Turismo y Viajes

Alsacia, la tierra de la fantasía

Aun conservando las tradiciones germanas, un exquisito gusto francés embruja sus rincones. En cualquier época del año es un área para visitar emblemática, pero en Navidad (y acabamos de tener la oportunidad de verlo) luces, adornos y una atmósfera de magia hacen el resto para convertir Alsacia en una región de ensueño.

Mulhouse nos hace de puerta de entrada por el Sur de una provincia atrapada por la cordillera de los Vosgos y el Rin, como si un capricho de la naturaleza hubiese querido que así escribiese su historia. Su mercadillo navideño a los pies del neogótico Templo de Saint-Etienne, de los más de 100 que componen Alsacia en estas fechas, nos muestra además la noria más grande.

Según subimos hacia el norte entramos en la tierra de la fantasía medieval. Guebwiller, Eguisheim, Turckheim, Kaysersberg, Riquewihr o Ribeauville mezclan iglesias románicas, castillos en ruinas, enigmáticas colinas o valles de viñedos que les dan valor añadido como una de las mejores rutas del vino en Europa.

Pero si hay que quedarse con uno, su nombre es Colmar. Todos son pueblos de cuento, de encanto, pero Colmar es la Navidad en sí misma y si le añades como ingrediente la nieve, lo transforma en un escenario elegido para los sueños de los más pequeños, y no tanto... Su centro histórico, sus bellas casas alsacianas de entramados de madera o sus canales venecianos atrapados en distritos de antiguos pescadores enjaulan magníficos tesoros de tradiciones de antaño.

Fijamos nuestra meta en Estrasburgo, pero el itinerario no acaba. Bordear el Rin es llegar también a emplazamientos privilegiados, como la visita obligada el impresionante castillo de HautKoenigsbourg, en las afueras de Selestad, donde acontecieron algunos de los momentos históricos más importantes. O también alcanzar el Monte SainteOdile y conocer en su monasterio el desenlace fatal que narra su leyenda.

Estrasburgo es la capital de Alsacia y de la Navidad en Europa. Sus más de 10 mercadillos iluminan de intensidad una ciudad ya de por sí animada y que seduce con sus barrios más bohemios, como el distrito de la Petite France, o los más ambiciosos, como el alemán. Pero el gran centro neurálgico se encuentra junto a una de las Catedrales más espectaculares que hayamos visto nunca y que cumple este año un milenio de vida, y donde además desde su cumbre podemos observar la red de canales que nos permiten recorrerlas en barco, dando ese toque final a una ruta alternativa a la famosa Selva Negra?

Isaac y Paula desde nuestro viaje a Alsacia en el blog Viajes Chavetas.

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