas LOTTE City Hotel Tashkent Palace está situado en el centro de Tashkent y se encuentra a diez minutos del aeropuerto. Las habitaciones son muy espaciosas y decoradas con buen gusto.