La futura Agència Valenciana de la Innovació (AVI), concebida como entidad encargada de coordinar la estrategia de innovación de la Comunitat Valenciana y de impulsar la articulación de todos los agentes del sistema valenciano de innovación (SVI), será una realidad en 2017 y tendrá competencias financieras propias. En concreto, y entre las capacidades de la agencia, se incluyen "la concesión de subvenciones a los agentes del SVI, mediante convocatorias de concurrencia competitiva, siempre que no colisionen con las competencias de otros organismos", así como "la concesión de avales y préstamos, en cooperación con la entidad de la Generalitat Valenciana competente en materia de financiación -el Instituto Valenciano de Finanzas- o, en su caso, con otras entidades financieras". Además, se contempla su "participación en la creación o desarrollo de nuevos agentes del SVI".
Así se recoge en el borrador de anteproyecto de ley de creación de este organismo, que el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, ha presentado a los miembros del Alto Consejo Consultivo en I+D+i para su consideración previa, antes de iniciar su tramitación en Les Corts Valencianes.
Unas atribuciones que implican la necesidad de disponer y gestionar recursos económicos, planteamiento que choca con el enfoque defendido por el conseller de Economía, Rafael Climent, que hace unos días señalaba que la AVI "debería de ser un ente estrictamente coordinador de toda la innovación".
El periodo de evaluación, consulta y propuestas sobre el anteproyecto servirá para concretar el texto que se presentará ante Les Corts. En este sentido, Puig manifestó a los integrantes del Alto Consejo Consultivo en I+D+i su deseo de que "el documento recoja, al menos, una parte importante de sus inquietudes expresadas a lo largo de todos estos años en la evaluación de sus sucesivos informes anuales que con tanta extensión y precisión recogen el estado real de nuestro sistema de innovación".
Cambio de modelo
Puig subrayó que la AVI "tiene el objetivo de modernizar el modelo productivo, aumentar la competitividad de las empresas y la creación de más ocupación y de mejor calidad". En esta línea, el anteproyecto de ley destaca que "de la crisis solo saldremos con un cambio de modelo productivo donde primen los sectores demandantes de talento, de conocimiento, de tecnología y de ciencia. Solo esos sectores crearán empleo de calidad y generaran crecimiento sostenible".
El anteproyecto señala tres líneas prioritarias de trabajo: "nuevos bienes y servicios, nuevos procesos de producción y nuevas formas organizativas y de mercado o la sustancial mejora de las existentes". Todo ello con un enfoque que busca "actuar prioritariamente en la valorización del conocimiento, esto es, la transferencia rápida hacia el tejido productivo del resultado de la investigación".
La relevancia que la Generalitat otorga a estas políticas y al organismo encargado de coordinarlas queda reflejada en el hecho de que la Agència Valenciana de la Innovació será presidida por el propio presidente de la Generalitat. Su gestión diaria quedará en manos de un vicepresidente ejecutivo, cuyo nombramiento deberá ser respaldado por dos tercios de los miembros de las Corts Valencianes, para garantizar el consenso.
El consejo de dirección contará también con representantes de las consellerias de Economía, Hacienda y Educación, del IVF, de las fundaciones y centros de investigación públicos y privados, Redit (Red de Institutos Tecnológicos de la Comunitat Valenciana), el CSIC, las universidades, los sindicatos y las organizaciones empresariales más representativas.
Para el presidente del Consell, "las dificultades presupuestarias que atraviesa la Generalitat no pueden paralizar nuestros anhelos ni la necesaria mejora sustancial de nuestro modelo de crecimiento económico", por lo que abogó por "aprovechar mejor los recursos de los que se dispone".
En el caso de la Agència de la Innovació, este enfoque se concreta en "utilizar mejor todo el volumen de conocimiento disponible distribuido entre universidades, institutos tecnológicos, la red de CSIC en la Comunitat Valenciana y en todos los profesionales y empresas de servicios avanzados de carácter privado que contribuyen decisivamente con su trabajo diario a la mejora competitiva de nuestras empresas", añadió Puig.
Consenso, estabilidad y profesionalidad
La Generalitat detalla que las características que fundamentan la creación de la Agència Valenciana de la Innovació son, en primer lugar, el consenso, "tanto en la elaboración de la estrategia, como en las líneas de acción con todos los agentes implicados, directa o indirectamente en el sistema valenciano de innovación". Un consenso, que, según ha remarcado, queda garantizado no solo en el momento de su diseño, sino también en la propia composición de sus órganos operativos y de gestión -el consejo de dirección y el consejo de innovación- y que el Consell espera también "alcanzar en todo el ámbito político en las Cortes Valencianas, con el apoyo de todos los grupos parlamentarios".
En segundo lugar, Puig también se ha referido a la estabilidad en el tiempo, garantizado por la fijación de un periodo de elección de las personas responsables de la agencia superior al de un ciclo político -en concreto, por cinco años-, así como por la exigencia de que "necesiten alcanzar, al menos, dos tercios de los votos de las fuerzas políticas presentes en Les Corts".
En tercer lugar, ha señalado los criterios de profesionalidad e independencia técnica que tienen que caracterizar a sus futuros responsables, "para asegurar la neutralidad y objetividad en la ejecución de sus funciones y programas".
Ademas, la ley de creación de esta agencia se fundamenta en "la transversalidad en sus actuaciones, la transparencia, la adopción de sistemas de evaluación de todas las actuaciones emprendidas y en la igualdad de género y la asunción del criterio de responsabilidad social en su modelo de gestión", según detalló el presidente valenciano.