
El grupo químico japonés UBE mantiene sus planes de inversión en su filial europea, que tiene su sede operativa y su polo de fabricación en Castellón.
Pese a reconocer que en los últimos seis meses se ha producido una "bajada acentuada de facturación y rentabilidad" en UBE Corporation Europe, según su presidente Bruno de Bièvre, el grupo destinará 49 millones de euros en este ejercicio y el próximo a su factoría castellonense, donde produce compuestos de química como caprolactama y nylon para sectores como el agrícola o la automoción.
La inversión está prevista fundamentalmente para renovar la infraestructura de química de base de la antigua Proquimed, según explicó la empresa, además de mejorar la eficiencia energética y la tecnología de la instalación.
El fuerte impacto de la crisis por la emergencia sanitaria internacional se ha dejado notar sobre todo en las líneas de compuestos para la industria de la automoción por el desplome de la demanda de ese sector en toda Europa. En el caso del sector agrícola, aunque los volúmenes se han mantenido sus márgenes se han reducido, según De Bièvre.
Pese a ello, el ejecutivo se muestra más optimista para los próximos meses y confía en cerrar su ejercicio (cierra en marzo) en beneficios. Precisamente la compañía presentó hoy los resultados del último ejercicio, cerrado justo el 31 de marzo por lo que aún no había percibido en él los efectos de la pandemia.
UBE Corporation Europe registró unas ventas de 428 millones de euros, un 3% menos que el año anterior, con un resultado neto de 19 millones de euros, justo la mitad que un año antes. Unos resultados en los que el grupo apunta que ya se percibían síntomas de enfriamiento en sectores clientes como el automóvil.
El año pasado el grupo japonés también había adquirido la empresa castellonense Repol, dedicada a la fabricación de plásticos y composites. Una operación con la que quiere ampliar su diversificación y que no descarta repetir para crecer inorgánicamente.