A mitad de feria (TEFAF-Maastricht se inauguró el pasado viernes 6), el pronóstico es que la buena salud de la feria de arte más importante del mundo -¡porque lo es!- se mantiene; ya que es inevitable referirnos a la situación mundial respecto al problema de contagio de lo que ya todos conocemos como coronavirus. Si bien la inauguración registró un 28% menos de asistentes, parece que un buen número de coleccionistas y entusiastas del mundo del arte, movidos por la pasión que despierta el arte, no se quieren perder la cita anual en Maastricht, la ciudad holandesa situada estratégicamente entre Bélgica y Alemania, que se convierte, durante diez días de marzo, en la capital mundial de arte.
La feria, en sus principios con carácter bianual y dedicada solamente a las antigüedades, tuvo sus inicios en los años setenta del pasado siglo, cuando el mundo del arte no estaba tan revolucionado como luego pareció convertirse a principios del siglo XXI. Posteriormente se institucionalizó su periodicidad anual y paulatinamente se incluyeron las secciones de arte contemporáneo, alta joyería, obra sobre papel, arte tribal y diseño.
La máxima 'oferta versus demanda' llega también al mercado del arte, y la oportunidad de ver (por el placer de descubrir) y comprar (por el placer de poseer) una obra de arte puede llegar en cualquier momento… Quizá este año sea un buen momento para comprar.
Siete mil años de Historia del Arte, desde la antigüedad hasta nuestros días, nos contemplan. Este año, tendencias artísticas de todo un mundo están representadas por 280 galerías, que conforman un incomparable abanico de cultura y que sirve como escaparate de las obras de arte que están disponibles en el mercado, ya que muchas de ellas aparecen expuestas después de mucho tiempo de estar escondidas en colecciones particulares, o incluso algunas que no habían salido nunca al mercado. Las rarezas exhibidas constituyen verdaderas sorpresas, y es ahí donde reside uno de los mayores atractivos de la feria.
La galeria Dickinson exhibe una de estas sorpresas. Se trata del cuadro titulado Mujer campesina frente a una granja, de Vincent van Gogh. La obra lleva anécdota incluida, ya que fue adquirida a un anticuario londinense por un periodista en 1968; y aunque estaba firmada como 'Vincent' el comprador sospechó que se trataba de un verdadero Van Gogh, como así resulto ser. El precio fluctúa -a veces, los precios 'no están claros'- entre los 12 y 15 millones de euros.
Hammer Galleries también expone otro Van Gogh: Bois de Boulogne con gente caminando, que también está entre 10-12 millones euros; y un Degas emblemático -Trois danseuses aux jupes jaunes- por el que se pagaron 37 millones euros la última vez que fue comprado en una subasta… Así que el galerista pide ¡unos pocos euros más!
Interesante analizar los cinco sorollas de la feria. Tres en galerías españolas: Ruinas de Buñol (550.000 euros), en Caylus; el gran -por tamaño (250 x 370 cm.)- Antes de la corrida (3,7 millones de euros) en la galería Nicolás Cortés; y Fiesta valenciana (122 x 190 cm.), que exhibe el galerista López de Aragón, que además cumple 25 años como participante en la TEFAF. Se trata de una obra perteneciente a la época más brillante del maestro; una pieza excepcional que, a mitad de feria, cuenta ya con varios pretendientes… en concreto hay un museo americano dispuesto a pagar los 2,6 millones de euros que vale. En la galería C19 vemos Playa de Valencia (48 x 55 cm.), y en la parisina Rafael Valls un pequeño apunte sobre tabla.
La española Deborah Elvira, fiel a la feria y especializada en joyería antigua, ha traído una pieza inusual en su repertorio expositivo: un león de hierro de 80 x 80 cm. (40.000 euros), una pieza ornamental perteneciente a la colección de su padre, Luis Elvira.
Picassos hay muchos y de todas las épocas, pero quizá el más peculiar sea Retrato de hombre barbudo, un óleo sobre madera pintado en 1895 ¡Picasso tenía 14 años! Su precio: 1,2 millones de euros. Está en Jaime Eguiguren, la galería de Buenos Aires que, en un ambiente de misteriosa penumbra cada año nos sorprende con sus inquietantes piezas de arte religioso. Este año exhibe un par de bustos del granadino Pedro de Mena (siglo XVII) -Ecce Homo y Dolorosa- de exquisita factura y gran realismo.

'Dolorosa', de Pedro de Mena
El artista alemán Gerhard Richter (nacido en 1932) -quizá el artista más cotizado del mundo del arte contemporáneo- tiene el honor de estar reproducido en el catálogo de la feria. Su cuadro, titulado Fuji (29 x 37 cm.), cuyo precio es 450.000 euros, es una exageración (en palabras del propio Richter). Está en la galería Beck & Eggeling. Hay dos Richter más: en la Galeria Hopkins (245.000 euros); y en Ben Brown Fine Arts; este último a más de 1 millón de euros, claro que este Richter -Nubes- tiene 100 x 100 cm., un tamaño grande para el mediático artista. Esta misma galería exhibe un lienzo blanco rasgado por Lucio Fontana, del que no se sabe el precio, pero a juzgar por las rajas que tiene (tres) costará (aproximadamente) 3 millones de euros. Los fontanas cuestan a millón por raja -¡y no es una broma!-, el Fontana blanco, con cuatro rajas, de la galería de Milán Alessandro Galli está valorado en 3,6 millones de euros; y tiene otro, con dos rajas a 2 millones.

De entre las curiosidades de la feria destaca la galería parisina Jean-Chistophe Charbonnier, nuevo expositor en la feria, con su serie 'japanese armour', que pocas horas después de la inauguración ya tenía casi todas sus armaduras samuráis vendidas. El yelmo de la época Edo que le queda sin vender cuesta entre 100 y 200 mil euros. De las piezas vendidas nunca se confiesa el remate final.
El Zurbarán -Muchacha gitana- de Mathieu Néouze Galerie está en 145.000 euros; y ya en otro contexto, la joya de la corona es justamente la corona de diamantes The Anglesey Tiara que exhibe la veterana firma joyera londinense Hancocks (se ve al final del vídeo que se incluye). Se trata de una diadema que lució Marjorie Paget, esposa del marqués de Anglesey, con más de 100 quilates en diamantes, y que cuesta 7.500.500 euros.

Ochenta mil flores decoran la ornamentación de los espacios de la TEFAF, un espectáculo para todos los sentidos.
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CÓMO IR
La opción más recomendable es volar hasta Bruselas. Brussels Airlines (brusselsairlines.com) e Iberia (iberia.com) tienen varias frecuencias diarias tanto desde Madrid como desde Barcelona. Maastricht está a 120 km. de Bruselas. En el mismo aeropuerto se puede contratar servicio de transfer: Taxi Frenske (taxi-frenske.nl) y Maestax (maestax.nl).
Datos TEFAF
La edición número 33 de la feria de arte TEFAF (tefaf.com) tiene lugar en el Palacio de Exposiciones y Congresos MECC de Maastricht hasta el 15 de marzo de 2020.
Entrada: 40 euros (tickets@tefaf.com)
Oficina de Turismo de Maastricht: www.vvvmaastricht.eu