Comunidad Valenciana

B. Dragomir (Avaesen): "Exportamos tecnología a todo el mundo; España debería liderar la transición energética"

(Fotografía de Guillermo Lucas).

Bianca Dragomir (Brasov, Rumanía, 1984) asumió, en mayo de 2013, la dirección general de la Asociación Valenciana de Empresas del Sector de la Energía (Avaesen), que integra a más de 100 empresas de energías renovables, economía circular, ciclo del agua, gestión de residuos y smart cities, con una facturación agregada que supera los 3.000 millones y más de 6.000 empleos. (Más noticias, reportajes, análisis y entrevistas en la revista digital gratuita 'eE Comunitat Valenciana').

Avaesen ha visto reconocida su labor en la Unión Europea con la elección como Clúster Embajador de la UE para 2016-2018. Al mismo tiempo, Dragomir fue nombrada European Cluster Manager of the Year 2016, entre más de 500 directores de clústers, convirtiéndose en la primera mujer con este reconocimiento. Además, formará parte del High Level Industrial Roundtable Industry 2030, grupo de 20 expertos que codiseñarán, junto a altos cargos europeos, una estrategia industrial europea más sostenible, inteligente e integradora. El grupo está presidido por la Comisaria Europea de Industria, Emprendimiento, Empleo y Pymes, El?bieta Bie?kowska.

¿Qué supone para Avaesen este reconocimiento de su labor y liderazgo a nivel de la Unión Europea?

Estamos muy ilusionados porque, como Asociación Embajadora de todos los clúster europeos -unos 2.500- podemos hacer hincapié en la importancia del sector de las tecnologías limpias y fomentar las cadenas de valor intersectoriales, una de las tendencias. Esto va muy en línea con la política de clusters europea, pero también con la política de reindustrialización o modernización industrial, uno de sus pilares. Como asociación, participamos en varios proyectos europeos y también en foros, como el Foro Europeo del Día de la Industria, el 23 de febrero en Bruselas, con 600 entidades de toda Europa, representantes de todos los sectores, cuyas conclusiones se reflejarán en el marco financiero de la nueva política industrial, que se anunciará el 29 de mayo. Como proyectos destacados, desde hace dos años lideramos Energy in Water, partenariado estratégico de nueve clusters de energía y agua. Se trata de ver las necesidades tanto de las industrias como de las ciudades y aportarles soluciones. Además, hemos puesto en marcha un proyecto con la Agencia Europea de Teledetección, para que se creen esas cadenas de valor entre el sector energético, el del agua y el big data y poder liderar las innovaciones que se generen. El modelo de Avaesen está inspirando a las empresas y asociaciones de otros países, como Hungría, Rumanía, Reino Unido, Alemania, Portugal e Italia.

¿Qué estrategias y líneas de trabajo han llevado a Avaesen a esa posición de liderazgo entre los clúster europeos?

En 2013, cuando me incorporé a la asociación, cambiamos el modelo desde dentro, escuchando mucho, desde la necesidad de las empresas, de la industria y de los municipios. Me encontré un desorden perfecto para poder innovar y crear lo que hemos creado, con muchas oportunidades. En el ámbito de energías renovables, las empresas buscan los mercados donde mejores condiciones encuentran, tanto en ejecución como en plazos. En España hubo un momento con cero proyectos, cero recursos y cero financiación. Hubo que redefinir estrategias y ver cómo hacer más con menos. Como asociación, no hemos parado: hemos participado en proyectos europeos, abierto nuevos nichos y nuevos mercados a nivel internacional, trabajamos con los municipios... Una de las claves fue el enfoque intersectorial, porque teníamos que abrir negocio para las empresas energéticas, en sectores como el industrial -plástico, textil, automoción-, hotelero, comercial... Gracias a ello, y a pesar de las barreras legislativas y la falta de compromiso del Gobierno nacional con el sector de las renovables, nuestras empresas han encontrado nichos de mercado en diferentes sectores, como eficiencia energética, y en la internacionalización. Al fin y al cabo, con energía se hace todo y hay un amplio abanico de oportunidades. Este es el sector del futuro. A diferencia de los últimos ejercicios, 2018 empieza con muy buenas expectativas, porque el año pasado el Gobierno cambió de rumbo respecto a las energías renovables, con licitaciones de 8.000 MW en total en toda España. Aunque se ha hecho todo bastante deprisa y corriendo, porque el Gobierno está presionado por la Comisión Europea para cumplir los objetivos 20/20 de renovables y, por lo tanto, ha lanzado todos los MW que tenía previstos en unos pocos meses, se ha enviado un mensaje de reactivación y esperanza para el sector. También a nivel de la Generalitat Valenciana parece que hay un fuerte compromiso con el sector.

