El Grupo Bankia decidió el pasado viernes adelantar el relevo de Domingo Parra como primer ejecutivo del Banco de Valencia, previsto para fin de mes, para terminar con los rumores y filtraciones sobre la sustitución de quien había sido consejero delegado desde 1994.
Su sustituto, como se intuía, es Aurelio Izquierdo (Murcia, 1961), quien el mismo día renunció a sus cargos de director general de Bancaja y director general de Negocios de Bankia. Izquierdo, mano derecha de José Luis Olivas en la caja valenciana, había llegado a Bankia a finales de 2010, cuando se configuró el segundo escalón de ejecutivos de la nueva entidad que preside Rodrigo Rato.
Izquierdo toma las riendas del Banco de Valencia, filial al 39 por ciento de Banco Financiero y de Ahorros (BFA), en uno de los momentos más delicados de sus 111 años de historia. Su exposición al sector inmobiliario, comparable a la de algunas cajas, hace necesario un saneamiento y la entrada de capital, sea mediante venta de participaciones o con una ampliación, ya que su capital principal está por debajo del 8 por ciento exigido al resto de entidades.
Esa será la misión más urgente de Izquierdo, para la que tiene el perfil idóneo, ya que está considerado un especialista en operaciones financieras y de inversión, hasta el punto de que sorprendió su nombramiento como director de la red comercial de Bankia. Según un excolaborador suyo, la banca comercial "no era su especialidad, y sin embargo, en la parte financiera es muy bueno, con una cabeza muy amueblada y mucha seguridad".
En Bancaja fue director del Área Financiera, con máxima responsabilidad en tesorería y mercado de capitales, banca internacional, banca corporativa, inversiones y participadas, control de gestión y auditoria. Otra ventaja es que conoce el banco, puesto que participó en el proceso de creación del Grupo Bancaja, al que se incorporó el Banco de Valencia en 1994, y ha seguido la evolución de la filial como director general de la caja.
El otro gran reto de Izquierdo es recuperar la confianza de los accionistas -la acción estuvo en mínimos anuales la semana previa al nombramiento, tras haber caído más de un 80 por ciento en 12 meses-, los trabajadores y los clientes.
La exquisita corrección en el trato del nuevo consejero delegado, también puertas adentro de su lugar de trabajo, le dan ventaja a la hora de ganarse al personal y a los accionistas. De cara al exterior, Aurelio Izquierdo coincide con su antecesor en su carácter reservado, distante con los medios de comunicación.
