
Los socios de Infraca están más que satisfechos de la inversión que realizaron en 2012 para instalar en Lima su primera fábrica en el extranjero. Tanto, que ya prevén ampliar la planta peruana un 30 por ciento en el plazo de dos años y han decidido abrir una segunda en Latinoamérica.
El país elegido ha sido México, donde acaba de constituir una filial con un socio local que tendrá el 49 por ciento. La planta estará en Guadalajara y empezará a funcionar en enero de 2015.
El líder español en puertas frigoríficas y puertas rápidas para instalaciones industriales decidió instalarse en América porque el servicio al cliente de su producto -cada puerta está hecha a medida- requería reducir los plazos de entrega. Ahora son de una semana como máximo y antes eran de un mes.
"Miramos Perú, Chile y Panamá, y elegimos Perú porque aunque Chile era nuestro mercado más importante, en Perú no había fabricantes y se preveía un desarrollo importante del sector agroalimentario, que es nuestro principal cliente", explica el gerente de Infraca Latam e Infraca México, Pablo Catalá.
La filial peruana, en la que trabajan 17 personas, también tiene participación de un socio local, del 25 por ciento. La fábrica supuso una inversión de medio millón de dólares (unos 370.000 euros) y tiene una capacidad para 4.000 puertas al año. La capacidad de la de Massalfassar (Valencia) es de 20.000.
Las ventas de la planta de Lima crecen a un ritmo del 30 por ciento anual, de ahí que ya esté prevista su ampliación. Desde Perú se exporta a Chile, Ecuador, Bolivia, Paraguay, Uruguay, Colombia y algo a Venezuela y Centroamérica.
"En Argentina y Brasil no hemos hecho ningún esfuerzo todavía porque en la parte del Pacífico nos va bien y estos dos países son diferentes, más proteccionistas", señala Catalá.
Cambio de modelo de negocio
El esfuerzo ahora se centra en México, un proyecto más grande que el de Perú, ya que la inversión será el doble y la planta tendrá una capacidad de 10.000 puertas al año. Los responsables de Infraca estiman que en cuatro o cinco años la producción en Latinoamérica se igualará a la de la planta de Valencia.
Según Pablo Catalá, el proyecto mexicano es "más complejo" que el de Perú no sólo por su tamaño, sino porque "allí sí que hay competencia". Infraca confía en su tecnología y en su saber hacer. "Hemos cambiado el modelo de negocio, antes éramos fabricantes de puertas y ahora producimos diseños propios y matrices que vendemos a nuestras filiales", explica Catalá.
Los dos proyectos latinoamericanos harán que la facturación del grupo se duplique, según sus previsiones. La compañía facturó 9 millones de euros en 2013, un 50 por ciento más que en 2011 gracias a la inversión en búsqueda de nuevos mercados, no sólo en América.
Exporta a los cinco continentes y cuenta con oficinas comerciales en Chile y Marruecos. Aunque trabaja sobre todo para la industria agroalimentaria, Infraca diseña e instala puertas para los sectores sanitario, farmacéutico, automovilístico logístico y de distribución.
"No nos ayudaron ni los bancos"
Infraca colabora con la Cámara de Comercio de Valencia cuando se trata de asesorar a empresas que quieren instalarse o abrir mercados en Perú, que según Pablo Catalá, son cada vez más. Una ayuda que echó de menos hace tres años, cuando decidió abrir la fábrica.
"Tuvimos que ir solos, no nos ayudaron ni los bancos españoles que están allí, que en teoría son los mismos, pero que luego te das cuenta de que no sirve de nada que te conozcan aquí", afirma el gerente de Infraca Latam.