A pesar de ese compromiso, los proyectos de renovables apenas empiezan a reactivarse, tras años de paralización, y aún quedan flecos pendientes para el desbloqueo del plan eólico. ¿Qué está fallando?

Nos consta que se han dado bastantes pasos en este sentido; nuestras reivindicaciones se han escuchado y se han tomado medidas, pero queda mucho por hacer a nivel de ejecución. Está en manos de la Administración. Se están abriendo muchas líneas que durante muchos años han estado bloqueadas y es un paso importante, pero hay que rematar. Está tardando en verse a nivel práctico. Tenemos una Administración que desde el principio ha dicho que se lo cree, que la sostenibilidad es condición sine qua non de todas sus políticas -de hecho, hay una Conselleria de Economía Sostenible-, pero hay muchos proyectos que se tienen que acelerar. Se están perdiendo oportunidades de captar fondos europeos para la lucha contra el cambio climático. A partir de 2021, habrá 181.000 millones de euros para tecnologías limpias al año de los fondos europeos. Los estados, las agencias regionales y las administraciones locales tendrán que proponer y ejecutar proyectos. Todos los Estados tienen su parte, pero si España no presenta proyectos y no lidera esta transición, lo hará otro país, lo hará Alemania o Francia o Italia. Porque los objetivos se tienen que cumplir, y se perderá el tren de ese liderazgo de la transición y es una pena, porque hay empresas valencianas en Avaesen que están exportando tecnología de vanguardia por el mundo e invirtiendo en otros países. Qué triste que lo hagan en Londres y en Japón. Tenemos que ver cómo hacer que crezcan en casa. El sector ha demostrado su capacidad para reinventarse; el arte de hacer más con menos y sobrevivir.

En esta línea de diversificación de objetivos y estrategias, Avaesen ha logrado sentar las bases del ecosistema de 'smart cities' en la región, con implicación de sector público y privado. ¿Cómo se ha conseguido?

El grueso de las emisiones de efecto invernadero procede de las ciudades y tenemos que actuar. En la estrategia europea, las ciudades se están transformando en verdaderos laboratorios de innovación, no sólo para la aplicación de soluciones disponibles, sino en generación de nuevas ideas. En este contexto, Avaesen conecta a los municipios con la masa crítica del sector, siempre con un enfoque práctico, centrado en resultados. Smart cities es un concepto del que se habla mucho, pero se desconoce bastante. Queríamos arrojar luz. Hace dos años lanzamos el Think Tank Smart Cities, un grupo de trabajo para reunir a las empresas de la asociación con los interlocutores adecuados de los municipios valencianos. Acudían a Avaesen para informarse sobre eficiencia energética y las soluciones a implantar, y les asesorábamos. Por otro lado, las empresas querían abrir negocio y, viendo las oportunidades en el marco de las ciudades sostenibles, decidimos sentar a todos en el mismo marco y atraer, también, a la Administración autonómica, universidades, asociaciones, institutos tecnológicos, startups, inversores y entidades de financiación que quisiesen contribuir. Superó nuestras expectativas: nos encontramos con 60 entidades en la primera reunión. Actualmente, participan 127 entidades y ha sentado las bases del ecosistema de smart cities en la Comunitat. Se han reunido expertos de los diferentes subsectores de las smart cities con los ayuntamientos y se ha analizado qué estaban haciendo en cada vertical -agua, energía, residuos...-. Aplicamos un enfoque global, integrado, porque, a veces, lo que se hace en un ámbito no era compatible con otro. Sólo dos ayuntamientos de la Comunitat tenían un plan director de smart city, Valencia y Torrent, con las necesidades y una estrategia a futuro. Nos sentamos con otros -Alcoy, Altea, El Verger, Rafelbunyol, Castellón...- para definir retos y estrategias. Uno de los aspectos más innovadores es la conexión con inversores y sistemas de financiación, incluidas nuevas fórmulas, como el crowdfunding y crowdlending. Se da la paradoja de que la financiación es la principal barrera para que se aceleren estos proyectos, a pesar de que esa financiación existe.

¿Qué resultados o impactos reales ha tenido esa colaboración?

