
La afición del Levante Unión Deportiva no fue la única que celebró el pasado domingo la salvación matemática del club del descenso a Segunda División.
Sus acreedores también tuvieron motivos para alegrarse, ya que cobrarán antes, según establece el convenio que permitió levantar el concurso en septiembre de 2010. El convenio establecía una quita del 50 por ciento de la deuda y el pago del resto -20,1 millones- en cinco años con cuatro de carencia.
Sin embargo, cada temporada que milite en Primera División el club debe adelantar a los acreedores un mínimo de 3 millones de euros, para lo que se descontará cada mes el 15 por ciento de sus derechos televisivos y del flujo de caja neto.
Los acreedores podrían conseguir aún más adelantos si el club vende algún jugador por más de 650.000 euros, previa autorización de la Comisión de Seguimiento del Convenio. Menos probable parece, de momento, la venta de la parcela del estadio Ciudad de Valencia, recalificada por el Ayuntamiento. Si la vende por más de 71 millones, el 60 por ciento de lo que exceda de esa cantidad se destinará a reducir la quita del 50 por ciento.