
Visto y no visto. El proceso de subasta del Banco de Valencia ha durado 11 días y la adjudicataria es CaixaBank, según decidió ayer el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (Frob), que se ha visto obligado a acelerar la venta de la antigua filial de Bancaja debido a la presión de Bruselas para liquidarla. La entidad catalana no pagará un euro por la entidad. Previamente, el Frob se hará cargo de la inyección de capital de 4.500 millones, a través de una operación acordeón por el que los actuales accionistas soportarán las pérdidas.
Además, el Frob sacará los activos inmobiliarios del Valencia y los trasladará al banco malo o Sareb. No sólo esto, sino que ha concedido a CaixaBank un Esquema de Protección de Activos (EPA) sobre una cartera predeterminada. Este blindaje supone que el Frob asumirá el 72,5% de las pérdidas que puedan producirse en los próximos diez años.
Por el banco intervenido hace un año se habían interesado también Banesto, BBVA y Bankinter, aunque fuentes financieras afirman que los dos primeros no llegaron a presentar una oferta formal y Bankinter no llegó a concretarla, dada la premura del Frob.
Las prisas han hecho que la operación se cierre sin que el Banco de Valencia haya traspasado los activos inmobiliarios a la Sareb (el llamado banco malo) y sin que se haya completado el ERE anunciado en el banco, cuyo período de consultas acabó ayer con acuerdo y que afectará a 360 de los 1.982 empleados. No obstante, estos dos procesos se culminarán antes del desembarco de CaixaBank. El cierre de las 67 oficinas anunciado sí se ha completado, por lo que la red del banco tiene ahora 356 sucursales.
La operación en términos económicos no es especialmente relevante para CaixaBank, con 344.000 millones de euros de activos, ya que los del Banco de Valencia son 20.704 millones pero se verán reducidos cuando traspase 5.500 millones de activos inmobiliarios a la Sareb, con un descuento del 51 por ciento. Sin embargo, consolida la posición del grupo que preside Isidre Fainé como primera entidad en España, posición que alcanzó tras la compra de Banca Cívica.
Además, refuerza su posición en la Comunidad Valenciana, donde duplicará su cuota de mercado, hasta superar el 12%, aún lejos de Bankia y SabadellCAM, que rondan el 20% cada una. También en Murcia duplicará su cuota hasta el 12%. Fuentes financieras dan por hecho que Bruselas impondrá nuevos ajustes al banco,.
En círculos empresariales y financieros valencianos se da por hecho que CaixaBank mantendrá la marca Banco de Valencia, al menos en su territorio natural. La entidad mantuvo un 9% de accionistas minoritarios tras la entrada del Frob mediante una ampliación de capital de 1.000 millones. De este porcentaje, aproximadamente el 3% pertenece a Bankia, antigua matriz de la entidad. Antes de conocerse las condiciones de la venta, los empresarios valencianos pidieron que el comprador mantenga cierta autonomía en el Banco de Valencia -como Banesto en el grupo Santander- y que haya "un trato comprensivo".
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