La aprobación, el pasado 10 de julio, del Decreto que regula la actividad de las viviendas turísticas en la Comunidad de Madrid está lejos de acabar con el conflicto planteado entre este colectivo, la industria hotelera y el Gobierno autonómico. La Federación Española de Asociaciones de Viviendas y Apartamentos Turísticos (FEVITUR) y la Asociación de Gestores de Viviendas de Uso Turístico (ASOTUR) han anunciado que estudian medidas legales para que el Decreto -que todavía no ha sido publicado en el Boletín Oficial de la CAM y, por lo tanto, aún no está en vigor- se modifique.
El sector del alquiler turístico valora positivamente que la Comunidad de Madrid haya regulado su actividad, sacándolo de la alegalidad en la que se veía obligado a operar y otorgando a las viviendas turísticas definición y cobertura jurídica. La polémica se plantea en relación a la exigencia del Decreto de fijar reservas para un mínimo de 5 noches en este tipo de alojamientos. Un "añadido" que no figuraba en el borrador del Proyecto de Decreto y que, sin embargo se ha plasmado en el último momento -y por sorpresa- en su redacción final... según FEVITUR y ASOTUR, por el increíble poder del lobby hotelero. "La limitación de cinco noches equivale a una prohibición, una prohibición encubierta y una limitación arbitraria", proclama Eliseo Martínez, secretario general de FEVITUR.
Las asociaciones de viviendas turísticas llevaban ocho meses "negociando" con la Comunidad de Madrid esta normativa. "Parecía que había muy buenas intenciones", recalca David Tornos, presidente de ASOTUR. Frente a la queja reiterada de la patronal hotelera -la CEHAT-, Tornos reivindica los contactos con la Consejería de Empleo, Turismo y Cultura. "Nosotros somos los primeros que pedíamos una regulación, los primeros que luchamos contra la competencia desleal y contra la economía sumergida", subraya.
Davis Tornos, de ASOTUR, y Eliseo Martínez, de FEVITUR.
El responsable de ASOTUR argumenta que limitar las reservas en viviendas turísticas a 5 noches equivale a eliminar el 80% de los alquileres actuales, haciendo que muchas de las empresas que operan en el sector sean insostenibles, puesto que a los propietarios privados dejará de resultarles rentable alquilar. En consecuencia, alerta del riesgo paradójico de que la regulación logre precisamente el fin opuesto al que persigue: generar más economía sumergida, porque los propietarios no querrán dar de alta las viviendas en el Registro de Empresas Turísticas como fija el Decreto.
¿Se lo puede permitir Madrid?
Según la información recabada por FEVITUR, el 25% de los turistas que alquilan una vivienda turística declara que no hubiera viajado a Madrid de no existir esta oferta de alojamiento. Para unos, el motivo es el ahorro que representa frente al hotel -un gasto que su bolsillo no puede permitirse-; para otros, la comodidad de disponer de varios dormitorios o cocina. Hay que tener en cuenta que el 70% de los clientes alojados en viviendas turísticas son familias.
El secretario general de la Federación se pregunta si Madrid, como destino turístico, puede "prescindir" de este turismo que genera riqueza y puestos de trabajo en el destino (tanto directos como indirectos), además de impuestos a las arcas públicas. También se cuestiona si Madrid está dispuesta a salirse del mapa de ciudades turísticas internacionales que están abiertas a una modalidad turística en auge. Modalidad apoyada en el uso masivo de Internet y en el triunfo de nuevos hábitos entre los turistas.
Por otra parte, las viviendas turísticas están invirtiendo elevadas cantidades en promocionarse y en promocionar turísticamente Madrid, algo que "no ha sido valorado", se lamenta un propietario de varias viviendas turísticas adheridas a ASOTUR. "Este tipo de turismo genera atracción a Madrid", insiste.
La presión de los hoteleros y el beneficio del turismo
Las acusaciones de FEVITUR y ASOTUR recaen, una y otra vez, sobre las presiones que el sector hotelero habría ejercido en estas últimas semanas para inclinar la norma legal del lado de sus intereses. Eliseo Martínez afirma que la "discusión real", el fondo del asunto en todo esto, es si la Administración dejará el "beneficio del turismo" para que sea explotado, prácticamente en exclusiva y sin competencia, por un único sector -el hotelero- y por un número reducido de empresas; o si, por el contrario, permitirá una "redistribución más social de esa riqueza", con la que se beneficiarán los propietarios de viviendas y sus familias, los empleados en esta actividad y la cadena de servicios que se genera para atender las necesidades de los turistas.
Ambas asociaciones abogan por que se deje decidir libremente al turista el tipo de alojamiento que mejor le convenga, sea un hotel o una vivienda turística. "El turista de hoy es inteligente, viaja, consulta las opiniones de otros viajeros y puede decidir perfectamente por sí mismo qué es lo que le interesa", concluye Martínez.