
El 11 de abril, se reune la comisión técnica con expertos de todas las administraciones para estudiar posibles soluciones a la deuda de La Marina. (Más noticias, reportajes, análisis y entrevista en la revista digital gratuita 'eE Comunitat Valenciana').
Vicent Llorens (Xeraco, Valencia, 1964) cumple dos años al frente del Consorcio Valencia 2007, organismo que gestiona La Marina de Valencia. Licenciado en Geografía e Historia y Máster Ejecutivo en Gestión de Empresas, es experto en "revitalización de espacios urbanos mediante la dinamización social y económica". Una experiencia que está dando sus frutos en el caso de La Marina: desde que asumió la dirección del ente gestor, en abril de 2016, ha pasado de perder cerca de dos millones a lograr beneficios operativos de 110.000 euros en 2017, gracias a la puesta en funcionamiento de parte de los espacios -con usos centrados en formación, emprendimiento, náutica y ocio-. Un buen punto de partida para la nueva etapa que, en opinión de Llorens, se abrió para el Consorcio Valencia 2007 el 5 de marzo, con la primera reunión presencial del consejo rector desde abril de 2013.
¿Qué supone en términos de gestión la celebración de este consejo rector tras cuatro años y medio?
Ha marcado un punto de inflexión, por dos razones: la primera, porque todas las Administraciones que lo componen se han dado cuenta de que este consorcio tiene un presente, que se ha demostrado que es viable -ya genera un beneficio operativo y desarrolla actuaciones concretas-, y un futuro. No se le prestaba la atención que merecía dentro de la ciudad de Valencia y del proceso de recuperación de los Poblados Marítimos. La Marina ya no es un problema; forma parte de las soluciones de la ciudad. Eso ya no se discute. En segundo lugar, porque buena parte de los acuerdos adoptados van a producir que el Consorcio tenga mayor capacidad de gestión y más ágil; se han delegado competencias del consejo rector a la comisión delegada. Es un organismo que, por su composición -altos cargos del Gobierno, la Generalitat y el Ayuntamiento- es complejo reunir de forma periódica. La comisión delegada se reune todos los meses. Eso da más seguridad y fiabilidad, desde el punto de vista de negociación de contratos y convenios -por ejemplo, con universidades- y de atracción de inversiones.
Una de las cuestiones más complejas es cómo se afrontará el pago de la gran deuda del Consorcio con el ICO, que ronda los 450 millones. ¿Ve posible un acuerdo entre las tres Administraciones?
Creo que hay sobre la mesa un compromiso para poner soluciones a la deuda, que es el gran tema pendiente, la sombra que tiene el Consorcio sobre su cabeza. El 11 de abril, se reune la comisión técnica, con expertos de todas las administraciones, donde se van a abordar posibles soluciones. Todas las partes son conscientes de que, tal y como está, el Consorcio no la puede afrontar. Hay que estudiar soluciones técnicas y asumir compromisos políticos, en los que yo, como director general, no debo entrar. Lo que sí haremos será aportar ideas, soluciones, validar el plan económico financiero adjunto al plan estratégico, ver cuánto beneficio puede generar su ejecución en los próximos 30 años, etc. Yo creo que nadie descarta la opción de la quita o la condonación -como se hizo en el caso de la Expo de Sevilla o las Olimpiadas de Barcelona-, en todo o en parte. Es una opción que está ahí. Lo cierto es que en la atmósfera del consejo rector ya hay buena sintonía, más allá de asuntos muy concretos -como la reforma de la plaza del Tinglado número 2, en la que el Gobierno no ha querido aportar la parte que le correspondería, el 40 por ciento-. Hay una clara voluntad de aportar todos para que esto funcione; hay una conciencia y un sentimiento de que este Consorcio no puede pararse. A partir de ese punto de acuerdo, será más fácil alcanzar pactos, de carácter técnico y político. El próximo consejo rector será tras la reunión de la comisión técnica y se hablará del informe sobre la deuda, además del resto de temas. La dinámica es distinta.
¿Y en qué situación se encuentra la deuda bancaria?
Respecto al préstamo que el Santander hizo para pagar los intereses vencidos del swap -seguro de cambio que se hizo para proteger de las oscilaciones de tipos de interés al préstamo del ICO-, tenemos un embargo del Juzgado de Instrucción Número 7 de Valencia, que supone todos los meses 80.000 euros, y el swap está en stand by, pendiente de la solución que se dé al conjunto de la deuda. Quedan pendientes unos seis millones.
