La empresa familiar Bonnysa cerró en septiembre un período de 10 años como interproveedora de Mercadona y empieza ahora una etapa que se centrará en la búsqueda de nuevos clientes y el desarrollo de productos derivados del tomate y las frutas tropicales.
"El cambio más importante es que ahora tenemos libertad de comercialización, además de ciertas prácticas internas que ahora dejan de hacerse", explica a elEconomista el presidente de Bonnysa, Jorge Brotons.
Según Brotons, el motivo de la desvinculación, "de mutuo acuerdo", de Mercadona fue que la cadena de Juan Roig optó por comprar tomates y plátanos a otros proveedores, quedándose Bonnysa sin la exclusividad, por lo que prefirió liberarse de la obligación de servir en España sólo a Mercadona.
La empresa alicantina continuará sirviendo tomates, plátanos y frutas tropicales a la cadena de Roig al menos durante tres años -el llamado período de desenganche-, mientras busca clientes en España y el extranjero. El peso de las exportaciones de Bonnysa había descendido al 50 por ciento de las ventas totales debido a la pujanza de Mercadona.
Derivados del tomate
En cuanto a los nuevos productos, la empresa familiar continuará desarrollando frutas tropicales en Canarias y las llamadas cuarta y quinta gama. En cuarta gama potenciarán la fruta envasada. En quinta gama, producen derivados como tomate seco, salsas y tomate con aceite. Mercadona también le compra algunos de estos productos, concretamente tomate rayado, piña pelada y zumo de tomate.
Bonnysa produce tomates en Alicante, Murcia, Almería y Tenerife. En Canarias, donde nació la empresa, cultiva también plátanos y frutas tropicales. El año pasado alcanzó una producción de 150.000 toneladas y una facturación de 170 millones de euros, un 19 por ciento más que el año anterior.
Mercadona rompe con Bonnysa