
A lo largo del pasado año un total de 187.392 personas visitaron las bodegas adheridas a la Ruta del Vino Ribera del Duero. Esta cifra supone un aumento de visitantes del 4% respecto al año 2013 y avala la aceptación de este destino entre los enoturistas.
Este crecimiento consolida la Ruta del Vino Ribera del Duero como destino turístico nacional, al que se puede acceder por carretera desde cualquier punto de la Península. Asimismo, las cifras de 2014 muestran un incremento del 188% respecto a 2009. Aquel año la Ruta contabilizó 65.004 visitantes. Es decir, que en poco más de 5 años la cifra de visitantes se ha triplicado.
Más de medio centenar de bodegas
Actualmente 53 bodegas son miembros de la Ruta del Vino Ribera del Duero. Desde las majestuosas Bodegas Arzuaga Navarro, que figuran entre las más visitadas por los enoturistas el año pasado, a otras como las Bodegas Emilio Moro o las de Alejandro Fernández, referentes de la tradición vitivinícola en la zona. La oferta es más que variada y en ella despuntan nombres bien conocidos por los aficionados al mundo de los vinos. Por ejemplo, la centenaria Bodega Protos, la colonial Lagar de Isilla o la diseñada por el archiconocido Norman Foster, Bodegas Portia, que constituyen un potente reclamo para los aficionados de la arquitectura. Bodegas como Comenge y Matarromera poseen una privilegiada ubicación y otras la Bodega Real Sitio de Ventosilla pueden presumir de historia. En definitiva, cada bodega aporta algo único a la Ruta.
Este año hay que mencionar también el considerable aumento de afluencia a otras Bodegas como es el caso de Cepa 21 y la Finca Torremilanos, una de las más antiguas de España. También las Bodegas Ascensión Repiso, las de Veganzones y las de Pinna Fidelis pueden presumir de una notable subida.
Vista lateral de Bodegas Portia.
Todas estas bodegas y también otras que integran la Ruta del Vino de la Ribera del Duero ofrecen visitas guiadas a sus instalaciones y viñedos, catas, degustaciones con maridajes, e incluso restaurantes de lujo, hoteles y centros termales donde relajarse.
Esta variedad en la oferta es la responsable del notable impulso que ha experimentado en los últimos años la Ribera del Duero. A ello se añaden los paisajes y enclaves naturales de la región, idóneos para excursiones en familia o con los amigos, y una abultada agenda de fiestas y eventos culturales en pueblos y ciudades de la Ruta.