Dos de las anécdotas de la jornada tuvieron como protagonistas a los dos inmediatos predecesores de Ximo Puig, Alberto Fabra y Francisco Camps. La tercera, la foto que simboliza el traspaso de poderes entre Fabra y Puig, delante de la puerta del Palau de la Generalitat.
Ximo Puig se convirtió ayer en el sexto presidente de la Generalitat Valenciana (el segundo del PSPV) en un acto en el que estuvo arropado por el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, el expresidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, y cuatro de sus cinco predecesores: Joan Lerma, Eduardo Zaplana, Francisco Camps y Alberto Fabra.
Una de las anécdotas de la jornada, fue el 'olvido' de Puig a Camps al agradecer la asistencia de los expresidentes. Posteriormente, se disculpó: "No le he nombrado simplemente porque antes, a la entrada, no estaba y creía que no había venido. Sinceramente, lo lamento. Todo el mundo sabe cuál es mi opinión de lo que ha pasado en esa época, pero la cortesía para mí es un elemento fundamental, lo siento".
Otro de los gestos más comentados fue el que el ya presidente de la Generalitat Valenciana evitara a Fabra en su ronda de saludos al resto de líderes políticos tras la promesa de su cargo, en la que sí incluyó a Ciudadanos, pese a que votó en su contra en la investidura.
Recepción en el Palau de la Generalitat
Como contraparte, Alberto Fabra recibió a Ximo Puig en las puertas del Palau de la Generalitat, a donde llegó tras un recorrido a pie en ambiente festivo, con música y rodeado por la multitud. Fabra deseó a Puig "suerte" en su nuevo cargo.
Una imagen que simboliza el traspaso de poderes entre el presidente saliente y el nuevo y que nunca se había producido antes.