Turismo y Viajes

Costa Rica y Nicaragua, tan cerca y tan lejos

Playa de San Juan del Sur, en Nicaragua.

La mayor riqueza natural del planeta se encuentra en Centroamérica, el istmo que une dos continentes, América del Norte con Latinoamérica; que conecta dos mares, el Pacífico con el Caribe; y que atraviesa la carretera más larga del mundo, la Panamericana.

Pocos lugares en el mundo ofrecen tanto en tan poco espacio. Volcanes activos, bosques tropicales, impenetrables selvas, playas vírgenes, exuberante flora, fauna exótica, y lugares apenas explorados son el común denominador de los siete países: Guatemala, Belize, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Panamá. Y moverse de uno a otro es relativamente fácil.

La opción turística del multidestino es la que ofrece mayores ventajas, ya que cada país satisface un deseo diferente al viajero y brinda la posibilidad de evaluar nuestros gustos y enriquecer la aventura viajera.

Tortuguero, en el río Parimina (Costa Rica).

Costa Rica tiene el honor de ser la pionera en turismo sostenible, y se ha especializado en ofrecer circuitos personalizados para admirar su flora y fauna, la observación de aves o el desove de las tortugas. El país cuenta con extraordinarias playas con todas las comodidades imaginables, donde poder disfrutar de la naturaleza y donde también se puede jugar al golf.

En las playas de Tortuguero desovan tortugas gigantes todos los años entre los meses de julio y octubre. Las tortugas llegan por la noche, despacio (naturalmente), depositan sus huevos en los huecos que ellas mismas practican entre los cocoteros, y después del trance... despacio vuelven a la mar. Es una experiencia solitaria -la de la tortuga y la del observador- y también silenciosa... apenas iluminada por la luna; pero se ha convertido en una atracción turística de primer orden.

De día todo cambia, el paseo por la espesura de la selva caribeña es más impactante. Veremos con facilidad a ese batracio diminuto de color rojo y con las ancas azules, conocido como la rana blue jeans. Allí viven las más venenosas serpientes de la fauna tropical, como la terciopelo: pequeña pero mortal; la sabanera, luciendo su amarillo real a lo largo de dos metros, brillante y majestuosa; la lora, estilizada (si cabe este adjetivo para una serpiente), con espabilados grandes ojos, verde toda ella; y la más temida, la bocaracá, de color anaranjado o parduzco, no muy grande, enroscada en las ramas, de peculiar cabeza triangular con cuernos... de mordedura mortal y de la que dicen los lugareños que si te pica "le envían a uno a dialogar con San Pedro en media hora".

También podemos descubrir la historia que encierra una humeante caza de café 'chorreado' en un tour guiado por los cafetales; ver cómo se fabrican las populares carretas de bueyes, y admirar a los artistas que las decoran con coloridas grecas; o enternecernos con los bebés de perezoso en el Santuario de Perezosos ¡una experiencia única! Todo es cosa de ponerse en manos de un turoperador. Podría decirse que Costa Rica es la cara de la moneda donde los viajes en familia evidencian el desarrollo económico del país.

Nicaragua es la otra cara, donde aún parece que pesa su reciente pasado histórico... el de los 'contras' y guerrilleros, y donde viajar se convierte en un viaje iniciático para mochileros a la búsqueda de motivaciones que den sentido a su vida... transitando por lo auténtico y lo ancestral.

Costa Rica optó por abolir su ejército hace más de medio siglo, y Nicaragua tiene unas fuerzas armadas fuertes, que (afortunadamente) impiden que maras y otros especímenes de marginados que campan a su libre albedrío por sus aledañas tierras norteñas invadan impunemente el país, garantizando así la paz y la seguridad para proseguir con su merecido desarrollo social.

Con estas breves premisas podemos aventurarnos a planificar un viaje por Nicaragua, un país lleno de emociones por descubrir. En Nicaragua más que la riqueza natural, lo que le confiere seña de identidad es el carácter afable de sus gentes. Es algo especial, autóctono y auténtico, que desbarata la definición de tópicos al uso como el término 'hospitalario'. Nicaragua es un país sencillo y sin sofisticaciones globalizadoras. Un ejemplo palmario de esto podría ser la presencia de algunos McDonald's -que solo existen en la capital Managua- que compiten con Hamburguesas Yessenia, mucho más baratas y con un producto cárnico del que los lugareños presumen de conocer su procedencia. Para tomar nota.

Hotel Pelican Eyes, en San Juan del Sur (Nicaragua).

Nicaragua tiene ese halo que tuvo la India de los tiempos de la hippylandia... o de Kenia cuando se rodó Mogambo: la cualidad de autenticidad originaria (con ribetes de pureza) que confieren al país su personalidad, y que lejos de constituir un menoscabo significa un aliciente turístico más, que nutre la curiosidad viajera. Su hotelería podría ser otro ejemplo, ya que las grandes cadenas internacionales (Hyatt, Hilton...) sólo están presentes en la capital, porque en las coloridas ciudades abiertas al cielo, construidas a base de barro, cal y canto, los alojamientos tienen el encanto de lo colonial de la época de los conquistadores y el regusto de lo antiguo de verdad, como el Hotel El Convento, en la ciudad de León, bellísimo establecimiento que no sólo no tiene nada que envidiar al lujo estandarizado, sino que nos brinda una experiencia cultural única. También en León, y en la Basílica de la Catedral de la Asunción se encuentra la tumba del llamado príncipe de las letras castellanas, el poeta Rubén Darío, que murió en esta ciudad.

Reserve, en su recorrido, un día para Granada, la ciudad más antigua del país; y suba al volcán Masaya, que hace tres meses que arde con brío (en Nicaragua existen cuatro volcanes activos en la actualidad).

La Granada de Nicaragua.

El Pacífico dibuja una concha en San Juan del Sur, una playa con oleaje que atrae a surferos, bohemios y gentes del buen vivir. Y si le apetece la calma del 'mar de agua dulce', como llamaron los españoles al gran Lago de Nicaragua -160 km. en su mayor longitud-, no existe otro lugar más paradisíaco que la Isla Zopango, donde vivirá en una cabaña, sólo con su pareja... una hamaca y un mono llamado Cayú.

Costa Rica y Nicaragua viven en el mismo lugar pero en distinto tiempo. Visitar los dos destinos en un mismo viaje le instruirá y le hará reflexionar... Además de haber pasado unas vacaciones inolvidables.

CÓMO IR
Varias compañías tienen vuelo directo a San José de Costa Rica, recomendable para evitar las molestas escalas en USA. Para el viaje desde San José a Managua, capital de Nicaragua, lo mejor es volar con AVIANCA, un vuelo de apenas una hora en el que agradecemos que la comida y la bebida ¡no sea de pago!

Más información en: www.visitcentroamerica.com