
Los fabricantes de azulejos y pavimentos cerámicos han incrementado sus ventas en 1.000 millones de euros en los últimos siete ejercicios -hasta los 3.520 millones de 2017, un 7% más que el año anterior-, gracias al esfuerzo en nuevos desarrollos y a la diversificación de mercados internacionales, que ha disparado la exportación. | Más noticias en la revista digital gratuita elEconomista Comunitat Valenciana.
La inversión en innovación -orientada tanto a productos como a sus usos y aplicaciones, a procesos y a nuevas tecnologías, lo que ha permitido a las empresas reforzar su competitividad por diferenciación y calidad de la oferta y por costes y precios- y el esfuerzo en promoción de la marca paraguas Tile of Spain, para consolidarla como sinónimo de calidad y prestigio, han permitido mejorar el posicionamiento del producto español, referente en los mercados internacionales. La exportación ha pasado de representar el 57 por ciento de las ventas totales de fabricantes españoles en 2008, al 76,7 por ciento en 2017 -con 2.700 millones, de los 3.520 millones de negocio total, frente a 820 millones a nivel nacional, donde el año pasado se elevaron el 10 por ciento-, convirtiéndose en el salvavidas ante el hundimiento del sector por la crisis en España -la producción se redujo a la mitad entre 2007 y 2010-.
Los mercados europeos, principales clientes del sector azulejero español, no fueron inmunes al impacto de la crisis. En este contexto, los grupos nacionales han orientado sus esfuezos a crecer en áreas emergentes, como los países asiáticos, y en Estados Unidos, por su gran potencial.
Desde 2010, las ventas a países europeos han pasado de representar el 57,2 por ciento del total al 47,7 por ciento, según las estadísticas anuales difundidas por la patronal del sector, Ascer. La cuota cedida por Europa se reparte, básicamente, entre América del Norte, que ha pasado del 5,64 por ciento al 11,6 por ciento de la exportación española total entre 2010 y 2017, y Asia, cuyo peso se ha elevado desde el 2,96 por ciento hasta el 23,8 por ciento. El resto de zonas, se ha mantenido: Oriente Próximo se mueve del 18,17 por ciento al 19,3 por ciento; África, del 10,8 por ciento al 10,6 por ciento -debido, sobre todo, a la compleja situación en Argelia-, y Oceanía, del 0,67 por ciento al 1 por ciento.
Norteamérica y Asia siguen estando en el foco de las estrategias de expansión para los próximos meses. Además, se están retomando los planes de crecimiento en la Federación Rusa -que subió un 9,2 por ciento en 2017, tras el parón de los últimos ejercicios- y en Europa del Este -donde el sector vendió un 8,2 por ciento más, rompiendo con las caídas de los últimos años, y cree que se podría volver a ver crecimientos de dos dígitos-.
Los temores respecto a la evolución de la demanda en Estados Unidos y Reino Unido, tras sus respectivos giros en política exterior, no se han materializado, por el momento. El mercado británico cerró 2017 con un leve crecimiento, del 1,8 por ciento, hasta 161 millones, y su evolución dependerá de las condiciones del Brexit. Mientras, en el caso del estadounidense, las ventas se dispararon un 25,5 por ciento, hasta 213,2 millones. Pasa a ser el segundo país por negocio para el azulejo español, con una cuota del 8,5 por ciento del total de la exportación -frente al 3,7 por ciento de 2010-.
En el otro lado de la balanza, están los recortes de ventas a Arabia Saudí, cuarto país de destino, donde se situaron en 111,1 millones, un 19,2 por ciento menos, y a la zona del Magreb, con un descenso del 27,8 por ciento, hasta 162,5 millones. La principal causa es el cierre, desde abril, del mercado argelino, que en 2016 ocupó el quinto lugar en exportación, con 123 millones. "Desde el primer momento, Ascer ha trasladado la gravedad del asunto tanto a la Secretaría de Comercio como a las autoridades europeas, a través de la Federación Europea, Cérame-Unie, para que tomen medidas, y se trabaja de forma estrecha con la Oficina Comercial en Argel", explican desde la patronal.
¿Multilocalización?
Este creciente peso de los mercados ubicados en zonas geográficas más lejanas en un sector con altos costes logísticos, debido a las características del producto, y las estrictas medidas medioambientales impuestas por la Unión Europea a las industrias de la región -que el sector considera difícil de alcanzar, incluso aplicando las tecnologías y sistemas de producción más eficientes- han reactivado el debate interno sobre la multilocalización de la capacidad productiva. Un proceso que ya ha abordado el principal competidor del azulejo español, el italiano, cuyos principales grupos cuentan ya con plantas en diferentes partes del mundo. En el caso de las grandes compañías de Castellón, únicamente Pamesa dispone de una fábrica en el exterior, en Brasil, si bien algunos de los proveedores de fritas y esmaltes ya cuentan con centros de producción en otros países.
España es el primer productor de la Unión Europea por volumen, con 530 millones de metros cuadrados, un 9 por ciento más que en 2016 -aún lejos de los 630 millones de metros precrisis-. Sin embargo, sigue sin poder romper la distancia con la oferta italiana en cuanto a precios y rentabilidad. En 2017, el precio medio subió apenas un 1,3 por ciento, hasta los 6,59 euros por metro cuadrado, mientras en Italia supera los 12 euros por metro.
Por ello, la patronal cerámica, Ascer, reclama a las Administraciones Públicas "una apuesta clara y efectiva por la industria española como motor de la economía", con especial hincapié en las políticas y estrategias en materia energética, "uno de los principales factores de costes de esta industria". Entre otras medidas, el nuevo presidente de Ascer, Vicente Nomdedeu, plantea mejorar la seguridad jurídica en materia energética, condiciones que permitan planificar la cogeneración y apoyo a instalaciones que aumentan la eficiencia y ahorro energético. Asimismo, pide dar un impulso a la reforma y rehabilitación, con planes y ayudas directas, medidas fiscales y líneas de financiación específicas. Nomdedeu añadió que "hay que seguir haciendo importantes esfuerzos de contención de los costes laborales y de adaptación industrial, que permita la necesaria flexibilidad".
El representante del sector reiteró, asimismo, la necesidad de una mejora en infraestructuras y conectividad, para mejorar la vertebración con el resto del territorio de la Unión Europea. Entre los proyectos, destacó el Corredor Mediterráneo ferroviario, clave para los Puertos de Castellón y Valencia.
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