Comunidad Valenciana

J.J. Sellés: "Un punto más en ciertos impuestos condiciona que una empresa desaparezca"

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Juan José Sellés (Alicante, 1964) fue elegido, el 16 de octubre, presidente de la Unión Empresarial de la Provincia de Alicante (Uepal), organización creada en febrero para tomar el relevo de la desaparecida Coepa. Licenciado en Geografía, Sellés es gerente de la distribuidora de vinos y bebidas Bardisa, empresa familiar con 30 años de historia, y tiene una larga experiencia en asociacionismo -entre otros cargos, fue presidente de Cepyme-. Aspira a que los empresarios de Alicante "estén unidos en una estructura con identidad jurídica propia, independencia económica y suficiente representatividad para demandar lo que necesiten para el crecimiento y desarrollo económico y social sostenido". (Más contenidos en la revista digital gratuita elEconomista Comunitat Valenciana).

¿Cuál es el modelo y los objetivos que defenderá Uepal?

El objetivo es dar forma a un proyecto que no se considera heredero de Coepa. Hay que evolucionar. Llegamos para el asociacionismo 3.0. Me gustaría poner en valor el espíritu y valores del empresariado, pero con personas jóvenes, que tengan un futuro prometedor. Los grandes problemas que tiene ahora mismo la sociedad están muy por encima de las estructuras geográficas, muy por encima de las instituciones y de los gobiernos. Cualquier asociación tiene que conseguir que sus socios la quieran y se sientan indentificados. En nuestro caso, el hecho distintitivo es ser empresarios de la provincia de Alicante. Es una provincia amplia y diversa, la cuarta por PIB en España. La geografía determina que se busquen soluciones distintas al mismo problema: unas zonas son fuertes en turismo, otras en plástico, en juguete, en agroalimentación, en investigación... Hay dos universidades que están funcionando perfectamente, cada vez más cerca y más apoyadas por su empresariado y entidades punteras en I+D. El empresario es el que genera riqueza, genera empleo y es capaz de transmitir a la sociedad el conocimiento que, a través de las universidades y otros centros de investigación, se genera; lo hace útil, lo democratiza. Lo que te da tu impronta es lo que puedas aportar a la sociedad con tu actividad. En esa realidad, Uepal intenta aportar en beneficio de todos, con tres líneas de trabajo fundamentales: formación, infraestructuras y política fiscal.

¿La nueva junta directiva ha enterrado el hacha de guerra contra la patronal autonómica, la Confederación Empresarial de la Comunitat Valenciana (CEV)? ¿Es posible una futura integración?

Valoramos el trabajo del presidente de la CEV, Salvador Navarro, en un momento de crisis en las instituciones, que se habían acercado tanto al poder que habían pasado casi a ser parte de la Administración y no encontraban respaldo de los asociados, porque ya no eran útiles. La Ley de Representatividad de la Generalitat obligaba a que fuesen estructuras autonómicas y el movimiento fue positivo. Ocupó el hueco. Nosotros, en este momento, un poco más tarde, consideramos que necesita una pequeña modificación. La CEV tiene ya tres divisiones provinciales, con un comité, una junta y un presidente. Pero es elegido por la asamblea de toda la Comunidad, no exclusivamente por los empresarios de Alicante, por lo que no es su representante. Faltan asambleas y entidad jurídica propia, que lleven a tener su propia estructura y darle representatividad. Es el empresario el que debe escoger a su representante y éste a su presidente autonómico. No al revés. En el momento en que exista esa estructura con entidad jurídica propia en Alicante, perteneceremos a esa asamblea. Estamos dispuestos a integrarnos, pero solo en esas condiciones. En estos momentos, muchas de las asociaciones que están por convencimiento en Uepal están también integradas en la CEV por interés, porque hay una diferencia importante: el reconocimiento institucional que la CEV ya tiene y que, en estos momentos, Uepal se está ganando. Se gana con estrategia, consistencia y coherencia, con el trabajo del día a día y la credibilidad y el apoyo de nuestros asociados.

