El presidente valenciano, Ximo Puig, ha priorizado "la gobernabilidad" de España por encima del posible impacto que la división en la Ejecutiva del PSOE entre partidarios del secretario general, Pedro Sánchez, y sus detractores -que dimitieron en bloque el miércoles- tenga sobre su formación en unas eventuales terceras elecciones. "Ya hemos sufrido un doble impacto en las dos últimas elecciones generales y otro el pasado fin de semana", con los resultados de los comicios en Galicia y el País Vasco. "Lo que no se puede es engañar más a los ciudadanos diciendo que hay unas posibilidades de formar un gobierno progresista que no existen, porque no hay nadie que apueste por ello y, además, la suma es imposible", subrayó Puig, que instó al diálogo interno para tomar una decisión "racional y responsable".
En este sentido, el presidente valenciano puso sobre la mesa unas terceras elecciones, pero sin descartar "una pasarela para la gobernabilidad", a través de un acuerdo con el Partido Popular que desbloquee la situación, dejando la puerta abierta, de forma tibia, a una posible abstención. "Nadie quiere al Partido Popular, pero los resultados electorales son los que son", dijo.
En cambio, sí fue totalmente rotundo en su rechazo a una "coalición" PSOE-PP. "El PSOE siempre debe de ser una alternativa a la derecha", destacó.
Total falta de diálogo
Puig no dudó en acusar de los problemas de diálogo interno a Sánchez. "¿Cómo alguien pretende formar un Gobierno con 20 ó 25 organizaciones y no habla con sus presidentes autonómicos? No ha habido un diálogo normalizado", subrayó.
"Lo primero es hablar de gobernabilidad y tomar una decisión en el partido, pero se han alterado las formas. Ha de ser la comisión gestora que se forme con la confianza del Comité Federal la que establezca ese debate", apuntó Puig. Advierte de que este proceso será "intenso", dado que no existe una posición única entre los críticos.
En esta línea, Puig negó que haya un acuerdo entre el sector que presentó su dimisión. "No hay grupos ni bandas, ni hemos tomado decisiones conjuntas en ninguna reunión. La situación se planteó así porque, al parecer, no había otra forma. Presentar la dimisión no son formas agresivas, sino un mecanismo democrático de mostrar rechazo ante una situación. También podría pensarse que son formas agresivas plantear un 'congreso expres' sin consultar con nadie. Cada uno ha tomado la decisión que ha creído más conveniente para la organización y tan leal es el que ha presentado la dimisión como el que permanece en la Ejecutiva".
Puig negó que exista un líder de futuro definido. "Veremos quién se presenta y serán los militantes los que decidan votando", aseguró.
"No cavar más la fosa"
Puig manifestó su confianza en que el PSOE resolverá la crisis y recuperará el apoyo de los votantes. "Hemos vivido situaciones muy dramáticas y las hemos superado", dijo. "En todo caso, el proceso de debate interno debe abordarse desde el sosiego y la prudencia e intentar no hacer más daño a una organización a la que algunos hemos estado vinculados toda la vida. Tenemos que tender puentes y buscar soluciones y no cavar más la fosa", concluyó.
Montón, entre dos aguas
La consellera de Sanidad valenciana, Carmen Montón, candidata a ministra en este área en un posible Gobierno liderado por Pedro Sánchez, no ha adoptado una postura clara en la crisis de la Ejecutiva. Montón se desmarcó del grupo que presentó su dimisión el miércoles, pero no ha acudido a la reunión convocada por Sánchez. Ximo Puig le dio su apoyo público. "Por supuesto, la considero de mi confianza y una gran gestora de la sanidad", afirmó.