Turismo y Viajes Destacado

Una jornada recorriendo los Montes Torozos

Panorámica de Urueña.

'Mucho que ver contigo' reza el eslogan con el que la Provincia de Valladolid invita a los visitantes a adentrarse en su interior. Una promesa que se hace realidad en cada pueblo que pisamos en esta tierra rica en patrimonio y en historia, y generosa en cultura y hospitalidad. Viajes El Corte Inglés viene siendo desde hace años su aliado en la promoción y comercialización turística. De su mano hemos tenido la oportunidad de disfrutar de una jornada visitando una zona muy especial dentro de la provincia, los Montes Torozos.

Contamos con dos "guías" de lujo -el presidente de la Diputación, Jesús Julio Carnero, y el director de Comunicación de Viajes El Corte Inglés, Fernando Tomás- que nos desvelan sobre el terreno los atractivos de un destino perfecto para una escapada de fin de semana. Estamos a sólo dos horas de Madrid y apenas a 60 kilómetros de la capital del Pisuerga. Pero vayamos paso a paso...

De la "Tierra de nadie" a la Villa del Libro

Frontera entre el Reino de León y Al-Ándalus, esta "Tierra de nadie" fue ofrecida antaño por el monarca leonés a quién quisiera instalarse en ella. Así fue como llegó a San Cebrián de Mazote una comunidad de monjes cordobeses, empapados de la cultura mozárabe. Este choque cultural se hace patente en la iglesia de San Cipriano, construida en el siglo X y en la que podemos apreciar diferentes estilos.

Es una de las iglesias mozárabes más grandes y mejor conservadas, destacando su ábside tripartido con imágenes de San José, de San Isidro y de la Virgen de la Asunción. Además, las columnas de la nave central son todas diferentes entre sí y hechas en mármol. Al templo se le añadieron el baptisterio y la torre en los siglos XVIII y XIX, respectivamente.

A poco más de 10 minutos en coche, encontramos Urueña, la Villa del Libro. Pero antes de sumergirnos en el mundo de la literatura, merece la pena detenerse en la ermita de Nuestra Señora de la Anunciada, única representante del estilo románico lombardo en la Península Ibérica (si exceptuamos otras en los Pirineos) y construida en el siglo XI con piedra caliza por orden de la infanta Doña Sancha. De estructura sobria y sencilla y gran altura para su estilo arquitectónico, acoge tres naves con bóvedas de cañón y está rematada con un cimborrio octogonal. Alberga en su interior un retablo de San Jerónimo Penitente del siglo XVI y ofrece desde su ubicación unas magníficas vistas del pueblo de Urueña y su muralla.

En este pequeño pueblo de apenas 130 habitantes, la Diputación de Valladolid puso en marcha en el año 2007 el proyecto Villa del Libro, pionero en España, buscando una dinamización económica y cultural. Se apoyó en la reconversión de espacios públicos en museos, librerías y espacios para la celebración de eventos culturales.

El Centro Cultural E-LEA Miguel Delibes es la joya de la corona. En sus 1.300 metros cuadrados encontramos un Museo del Libro y la Escritura y una interesante colección de fanzines. A escasos metros se ubica el Museo del Cuento, donde la artista Rosana Largo expone su particular visión de los cuentos más populares.

Otro de los puntos clave es el Centro Etnográfico Joaquín Díaz. Situado en una gigantesca casona contiene tres bibliotecas con más de 23.000 ejemplares, fonoteca, fototeca y casi todo lo que tenga que ver con las tradiciones culturales, especialidad del etnógrafo. En el extremo opuesto se encuentra el DiLab, un espacio dedicado a la cultura contemporánea, en el que se organizan exposiciones de pintura, cursos, talleres y conciertos.

Parece mentira que un pueblo tan pequeño tenga tanto que ofrecer. Y no se queda ahí porque Urueña es la sede de la Asociación de Calígrafos más importante de España. Salpican sus calles ni más ni menos que nueve librerías, lo que marca un hito en la historia de nuestro país, pues debe de ser el único pueblo con más librerías que bares, y cuenta también con un taller de encuadernación artesanal.

Hacemos un alto para tomar otro "regalo" que no reserva Urueña, la increíble vista desde su muralla. Asomados a la "azotea" de esta villa abarcamos los campos que la rodean y, si el día está claro, vislumbramos en el horizonte los Montes de León. Luego, ya bajando de la muralla por unas escaleras de caracol, llegamos a otro punto destacado de Urueña, la Librería-Enoteca, especializada en la literatura del vino (tanto científica como de ficción) y en la que podemos degustar caldos de las cinco Denominaciones de Origen de la provincia.

Vista de los tejados de Urueña.

La Santa Espina y su monasterio

Tras este intenso recorrido lo mejor es reponer fuerzas con una buena comilona. A 10 km de Urueña se encuentra La Santa Espina, uno de los pueblos de colonización fundados en los años 50. Allí está enclavada la casa rural-restaurante "El Rincón de Labrador", donde podemos degustar verdaderos manjares, directamente de la huerta a la mesa: pollos de corral, callos caseros, chuletón y sus platos estrella, los caracoles en temporada y los huevos fritos con chorizo, lomo y patatas de sartén. Rematan la contundencia de estas viandas una variedad de postres caseros entre los que destaca un refrescante y apetecible helado de mojito.

Sala Capitular del Monasterio de la Santa Espina.

Con el estómago lleno y para bajar la comida lo mejor es ir paseando al cercano Monasterio de Santa María de la Santa Espina, que como tantos otros fue construido y ampliado durante diferentes épocas, aunque tiene su origen en 1147 con la llegada de los primeros monjes cistercienses desde la borgoña francesa. Recibe al visitante su fachada neoclásica del siglo XVII, por la que se accede a sus dos claustros, el de la hospedería y el regular. Si nos adentramos descubriremos el corazón del monasterio, la sencilla y pequeña sala capitular del siglo XII, junto a la gigantesca iglesia de planta de cruz latina y tres naves, en la que se guarda una espina de la corona de Jesucristo, reliquia de la toma su nombre.

Tras superar un incendio en 1731 y la expulsión de los monjes durante la desamortización de 1835, treinta años después el monasterio fue adquirido por el marqués de Valderas con el objetivo de fundar en él una escuela de capataces agrícolas. Esta tradición docente se mantiene hasta nuestros días. Hoy estudian allí 150 alumnos de Formación Profesional. Como curiosidad añadida, uno de los sacerdotes, exhibe su impresionante colección de mariposas, el trabajo de toda una vida. La colección se permanece abierta sábados mañana y tarde, y domingos por la mañana.

Más información:
www.provinciadevalladolid.com
www.viajeselcorteingles.es

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