Turismo y Viajes

Le Beaujolais: Marca Francia

Las comparaciones, además de no ser odiosas, son enriquecedoras. Para empezar, lo prudente es probar y después comprobar... Tenemos que valorar y después elegir. Así podremos emitir un criterio convincente. En gastronomía es imprescindible establecer comparaciones; y Francia -por comparación- es uno de los mejores destinos gastronómicos del mundo. Así queda establecido.

Los productos que definen el savoir faire francés tienen reconocida influencia en el panorama culinario universal. Algunos ejemplos: el champagne, icono de felicidad, apropiado para celebrar la llegada del nuevo año... o quizá el arranque de un romance; el foie-gras, símbolo del ingenio culinario, inventado por los egipcios hace cinco mil años, recreado por los romanos y generalizado por los franceses desde el siglo XVI. Solo mencionar la palabra mostaza hace que los sentidos se agudicen, y al instante nos viene a la memoria la palabra Dijon. ¿Y los quesos? ¿Será verdad (nos preguntamos) que haya 365... uno para cada día del año?

Pero cuando pensamos en el vino -que, por fin, empezamos a considerar como un alimento-, el asunto se turbia, porque tardaríamos toda una vida (en rosa) comparando aromas.

Pero también en el cosmos vinícola francés existe una excepción: se llama Beaujolais. El Beaujolais, único y milagrosamente renacido cada año, lleva apareciendo anualmente en el mercado cada mes de noviembre desde hace 32 años, ya que la fecha oficial de lanzamiento de este producto vinícola se estableció en 1985.

Comparando... y haciendo justicia, los franceses saben que no es su mejor vino, pero no importa, porque siempre se le han atribuido valores que han hecho que la frase: "Le Beaujolais nouveau est arrivé", cada año estalle pletórica de gozo, y dé la vuelta al mundo en pocos segundos.

Todo empieza cada tercer jueves de noviembre con una procesión nocturna iluminada a la luz de mil cirios que transcurre silente por las calles de Beaujeu, una coqueta villa medieval y capital de la zona viticultora perteneciente a la denominación Beaujolais; una región situada al norte de Lyon que se extiende desde el norte del departamento de Ródano hasta el sur del departamento de Saona y Loira, entre las regiones de Auvernia-Ródano-Alpes y Borgoña-Franco Condado. Un terruño compuesto por un buen número de municipios en los que siempre hay una bodega para visitar... desde Saint-Amour, el más septentrional de los pueblos, hasta los pequeños grupos de población de las tierras del sur como Pierres Dorées. Dicen los franceses que "beaujolais" se escribe con "s" para indicar la pluralidad de sus procedencias, ya que son varios los caldos que por estas latitudes entran en leal competencia, diferenciados entre sí por sus variadas aromas que vienen dadas por la naturaleza del subsuelo de cada viñedo: Fleury, Brouilly, Côte-De-Brouilly, Chéna, Chiroubles, Juliénas, Morgon, Moulin-à-Vent, Réginé...

El proceder para la elaboración del vino Beaujolais es muy sencillo, pero tiene que realizarse con esmero. Todas las cepas son de una misma uva, la Gamay, autóctona de la región. La vendimia se efectúa a mediados de septiembre y la cosecha se hace a mano; el mosto resultante del prensado deberá tener un período de maceración natural en toneles de seis semanas, y no más tiempo. Solo así se podrá apreciar su bouquet en su justo valor. De esta manera se consigue un vino nuevo, joven, fresco y lleno de vida que tiene que beberse con entusiasmo... y antes de que finalice el año.

Perfumado como la primavera y generoso como el viento del norte que mece las viñas; de brillante color rubí, con olor a frambuesa y cereza; sabor a plátano... y (quizá) con algunos toques de caramelo, el Beaujolais se ofrece como una paleta aromática a los ansiosos paladares de los miles de participantes que aguardan ansiosos con deseos de probar la nueva cosecha del vino más famoso del mundo. El esperado descorche -la libération- se produce a minuit (en Beaujeu). Es entonces cuando explota la joie du vivre... que significa el más altamente celebrado homenaje a Baco; porque si algo peculiar tiene esta fiesta es la contagiosa alegría colectiva. Es un microcosmos de amantes del vino, de espíritus libertarios... Es como sumergirse en un jardín epicúreo regido por el azar. Es jugar a emular a Luis XIV... cuando enviaba espías a las orgías báquicas. Es una experiencia utópica de socialización. Es término y no tránsito. Es la gran fiesta del vino a nivel mundial por excelencia. Pasión por el vino, por la vida. Es encuentro y evasión.

Le Beaujolais es Marca Francia. Salud.

Más información:

La llegada del Beaujolais Nouveau 2018 tendrá lugar este año el día 15 de noviembre en la localidad francesa de Beaujeu.

www.nouveaubybeaujolais.fr

www.beaujeu.fr

www.atout-france.fr

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