
'A toro pasado' parece que las noticias ya no lo son; sin embargo, antes de que ocurra nadie se atreve a predecirlo; y (en algunas ocasiones), es cuando mejor podemos valorar su repercusión. Viene al caso informar sobre la BAS (acrónimo de Brussels Art Square) un encuentro entre anticuarios españoles y belgas que se ha producido el pasado fin de semana en el emblemático barrio del Sablon de Bruselas, el barrio por antonomasia de las Artes y Antigüedades de la capital belga.
A destacar -como elemento de promoción turística-, la profusión de mástiles en las aceras con banderas españolas que ondearon al viento durante los tres luminosos días en los que un grupo de 10 galeristas belgas invitaron a compartir sus espacios (con piezas traídas desde España) a otros diez escogidos galeristas y marchantes de arte de nuestro país.

Los turistas y amantes del arte que deambularon por el céntrico barrio en los días 24/25/26 de septiembre tuvieron ocasión de disfrutar de un día de compras excepcional y establecer contactos comerciales de primera mano.
La iniciativa de reunir a anticuarios de otros países y convertir la ciudad de Bruselas en la capital del mercado del arte durante tres días fue una iniciativa de tres promotores del sector del negocio del arte que apostaron (hace ya diez años) por una 'mini feria' de carácter internacional.
El programa del evento se centra en mantener al barrio del Sablon como centro de referencia para coleccionistas de arte. Los organizadores han ido perfeccionando sus estrategias de acercamiento entre colegas para que los expositores invitados tomaran confianza en la iniciativa, de modo que los belgas 'hacen sitio' en sus locales para que los invitados instalen las piezas a su gusto.
A destacar también que los galeristas españoles no han tenido que pagar nada, exceptuando (como es obvio) el transporte de las obras y su correspondiente seguro.
La peculiaridad de la Brussels Art Square reside en el eclecticismo de su oferta, en la que convive el arte clásico con la modernidad de las más variadas representaciones artísticas. Y el empeño por quedar a la altura de los más grandes anticuarios del barrio ha quedado patente con algunas de las magníficas piezas que han exhibido los galeristas españoles presentes. Una prolija relación de exhibidores (y sus piezas) resulta imposible... pero resaltaremos algunas piezas procedentes de nuestro país que han sido exhibidas en armonía con las obras del local autóctono: Deborah Elvira (una de las máximas expertas en joyería histórica) exhibía una cajita de rapé del siglo XVII tallada en cuerno de calao, junto a una peculiar talla en marfil -"Leda y el Cisne"- también del XVII, en la galería de Klaas Muller; el experto en arqueología J. Bagot exhibía una espectacular máscara de momia del Antiguo Egipto en el local de Harmakhis; dibujos de Maella (Galería José de la Mano) en el espacio compartido de Christian de Meeüs, personalidad del mundo del anticuariado de la que cabe señalar que es uno de los creadores de la BAS; las máscaras africanas del galerista David Serra (para 'todos los bolsillos'... desde 6.000 a 35.000 euros); el matérico Tapiès de Barbié junto a un espectacular mueble de Ola-Délé-Kuku, un escultor nigeriano residente en Bruselas; y los dalís de la Galeria Mayoral.

La impresión general de los galeristas españoles fue que: "Vender en un país que tiene tan buen género no es fácil... pero los contactos ya se han hecho. La calidad de los visitantes ha sido alta. Personas cultas e interesadas en lo que miraban".
La revista Tendencias del Mercado del Arte fue el medio oficial de Brussels Art Square.
Y para cerrar, nada mejor que otro refrán español: 'El mejor profeta del futuro es el pasado'.
En otro contexto, y haciéndome eco de aquello de que "no sólo de arte vive el hombre", Bruselas presume de tener una amplia y variada oferta de restaurantes que ofrecen cocinas del mundo. Lejos de los clásicos mejillones con patatas fritas, hay restaurantes que se esmeran en ofrecer una opción diferente que reflejan las tendencias actuales ¡como en el mismísimo mundo del arte! Así, la visita al restaurante GRAMM (www.grammrestaurant.be) complementó la jornada artística a la perfección. La especialidad de la casa es el llamado 'huevo onsen' -una receta japonesa que consiste en cocinar huevos en manantiales de aguas termales- y que es la recreación culinaria que nos ofrece su chef Erwan Kenzo Nakata: el huevo se cuece cerca de una hora a una temperatura de 65°C, de forma que tanto la clara como la yema se cuajan ligeramente dando como resultado una consistencia uniforme. Erwan lo enriquece con una espuma de mayonesa y coloridas florecillas. Arte.

El huevo 'onsen', del chef Erwan Kenzo.