
El grupo valenciano dedicado a la transformación y distribución de pescado Euroasian Fish y que ha tenido tradicionalmente como principales clientes a grandes cadenas de distribución y supermercados, no ha podido evitar declararse en concurso después de que los efectos de la pandemia hayan impedido cumplir su plan de refinanciación.
El juzgado de lo Mercantil Número 2 de Valencia ha aprobado el concurso de acreedores voluntario de la empresa que tiene su sede en Alcàsser el pasado 12 de enero. La firma especializada en la importación y exportación de pescado que ya había sufrido un fuerte descenso de su negocio antes de la pandemia se ha visto afectada especialmente por los efectos sobre el comercio internacional y la reducción de su actividad comercial en otros mercados.
Euroasian Fish pasó de un negocio de 16,2 millones en 2018 a reducirlo hasta 11,43 millones en 2019, además de acumular pérdidas de más de 3 millones en ambos ejercicios. Por ese motivo el grupo, que está participado por un empresario de origen chino y cuenta con filiales en China y Mauritania para la obtención y envasado del pescado, tuvo que recurrir en 2019 al denominado preconcurso o artículo 5bis al no poder hacer frente a sus deudas financieras.
Aplazamientos
La compañía logró un acuerdo de refinanciación con la mayoría de las entidades acreedoras en 2019 que homologó judicialmente. Con la pandemia, también logró que en julio del año pasado "de forma excepcional y
exclusivamente para este año 2020", la mayoría de bancos también le eximieran "de la obligación de realizar una amortización anticipada de como mínimo de 500.000 euros", según recoge su último informe anual del ejercicio 2019.
Un aplazamiento que, sin embargo, no ha podido evitar que finalmente haya tenido que declararse insolvente. Aunque la empresa apenas cuenta con 17 trabajadores en sus instalaciones valencianas según la memoria del último ejercicio, con sus filiales llegó a superar los 200 trabajadores, especialmente a través de la firma Ink en Mauritania.