
"La incertidumbre derivada del entorno político en Cataluña podría restar entre tres y cuatro décimas al PIB valenciano en 2018, al ser una de las regiones más expuestas", según el informe Situación Comunitat Valenciana de BBVA. No obstante, hasta el momento, el impacto ha sido "muy limitado y transitorio", ya que "el impulso de los factores externos favorables compensa el efecto de la incertidumbre", apuntó Rafael Doménech, responsable de Análisis Macroeconómico de BBVA Research.
Por ello, la firma deja abierta la puerta a una revisión al alza de la previsión de crecimiento para la región, fijada en el 2,4 por ciento en 2018 y en 2019, frente a los avances superiores al 3 por ciento de los últimos años -el 3,2 en 2017-. A ello contribuyen, también, el agotamiento de los fuertes incrementos de demanda interna y turismo, y los retrasos en el nuevo modelo de financiación autonómica.
Doménech explicó que, de confirmarse esta evolución, podrían crearse más de 100.000 puestos de trabajo en la Comunitat, con un descenso de la tasa de paro hasta el 13,3 por ciento a finales de 2019. A pesar de ello, este nivel es "inaceptablemente alto", por lo que "siguen siendo necesarias reformas que continúen reduciendo los desequilibrios". Entre ellas, plantea que "hay que continuar con la mejora de la percepción de solvencia de las cuentas autonómicas, avanzar en medidas que incrementen la productividad, el tamaño medio de las empresas y su capital tecnológico y humano, y aprovechar las oportunidades de la cuarta revolución industrial para mantener e incluso mejorar la competitividad".
Como complemento, pone sobre la mesa la necesaria reforma de la financiación autonómica, básica para consolidar la recuperación de la región.
Hacia la media nacional
Los datos disponibles reflejan que la economía valenciana se mantuvo muy dinámica en el segundo semestre de 2017, con un crecimiento promedio del 0,8% trimestral (un 3,2% en todo el año). El comportamiento favorable de la economía valenciana se debió a algunos componentes de la demanda como el empuje del consumo privado, el repunte de la inversión o la recuperación de las exportaciones apoyada por el aumento del comercio mundial.
A corto y medio plazo, la mejora del entorno exterior, la política monetaria, que continuará siendo expansiva, y el precio del petróleo, que aunque aumentará lo hará de forma moderada, también contribuirán al crecimiento de la economía valenciana.
A la incertidumbre por la política catalana, se suman también la dificultad para continuar sosteniendo el crecimiento del sector turístico, las consecuencias que podrían derivarse de un eventual aumento del coste de financiación, en una economía con un elevado nivel de apalancamiento público y privado, el bloqueo de los Presupuestos Generales del Estado o los efectos sobre los flujos externos del Brexit.
"Si se cumplen estas previsiones, el crecimiento de la región se situará en línea con la media española para el bienio 2018-2019 y, a finales de 2019, se recuperará el nivel del PIB medio, tanto absoluto como per cápita, aunque el empleo y las tasas de paro se encontrarán aún lejos de esos niveles", concluye el informe.