Hemos logrado recoger cientos de retos y casarlos con las soluciones que existen en la Comunitat Valenciana. Se crea colaboración entre el sector energético y todos los sectores que intervienen en el debate de las smart cities -energía, agua, movilidad, seguridad,...-. Creo en la economía colaborativa; solo es posible una transición de modelo si todos colaboran, si es un debate sistémico. Todos los actores se están dando cuenta de que el cambio vendrá si vamos en el mismo barco. Incluso empresas competidoras se sientan en la mesa y comparten lo que hacen o se sientan varias con un ayuntamiento para aportar valor. Es un cambio de paradigma. Ya hay cinco proyectos en marcha, en los que trabajan empresas, y se han elaborado varias guías de smart cities -paso previo al plan director-, que fomentan la competitividad, porque las empresas saben lo que hay y pueden aportar soluciones de forma más rápida. Destaca El Verger, un municipio muy pequeño, pero con clara vocación a la innovación. En Valencia, lanzamos un laboratorio urbano en energía y también colaboramos con la plataforma Smart Dival de la Diputación de Valencia, que se lanzará en breve.

¿Qué papel juegan los ciudadanos?

El propio ciudadano está pidiendo esta innovación; es un movimiento que viene desde abajo. Nos interesamos cada vez más en cómo vivir de forma más sostenible, en la energía, alimentación, movilidad... Eso empuja todo lo demás. Independientemente del marco legislativo, que puede ayudar más o menos, esta tendencia es fascinante. Por ejemplo, se están desarrollando edificios con fachadas con capacidad de absorber la contaminación; grandes empresas contaminantes están redefiniendo estrategias e incorporando políticas de RSC, y hay países donde la energía ya se está produciendo de forma totalmente descentralizada. Hay un cambio de paradigma que nos hace constantemente repensar el modelo que tenemos. Acabamos de lanzar el portal Think SmartCity!, que será una versión virtual del ecosistema creado en la Comunitat, a través del que se conectará con los ciudadanos, para que puedan decidir y hacer propuestas. Avaesen hará llegar esa información a los ayuntamientos. Mucho de lo que se ha hecho hasta ahora no contempla al ciudadano como centro del debate. Con este portal, todos podremos aportar.

¿Cómo se perciben estas estrategias y el desarrollo de tecnologías en el ámbito de las 'smart cities' en la Comunitat a nivel europeo?

Valencia está a la vanguardia de la tecnología y se la ve como referente en muchos proyectos internacionales. Esto tiene un efecto tractor en municipios más pequeños, que es donde está la oportunidad. Si logran conectarse a las tendencias, lo que hacemos tendrá un sentido. Si solo se suman los grandes, habremos perdido un tren, porque no puede haber tanta diferencia. Creamos el think tank, para acercar las oportunidades a todos. Definimos un plan de acción personalizado, tanto en municipios como empresas. Por ejemplo, Benidorm quiere desarrollar el concepto de ciudad turística inteligente.

Avaesen se ha convertido, también, en uno de los pilares fundamentales del ecosistema emprendedor valenciano, impulsando proyectos en torno a la energía, la sostenibilidad y el cambio climático.

Concebimos Avaesen como un marketplace de innovaciones en materia de cambio climático. A medida que las empresas han conseguido sobrevivir y ampliar negocio, también hemos lanzado iniciativas para crear sector, con el emprendimiento. Había pymes y empresas grandes tractoras, pero faltaban emprendedores, startups, que crean proyectos que luego otras empresas incorporan, para fomentar el flujo de innovación. Con Energy in Water hemos ayudado a 180 empresas en dos años, atrayendo financiación europea para ideas innovadoras. Está abierta la nueva convocatoria de Climate-KIC Accelerator, el mayor programa de emprendimiento europeo en tecnologías limpias -ha acelerado más de 85 proyectos-, y, en breve, se abrirá la de Climate Launchpad, la mayor competición mundial en materia de cambio climático. Llevamos 4 años organizándola a nivel nacional y la Comunitat siempre ha estado en el top 10 de los proyectos en la final mundial. Firmas consolidadas, como Aerox, Navlandis, Closca o Witrac, empezaron aquí. Queremos que las grandes empresas planteen retos y lanzar convocatorias para atraer a los mejores, de España y fuera. Estamos ya en conversaciones.

Con las diferentes líneas de trabajo en materia de sostenibilidad, ¿es factible alcanzar los objetivos europeos?

Todo esto no es suficiente. Los expertos creen que para lograr los objetivos del Acuerdo de París deberíamos ser capaces de ir seis veces más rápido de la velocidad máxima que hemos alcanzado hasta ahora en la lucha contra el cambio climático. Es difícil. Es clave que actúen la parte pública y la privada, todos los sectores y ciudadanos. Que todos vayamos en la misma dirección.

(Más noticias, reportajes, análisis y entrevistas en la revista digital gratuita 'eE Comunitat Valenciana').

comentariosicon-menu0WhatsAppWhatsAppFacebookFacebookTwitterTwitterLinkedinlinkedin
arrow-comments