
La importancia de las grandes fiestas tradicionales como las Fallas de Valencia o La Magdalena de Castellón y su impacto social y económico están fuera de toda duda.
Hace meses que está claro que los actos festivos de ambas celebraciones del mes de marzo no van a llevarse a cabo por la crisis sanitaria, como ya ocurrió el año pasado. Pero lo que aún sigue sin despejarse es si esas fechas seguirán siendo festivos, como figuran todavía en el calendario laboral, o no.
El caso de Castellón es especialmente acuciante. Cuando queda menos de una semana los vecinos de la capital de La Plana con más de 170.000 habitantes aún no tienen claro si el próximo lunes 8 de marzo tendrán que trabajar o no. El Pleno del Ayuntamiento aprobó el lunes solicitar que esa festividad local se pase al 10 de septiembre a la Dirección General de Trabajo de la Conselleria de Economía de la Generalitat, que es quien debe aprobarlo y publicar el cambio de fecha en el Diario Oficial.
El objetivo que justifica la medida es evitar el efecto de las llamadas 'no fiestas'. Es decir, que pese a que no haya actos, se puedan celebrar encuentros sociales precisamente entre los círculos de personas que se reúnen habitualmente por esas festividades. Un temor que se ha acentuado con el fuerte repunte de los contagios y enfermos de covid tras las Navidades.
Rescate festero
Además, el cambio a septiembre permitiría rescatar una parte de los actos festivos si lo permite la situación sanitaria. Toda una inyección de oxígeno para los sectores festeros tras dos años en blanco y con una difícil situación económica. Celebrar las fiestas aunque fuese en septiembre también beneficiaría a sectores como la hostelería tras su larga travesía por el desierto.
El cambio del día festivo a laborable en principio no supone ningún gran problema legal, más allá de los tiempos administrativos necesarios. De hecho, el año pasado la Dirección General de Trabajo ya aprobó esa medida en mayo y junio en 45 municipios de la región que modificaron sus festivos por el estado de alarma y las restricciones.
Otro apartado a considerar es el puramente laboral. El Estatuto de los Trabajadores deja claro que los 14 días festivos a lo largo del año son un derecho mínimo y por tanto irrenunciable. Según explican desde el despacho Broseta, mientras se mantenga el festivo, aunque sea en otra fecha en el mismo año, se mantiene ese principio, por lo que la medida tampoco plantea problemas por este lado. "Está claro que en algunas empresas puede generar inconvenientes, pero no esperamos que vaya a crear excesivos problemas, porque en la práctica empresas y trabajadores alcanzan pactos individuales para modificar las fechas habitualmente", apunta Enrique Hervás, socio y director de Laboral de Broseta en Valencia.
Para la patronal autonómica CEV "los cambios complican la organización del trabajo y la producción y servicios de las empresas". Por ello, los empresarios consideran que "se deberían haber adoptado con un mayor margen de tiempo", aunque se muestran compresivos con la medida por "la situación excepcional" para frenar la pandemia y hasta la califican de "lógica".
A vueltas con los colegios
Fue el propio Gobierno autonómico quien planteó la medida a los ayuntamientos hace apenas unos días, pidiendo que se aplicase al ámbito escolar y los días no lectivos previstos la semana de fiesta se cambiase. En Castellón durante esta semana se ha vivido una situación surrealista, en que el Ayuntamiento ha llegado a anunciar el mismo día que había y no había colegios. Tras varios días de tira y afloja con el consejo escolar municipal encargado de fijar el calendario escolar, que había votado anteriormente tres veces en contra de la modificación, según recogen El Mundo de Castellón y Mediterráneo el ayuntamiento ha asegurado la tarde de este martes que el próximo lunes sí habrá clases al considerar que Trabajo aprobará el cambio que convierte el día 8 en laborable. Sin embargo los días 9, 10, 11 y 12 de marzo seguirán sin ser lectivos en colegios e institutos de la ciudad. Todo esto si nada vuelve a cambiar en unas horas.
En Valencia está previsto que el consejo escolar municipal se reúna el jueves para decidir si los días 16, 17 y 18 de marzo se mantienen como no lectivos. El alcalde Joan Ribó ha apostado por cambiar los tres días no lectivos. De momento, las dos universidades públicas de Valencia ya han anunciado que no tendrán clases esos días como estaba previsto.
En el caso del 19 de marzo, se trata de un día festivo en toda la Comunidad Valenciana y las Fallas se celebran tradicionalmente en muchos municipios. En este caso la competencia de la modificación corresponde directamente a la Generalitat.