La capital japonesa es una urbe cosmopolita. Tokyo se alza como el epicentro de la cultura, la política y la economía de Japón. Shinjuku, Shibuya, Harajuku, Roppongi y Odaiba son algunos de las zonas de imprescindible visita en la ciudad, frecuentadas por turistas procedentes de todo el mundo, deseosos de sumergirse en su sutil belleza.
Además de belleza, Tokyo posee una energía especial. Cada nueva visita a uno de sus barrios, lugares de origen de las tendencias más vanguardistas y de apertura de locales de moda, proporciona nuevos descubrimientos. En sus museos y galerías también se concentra el arte. Y la contemplación de su vida nocturna, desde cualquiera de sus altos rascacielos, nos transmite una belleza hechizante.
Todo viajero, independientemente de cuál sea su estado de ánimo, conseguirá disfrutar de la ciudad... con las compras, con la gastronomía -exquisita y sumamente delicada-, con la cultura de vanguardia. En Tokyo cada cual halla su propia y personal manera de disfrutar del tiempo.
La naturaleza que se cuela entre los rascacielos
Mar, monte, ríos, estanques, valles y numerosos parques. Los elementos de la naturaleza se inmiscuyen en la metrópolis de Tokyo, que presume de tenerlo todo; civilización y naturaleza. En Odaiba podemos disfrutar de una playa artificial que nos brinda el artificio de estar junto al mar; el monte Takao, muy popular entre los japoneses por ser fuente de energía; el cautivador río Sumida, que discurre por el antiguo barrio Shitamachi; o el estanque Shinobazu, del parque Ueno; y el refrescante valle Todoroki... todos estos lugares evocan la naturaleza y, sin embargo, se ubican en la ciudad y se entretejen con ella.
También es posible disfrutar de los deportes al aire libre, del montañismo, el senderismo, el camping y la pesca. Las flores de cada estación colorean y dan vida a los verdes parques. Y, para una visita completa, tampoco deben olvidarse las islas Ogasawara, declaradas Patrimonio Natural de la Humanidad. y el archipiélago de Izu.
Tecnología a la última
Las zonas comerciales con sus luces de neón son otro de los reclamos innegables de Tokyo. La ciudad ultramoderna, a la vanguardia, que marca las tendencias. El barrio electrónico de Akihabara suele estar muy animado y son muchos los visitantes que se acercan a él para adquirir diversos aparatos de alta tecnología. Poder ver de cerca "las tripas" de los productos más modernos en los aparadores de fabricantes internacionales como Honda y Sony sólo es posible en Tokyo. En el Museo Miraikan de Ciencias Emergentes e Innovación, dirigido por el ex-astronauta Mamoru Mori, uno puede familiarizarse con las tecnologías más recientes. Y para que el impacto sea absoluto, lo adecuado es tomar después el autobús acuático, que parece una nave especial, o en el tren sin conductor Yurikamome.
La tradición: el barrio de Shitamachi
Pero los viajeros que ponen el pie en Tokyo no sólo buscan la metropoli vibrante y moderna. La tradición sigue siendo un atractivos reclamo. Los festivales Sanja-matsuri y Kanda-matsuri son famosos en todo Japón y también los aprecian los extranjeros que visitan el país. Un paseo por Asakusa y Shibamata nos permitirá descubrir el estilo de vida y las calles tradicionales del barrio Shitamachi. El Teatro Kabukiza y el Teatro Nacional de Noh conservan las artes tradicionales de Japón, por lo que merecen una visita.
Por supuesto, nuestra estancia en Tokyo debe incluir la exquisita ceremonia del té. Debemos elegir alguna de las casas de té ubicadas en cualquier jardín japonés, por ejemplo en el Jardín Hamarikyu o el Parque Rikugien, y relajarnos con el ritual. Otro de los encantos de Tokyo es la artesanía. Es posible encontrar artesanos que realizan los grabados Ukiyo-e, el cristal Edo-kiriko, la vajilla de plata y otros artículos tradicionales. Pero para adquirir una perspectiva completa de este arte estético, no debemos olvidar una visita al Museo de Artesanía de Japón y un paseo por la Plaza Aoyama de Arte Tradicional.
Más información: www.gotokyo.org/es/index.html
