
La antigua televisión pública valenciana dio el pasado miércoles el paso definitivo para su refundación con la cuantificación del agujero que ha supuesto para los contribuyentes presentes y futuros.
Las empresas que gestionan Canal 9 y Ràdio 9 acordaron ese día realizar varias operaciones acordeón que suponen la reducción de capital por un importe total de 1.525,44 millones de euros "con la finalidad de restablecer el equilibrio entre el capital social y el patrimonio neto disminuido por las pérdidas".
En concreto, Radiotelevisión Valenciana (Canal 9) entierra pérdidas por 1.466,18 millones, y Radio Autonomía Valenciana (Ràdio 9), por 59,26.
La peor noticia para los valencianos es que gran parte de estas pérdidas están todavía por pagar, ya que, desde el año 2000, las ampliaciones de capital con las que se compensaban las pérdidas de las dos filiales eran desembolsadas por el ente Radiotelevisión Valenciana (RTVV) con préstamos bancarios avalados por la Generalitat.
Ante la imposibilidad de que RTVV devolviera los alrededor de 1.300 millones que debía, la Generalitat se hizo cargo de los intereses y las amortizaciones a partir de 2010, y finalmente ha terminado asumiendo como propia la deuda para que la nueva televisión pública que ha diseñado nazca sin cargas.
Nueva directora general
Tras el trámite legal de las operaciones acordeón, inscritas ya en el Registro Mercantil, el ente desaparecerá y la empresa de Canal 9 absorberá la de Ràdio 9. El resultado será una mercantil con un capital de 5,06 millones, un nuevo consejo de administración y 480 empleados cuando acaben, en agosto, el ERE que afecta a 1.198 personas.
La nueva directora general será la abogada Rosa Vidal, procedente del despacho Broseta, quien fue nombrada por las Corts el pasado 4 de octubre pero no había tomado posesión por el retraso en el proceso de refundación.
La fusión por absorción se aprobará en RTVV el lunes 25 de marzo. En abril, con el nuevo consejo de administración, se firmará el primer contrato programa entre la empresa y la Generalitat, que ha presupuestado una subvención de 68 millones para el primer año. El resto de ingresos tendrá que salir de acuerdos con productoras privadas.