La CEOE ha advertido que otorga la representatividad del empresariado de la Comunitat a la CEV y que no admitiría la entrada directa de Uepal. ¿Qué respondería?

Siempre tenemos un camino para llegar a la CEOE, y es a través de Cepyme, que está en Uepal. Salvador Navarro salió de la Cepyme Valencia, Garamendi ha salido de la Cepyme nacional y, en este momento, la única representatividad de Cepyme en la Comunitat Valenciana está en Uepal.

Organismos internacionales y expertos advierten de una ralentización en el crecimiento económico y empresas como Ford o Alcoa están anunciando ya ajustes. ¿Cómo está afectando este contexto a Alicante?

Existen sombras importantes. En la última reunión de la Comisión de Comercio de la Cámara ya no se habló de ralentización, sino, por primera vez en los últimos años, de descenso de las ventas del segmento minorista. Si el comercio vende menos, todo se paraliza. La gente tiene cada vez menos poder adquisitivo y hay una inestabilidad jurídica importantísima, que paraliza todo, una situación que no es de hoy, pero que, con el problema de las hipotecas, ha vuelto a aflorar. No tenemos Plan Nacional de Agua ni energético, retos importantísimos. En esta línea, en automoción, todo el mundo habla de que vamos a pasar de la gasolina al coche eléctrico, pero se necesita una red que no tenemos y la energía que vamos a necesitar no la producimos. Empezamos a ver que una cosa es lo que uno sueña y otra la realidad.

En este contexto de menor crecimiento, ¿cuál es su valoración de los Presupuestos de la Generalitat para 2019?

Los presupuestos de la Generalitat son una carta abierta a los Reyes Magos. A partir de los cinco meses, puede que ni siquiera sean responsables de su gestión. Quiero pensar que no ha sido malientencionado, sino que están convencidos de que van a poder desarrollarlos ellos posteriormente. No creo que entiendan la realidad. Una región en la que la Capital está en una provincia que tiene una macrocefalia tan grande como la de Valencia, no puede entender la realidad de Alicante, que tiene importancia por todas las ciudades que integra. Necesitamos unos presupuestos capaces de superar el déficit histórico en inversión en la provincia y que permita a Alicante un impulso en desarrollo socio-económico. Pedimos lo que nos corresponde; ni más, ni menos. Tendemos la mano al Consell para poder establecer una prioridad de inversiones y apuestas estratégicas para el territorio.

Gran parte del incremento de ingresos, tanto en los presupuestos autonómicos como nacionales, se apoya en la mayor recaudación por impuestos. ¿Qué impacto puede tener en la empresa?

La fuente de aprovisionamiento del Estado no puede ser los impuestos. El equilibrio de los balances debe abordarse por el ahorro, y más cuando no se tiene, y no aumentando los ingresos por vía directa. Los que más lo están sufriendo en este momento son los autónomos y los pequeños empresarios; los más débiles vuelven a sufrir. En el caso del Impuesto de Sucesiones, no hay más que ver cuántas empresas dejan de existir en el cambio generacional. Cuando más débil es la situación, tanto para la familia como para la empresa y sus empleados, les piden que paguen. La mayoría de problemas de una empresa son de liquidez y, para poder hacer líquido un impuesto, muchas veces se ven abocadas a vender. Eso es la mayor aberración que se le puede hacer a un país, porque una empresa no se construye de la noche a la mañana. Un punto más o menos en determinados impuestos puede suponer que una empresa puedan seguir luchando en un mercado global o no y que siga generando empleo o no.

La empresas se quejan de que no encuentran los perfiles profesionales que necesitan. ¿En qué líneas van a trabajar desde Uepal?

Nuestras empresas requieren técnicos y especialistas; necesitamos una Formación Profesional adecuada a las necesidades reales y que las diferentes universidades de la provincia salgan del marasmo que le ha supuesto la deuda con la Generalitat desde hace años. La educación pública en este país es una educación de funcionarios y para generar funcionarios.

Se habla constantemente de reindustrialización y economía del conocimiento. ¿En qué situación está Alicante?

