Disponer de trenes movidos con energía solar no es una hipótesis futurista ni propia de una novela de ficción. Un proyecto pionero de Feve y la Universidad de León acaba de arrancar con el objetivo de crear el primer ferrocarril de energía solar fotovoltaica. Aquella antigua imagen del ferrocarril alimentado con carbón y siempre acompañado por su columna de humo será ya sólo un recuerdo del pasado.
El proyecto, que se denomina RoblaSolar, podría materizarse en apenas dos años. En ese tiempo, el equipo dirigido por el profesor de la Universidad leonesa Luis Panizo habría diseñado un vehículo ferroviario autónomo propulsado por un motor eléctrico alimentado exclusivamente por energía solar.
La energía que moverá el motor eléctrico será suministrada por unas baterías apoyadas por unos paneles solares alojados en la parte superior del vehículo. Paralelamente, este motor recuperará la energía de la desaceleración y el frenado para cargar las baterías. El diseño de este tren contempla que será de pequeñas dimensiones, ligero, ágil y modulable, donde la aerodinámica jugará un papel importante en el ahorro de energía.
Ángel Villalba, presidente de Feve, y José Ángel Hermida, rector de la Universidad de León, en la firma del convenio de colaboración para este proyecto.
RoblaSolar nace del convenio de colaboración suscrito entre Feve, que pondrá en uso el nuevo tren, y la Universidad. Al parecer, el tren será destinado a uso turístico, si bien sólo podrá transportar a un reducido grupo de pasajeros (máximo ocho) y cubrirá itinerarios cortos de unos 30 kilómetros. El 'RoblaSolar' será financiado por la compañía ferroviaria y costará alrededor de 350.000 euros.