¿Cómo se ha conseguido dejar atrás las pérdidas millonarias para entrar en beneficios operativos?
Han contribuido varios factores. Por el lado de los ingresos, se ha mejorado la gestión de las marinas deportivas; cada vez se desarrollan más actividades y eventos, y hay una importante evolución en los ingresos por concesionarios: alquileres y cánones. En el capítulo de gastos, sin reducir de forma importante los costes de gestión, hemos sido comedidos en aumentos y muy intensivos en el control de las contratas de servicios -limpieza, gestión de zonas verdes, recogida de residuos, etc.-, sin escatimar en inversión en instalaciones y mejora de zonas públicas. Nuestro negocio es sencillo; administramos edificios, instalaciones y espacios. Como administradores, a traves de concesiones y alquileres se ponen en uso, cobramos un alquiler y los gastos de gestión y mantenimiento pasan a los arrendatarios. En los próximos años, entrarán ingresos importantes por la Estación Marítima, Base 5, varadero, etc., y en dos años tendremos beneficios operativos importantes.
El consejo rector ha aprobado el nuevo plan de usos del recinto. ¿Qué supone y cuáles son las actuaciones prioritarias para el Consorcio?
Las actuaciones que se han abordado hasta ahora tenían el amparo del plan especial vigente, que, como era tan genérico, prácticamente daba cobertura a muchas cosas. Pero, por ejemplo, el cambio de uso del antiguo varadero, para construir el futuro Museo del Mar -que se completará con una instalación permanente de reintroducción de especies, junto a la Fundación Oceanogràfic- no se podía realizar. Aún hay muchas parcelas por adjudicar, algunas pequeñas y con usos orientados al ocio y la restauración. Por ejemplo, una entre Panorama y Marina Beach, que saldrá a licitación para un centro de deportes náuticos con una instalación complementaria de restauración. El siguiente pliego en licitación, la gestión de los amarres para embarcaciones deportivas y de recreo. En la zona del 'poblado náutico', donde hay ahora más de 30 empresas -alquiler de motos, embarcaciones, venta recambios, escuelas de windsurf, etc.-, licitaremos la construcción de un edificio donde se articularán todos los locales actuales, con una serie de servicios comunes y un receptivo para embarcaciones charter. También se va a desarrollar el polígono industrial de la náutica, en la zona del varadero industrial. Hay unos 15.000 metros cuadrado dedicados a empresas de venta, mantenimiento y reparación de embarcaciones. Los Tinglados 4 y 5, cuya rehabilitación se licitará este año, tendrán usos relaciones con la economía del conocimiento, la cultura y la creatividad. Para la Base 5, se ha presentado una empresa para desarrollar actividades vinculadas con la biotecnología. Se va a publicar en el Boletín Oficial de la Provincia y se abrirá un plazo de un mes, para que se puedan presentar propuestas alternativas. Respecto al edificio Docks, está pendiente de firma el acuerdo ya alcanzado entre Ayuntamiento y concesionaria. Tiene dos plantas y podría crecer una más, hasta 40.000 metros cuadrados. Se está defininiendo su contenido, que estará relacionado con el hecho urbano, la habitabilidad, la creatividad, la cultura y el arte, mezclando muchas variables: la innovación, la economía, la pedagogía y educación, la cultura, la sensibilización. Será un complejo multifuncional. La Base del Alinghi la gestionaremos directamente. Y, a finales de marzo, se licitará la Estación Marítima para instalar un hub tecnológico de empresas que han salido ya de la fase de incubadora y están en un proceso de consolidación. Con ello, se completaría el ciclo de emprendimiento en la Marina, que cuenta ya con formación, incubadora y aceleradora.
El plan de usos contempla, también, un gran hotel frente al que hay voces -del mundo político y empresarial- que se oponen frontalmente.
