El presidente valenciano presenta a la Comunidad tal cual es, más pobre qeu la media y con la peor financiación per cápita. Es lo que hay.
Algunas personas decían ayer en las redes sociales, tras conocer la investigación de Bruselas, que la Comunidad Valenciana le ha hecho un Gowex a la Comisión Europea. Nada más lejos de la realidad. Si la CE se entera ahora de que las cuentas públicas valencianas estaban maquilladas, manipuladas o falseadas, lo que tienen que investigar es a qué se han dedicado en ese organismo en la última década y extender las pesquisas a los responsables del Ministerio de Hacienda, que en 2012 se sorprendieron o fingieron sorprenderse cuando el Gobierno de Alberto Fabra hizo un desnudo integral y sacó de los cajones facturas sanitarias por 1.842 millones de euros.
La investigación no debería llevar mucho tiempo a los funcionarios europeos. Basta con que se lean los informes anuales de la Sindicatura de Cuentas, que desde 2002 viene señalando casi al céntimo las cantidades que cada año se gastaban sin que computasen en el déficit. El organismo auditor publica cada informe antes de Navidad, referido al año anterior, y sus tirones de orejas sobre estas irregularidades eran recogidos con profusión por la prensa económica y la local. elEconomista ha publicado numerosas informaciones y análisis al respecto. También en las Corts se ha debatido innumerables veces, con comparecencias periódicas del Síndic. A las peticiones de dimisión, los consejeros valencianos de Hacienda se acostumbraron a responder que sus cuentas estaban "perfectamente auditadas", como si el contenido del informe no importase, y ahí quedó todo, porque nunca desde el Gobierno, ni siquiera cuando era socialista, les preguntaron por el déficit oculto.
A Fabra le puede venir bien la investigación de Bruselas para seguir presionando a Montoro, ya que puede presumir de haber puesto fin a esas irregularidades y también al despilfarro. El problema de infrafinanciación de la Comunidad Valenciana del que tanto se queja no es de ahora, sólo que antes se ocultaba en los cajones porque Valencia tenía que parecer rica. Fabra la presenta ahora tal cual es, más pobre que la media y con la peor financiación per cápita. Es lo que hay.
Bruselas investiga a Valencia