No hemos aprendido mucho con la crisis; tenemos un modelo que no está basado en la productividad, y esa es la piedra angular. Necesitamos mucha mano de obra. Eso, que en principio puede parecer un beneficio, cuando viene una ralentización o crisis, supone destrucción de puestos de trabajo. Por sectores, el turismo no se ha visto tan afectado por el Brexit como se temía, pero, sin embargo, la creación de empleo se ha ralentizado de manera espectacular. Industria tenemos la justa. Hay un gran desequilibrio entre sector primario, terciario e industrial. La industria es necesaria, porque el conocimiento, la tecnología, la I+D, se pone en práctica a través de ella. Y no hay un plan industrial. Si cualquiera de las empresas importantes asentadas en nuestro territorio -porque, para que una empresa sea efectiva y eficiente en el mundo industrial, tiene que ser grande- arrastra a una multitud de pymes, es peligrosísimo cualquier movimiento, como que se vaya la Ford de Valencia o Alcoa de Alicante. En agricultura, afortunadamente en la provincia de Alicante, salir al exterior a vender es innato desde siempre, pese a las dificultades que había antes. Siempre hemos visto el mundo en global y hemos producido para el resto. Estamos bendecidos por el clima y lo rica que es nuestra tierra. Solo nos falta agua y energía. Son dos competencias que son nacionales. Sin embargo, hay que poner de acuerdo a 12 minigobiernos que piensan que el agua y la energía que se produce en su territorio es suya. Es uno de los hándicap que tenemos. Si no se hubiesen cedido competencias en otros sectores importantes, como Educación, Justicia o Sanidad, tendríamos vocación para poder afrontar retos como los del agua y la energía. Es importante tener infraestructuras energéticas suficientes para desarrollar cualquier industria y cualquier medio de transporte.

En los últimos meses, el sector inmobiliario ha vuelto a despegar en Alicante. ¿Existe riesgo de una nueva burbuja?

Hay un cambio importante con el anterior ciclo. Todos teníamos el convencimiento de tener que comprar una casa y pensábamos que era muy bueno residir y desarrollar tu vida en el sitio donde habías nacido. En este momento, nos encontramos una mentalidad en la que la movilidad es muy importante, lo que pone en segundo plano comprar una casa, y la demanda de alquiler se ha multiplicado. Sube el precio, y en esta zona mucho más, porque tenemos que competir con el turismo residencial. Eso activa un poco más el mercado inmobiliario. No veo una burbuja. Podría haberla dentro de los alquileres, pero queda mucho recorrido.

La Generalitat ha realizado una fuerte apuesta por el Distrito Digital. ¿Cuál es la valoración de Uepal?

Es un proyecto relevante, pero los distritos digitales tienen que estar unidos a las fuentes de conocimiento. Sería importante que cada una de las universidades tuviera el suyo, así como empresas asociadas que pudiesen poner en práctica ese conocimiento generado. En este momento, el centro más importante es el Parque Empresarial de Elche. Hay muchos planes para la creación de empresas, pero, para su consolidación, ninguno, pese a que las empresas familiares son las que transmiten el emprendedurismo. Los polígonos de Castalla y de Ibi, donde antes se fabricaban juguetes, ahora se han centrado en plásticos y trabajan para industrias de todo el mundo. La capacidad de adaptación y la apertura de miras del empresario es ejemplar.

¿Qué opina Uepal del movimiento político que dejó fuera de la gestión del Puerto de Alicante al presidente de la Diputación, César Sánchez?

La sensatez que se pide a los empresarios, se pide a los políticos. Es evidente que dentro de la provincia existe una lucha de Generalitat contra la Diputación. No son conscientes de que están de paso y por cuatro años y no se tiene respeto a las instituciones y se ataca a las personas que tienen legítima representatividad. No se puede utilizar el poder de forma caciquista. El enfrentamiento entre Administraciones no produce más que retraso y crispación, que no favorece a los ciudadanos ni a nuestro tejido económico. El Puerto es un elemento dinamizador de la provincia. Si el máximo representante no puede participar, estás dejando vacío el discurso de vertebración de la Comunidad. Debemos remar todos en la misma dirección; desde la diversidad de opinión, pero con el mismo objetivo.

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