Sé que hay dudas; es un proyecto que no hay que tomar con frivolidad y que nadie considere que lo hacemos, pero creemos que es un proyecto estratégico que abrirá muchas oportunidades a la Marina y a Valencia. Se trata de una parcela de 7.000 metros cuadrados con una volumetría de 28.000 metros y la posibilidad de construir hasta 30 plantas, y ha generado gran interés, entre grupos empresariales de carácter local, nacional e internacional. Seremos muy estrictos con la calidad arquitectónica y la integración de la solución paisajística con el entorno, con la máxima eficiencia energética -de hecho, exigiremos que cumpla con los requisitos de la certificación Leed Platinum- y, obviamente, tendrá que contribuir a la dinamización económica y la creación de empleo en el ámbito de la Marina, los poblados marítimos y la ciudad. Será un edificio multiservicios, que también tendrá oficinas, espacio de coworking, zona comercial y de restauración. Se aprobó el inicio de expediente el 5 de marzo. El Consorcio le devolverá la parcela al Ayuntamiento, que es quien licita y adjudica y, una vez adjudicada, le devuelve al Consorcio la gestión y los derechos, porque la vida útil del Consorcio finaliza en 2048 y, en este caso, por la envergadura del proyecto y la inversión, la concesión tiene que ser a más largo plazo.
¿Qué balance hace de la gestión en concesión del Veles e Vents?
Los gestores -Heineken y La Sucursal- están cumpliendo el contrato, en cuanto a pagos e inversiones, y la parte de formación e inserción laboral, en materia de gastronomía, funciona muy bien. Donde sí que hay un acuerdo es sobre la necesidad de hacer una reflexión conjunta sobre los contenidos de carácter cultural y artístico. No es fácil exponer ahí, por la configuración y condiciones del edificio. Hay un punto de encuentro en trabajar conjuntamente. Lo importante es que está abierto, se ha hecho una inversión importante y se está cumpliendo el contrato a satisfacción, con una voluntad de mejora en la gestión cultural. Además, ha contribuido mucho a la afluencia de gente y la dinamización del entorno, por los eventos que acoge.
La Marina se ha consolidado como polo emprendedor gracias a la apuesta de grandes actores, como Lanzadera o Bankia Fintech, y las nuevas propuestas incluyen otras iniciativas en esta línea. ¿Qué ofrece La Marina a este tipo de proyectos?
La propia mejora del entorno propicia la atracción de proyectos de economía del conocimiento. Hay más proyectos interesados en instalarse en La Marina. Algunos están impulsados por multinacionales importantes, que, en sus procesos de negociación y decisión, piden confidencialidad. Además, hay una relación de colaboración y trabajo diaria con organismos como VitEmprende, la Asociación Valenciana de Startups y con muchos emprendedores reconocidos, algunos que trabajan desde Valencia y otros que quieren volver. Nuestro rol es distinto, pero coordinado. Nosotros facilitamos espacios y las condiciones de instalación; no somos un organismo que fomenta la innovación, pero sí somos proactivos. Pensamos que hay que primar esas actividades, con condiciones preferentes. Preferimos un hub tecnológico que un mercado gourmet.
Una de las líneas de trabajo que anunció al asumir la dirección del Consorcio fue la centrada en las empresas de la comunidad marítima. ¿Cómo se ha desarrollado?
Hemos llevado a cabo varias acciones. Con los concesionarios, trabajamos, básicamente, la mejora del espacio público. Hemos adjudicado el plan de señalización y vamos a ir mejorando la accesibilidad y movilidad, habrá más zonas verdes, más comodidad para el usuario -se restringirá la circulación por el interior-, dada la vocación de gran espacio público, gran plaza. También, estamos desarrollando conjuntamente un proyecto de mejora de la calidad del servicio, sobre todo con empresas de restauración y de náutica, con tres acciones: certificación Sicted -de calidad de servicios turísticos-, adhesión al programa de hospitalidad de la Agencia Valenciana de Turismo (AVT) y asesoramiento del CdT Valencia en temas relacionados con la restauración, la hostelería, los servicios náuticos, etc. Buscamos consolidarnos como destino de calidad. Además, estamos gestionando con el Ayuntamiento y la Generalitat la declaración de la Marina como zona de interés general, lo que permitirá que licencias relacionadas con actividades y eventos se tramiten por los interesados a través de una certificación administrativa directamente con el consorcio. Ello no implica que el Ayuntamiento no ejerza su control, pero al menos no habrá retrasos por temas administrativos. Con el BIC todos estos temas se agilizarán.
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