
Si estás pasando demasiado calor y las playas te parece que están llenas de alemanes... ¿Qué tal si aprovechamos para ir a visitar su país ahora que lo han dejado vacío? Pero, ya que huimos del calor, hagámoslo bien: vayamos al norte de Alemania, concretamente a Lübeck, justo en la frontera de la península de Jutlandia, ésa en la que está Dinamarca.
El frescor que promete un lugar como la península de Jutlandia ya te está convenciendo, pero todavía hay muchos más motivos para viajar hasta allí, sin olvidar la playa. En Lübeck también podrás ir a la playa, a una en el mar del Norte, en Travemünde, y alquilarte una strandkörbe, una especie de silla-tumbona de mimbre típica de la zona.

La ciudad de Lübeck ha sido definida por la UNESCO como el prototipo de ciudad ideal del siglo XII". Ahí es nada. Atravesar la Holstentor, una de las cuatro puertas que se abrían en la muralla que protegía la ciudad, es internarse en una Edad Media de calles empedradas y estrechas llena de historia -también hay alguna avenida producto de la reconstrucción tras un bombardeo en la Segunda Guerra Mundial-. Desde las torres que forman la llamada corona de Lübeck hasta museos como el de Marionetas o las casas-museo de los, nada más y nada menos, tres premios Nobel que han vivido en la ciudad: Thomas Mann y Günter Grass de Literatura y Willy Brandt de la Paz. ¿Qué tendrá el aire de esta pequeña ciudad del norte de Alemania para "producir" tantos premios Nobel?

Puede que sean reminiscencias de su pasado glorioso. La corona de Lübeck hace referencia al hecho de que la ciudad fue conocida como la reina de la Hansa, una organización comercial que reunió a casi 200 ciudades de toda Europa entre los siglos XIII y XVII. De la liga Hanseática fue la capital y el lugar en el que se celebraban sus reuniones. La riqueza de los comerciantes de Lübeck era tal que llegaron a comprar la vecina Travemünde, la de la playa, para controlar los barcos que llegaban hasta su puerto.
Volviendo a la ciudad, sus casi escondidos callejones que dan acceso a los patios llenos de pequeños pisos construidos en la Edad Media y hoy objeto de deseo, te obligarán a ir con los ojos bien abiertos. Son algunos de los primeros mini-pisos de la historia porque, ya se sabe, todo está inventado.
Y no hemos hablado de su gastronomía, de su mazapán -en el norte de Europa la referencia del mazapán es Lübeck, no Toledo-, de sus cervecerías, de sus iglesias, de sus canales... Si los alemanes vienen a la playa a España, devolvámosles la visita.
Por Sara y JAAC, del blog Saltaconmigo.com