El Parador de la ciudad ofrece, hasta el 28 de julio y coincidiendo con la 42º edición del Festival Internacional de Teatro Clásico, un menú de mestizaje inspirado en las recetas de la dramaturga.
Pensadora, escritora y poeta. Una adelantada para su época. La ambición intelectual de Sor Juana Inés de la Cruz hacía que pocas disciplinas se le resistiesen. En sus obras han perdurado la infinidad de conocimientos que esta manejaba: literatura, filosofía, música, matemáticas, astronomía e, incluso, gastronomía. Es en el recetario culinario que escribió durante su estancia en el Convento de San Jerónimo (Ciudad de México), allá por el s. XVI, en el que se han basado Paradores de Turismo y el Festival de Teatro Clásico de Almagro, que este año se centrará en la figura de Sor Juana, para crear un menú de mestizaje en homenaje a su autora.
En su 42º edición, el Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro acoge como país invitado a México, un lugar en el que Sor Juana Inés de la Cruz fue una figura fundamental durante el siglo XVII. Así, la gastronomía de mestizaje entre lo europeo y lo indígena que la escritora dejó plasmada en su recetario se reinterpreta en un menú lleno de contrastes que el Parador de Almagro, en colaboración con los expertos del festival, ha querido crear para la ocasión. En él, los platos criollos apuntados hace 350 años mezclan sus sabores con los de la cocina manchega, consiguiendo un maridaje perfecto entre ambos países.
Así pues, aquellos que decidan visitar la humilde ciudad de Almagro hasta el 28 de julio, coincidiendo con el Festival, podrán degustar este delicioso menú que, haciendo un guiño a la obra teatral de Sor Juana, se sirve siguiendo las piezas teatrales. Para comenzar la función, y a modo de Loa; una serie de entremeses, tanto platos fríos como calientes, entre los que no podían faltar señas de identidad de ambas cocinas como las berenjenas encurtidas de Almagro o el popular guacamole.
Prosigue la Jornada Primera, o primer acto, con unos langostinos sobre una capa de salpicón y puré de mango. Como plato fuerte, en la Jornada Segunda se degustarán unas perdices al chocolate. A la receta tradicional manchega se le añade chocolate negro, un producto tradicional de los moles mexicanos que añade potencia y brillo al guiso.
La experiencia gastronómica continúa con la Jornada Tercera, que trae consigo "Jericaya" (un postre extraído literalmente del recetario de sor Juana que se asemeja a unas natillas) al que se acompaña de las tradicionales flores manchegas y sorbete de piña asada.
Y, por último, para los amantes de un pequeño dulce que acompañe al café, en homenaje a la obra "Sarao de las dos naciones" se servirá "ante de almendras", un bizcocho remojado en almíbar y, también, unas pastas almagreñas. Todo ello, por 42 euros con bebida incluida entre la que se encontrará una selección de vinos de la Mancha.
Una vez acabada esta sabrosa experiencia aún queda mucho por descubrir en la localidad de Almagro. Sin ir más lejos, el Parador donde se sirve este menú fue el antiguo monasterio franciscano de Santa Catalina, un monumental edificio del siglo XVII de estilo renacentista cuyo patrimonio histórico-artístico intenta recuperar la cadena Paradores a través de iniciativas como esta. También sería un pecado abandonar la ciudad sin visitar su famoso Corral de Comedias, situado en la Plaza Mayor, fue declarado Monumento Nacional en 1955 y es el escenario principal del Festival de Teatro durante estas tres semanas. Sin duda, una oportunidad única para degustar los sabores de la historia y el arte de nuestro país de una manera muy especial.