
El sector de la automoción, tanto fabricantes como vendedores, han dado la voz de alarma tras sumar ya diez meses de caídas en las ventas de turismos y todoterrenos. En junio, las matriculaciones descienden un 8,3% y en lo que va de año se acumula una bajada del 5,7%. Desde el sector se señala que el pasado mes ha sido el peor junio desde 2015, cuando empezaron a remontar las ventas.
Ante la inacción del Gobierno, tanto en la anterior legislatura como ahora en funciones, las principales asociaciones del automóvil han elevado su nivel de críticas. Anfac, en voz de su vicepresidente ejecutivo Mario Armero, ha tildado la situación de crisis: "Las ventas de vehículos encadenan ya tres trimestres de caídas, con lo que se puede hablar de crisis en la automoción, cuando no hay ningún indicador económico que sustente este descenso más allá de la incertidumbre de los consumidores".
Aunque en esta ocasión Anfac no señala a las distintas administraciones públicas como causantes de esta "incertidumbre", en numerosas ocasiones han achacado las caídas de las ventas a los mensajes lanzados desde el Gobierno central, varios autonómicos y grandes ayuntamientos contra el coche en general, y los movidos con diésel en particular.
Lo que sí ha dejado claro Armero es que la caída de las compras -especialmente en el canal de particulares, que baja un 17,9% en junio y un 12,3% en el semestre-, no se explica por la evolución de la economía. De hecho, en otros grandes mercados, que registran crecimientos del PIB por debajo del español, la matriculación se está comportando mejor que en España. Mientras que las caídas de las ventas empezaron en septiembre -y han repetido mes a mes con excepción del mes de abril por el tirón de las empresas de alquiler-, el PIB en España ha ido creciendo, pasando de un 0,5% en el tercer trimestre de 2018 a un 0,7% en el primer trimestre de este año y una previsión del 0,6% para el segundo de 2019.

Las críticas no se han limitado a Anfac. Marta Blázquez, de la patronal de concesionarios, considera que "estos diez meses de retrocesos ponen en peligro puestos de trabajo, la viabilidad de los concesionarios y sus futuras inversiones".
Ana Sánchez, de Ganvam, afina más y considera que "los datos evidencian que el sector atraviesa una situación delicada, fruto de la inestabilidad política y la incertidumbre que envuelve al consumidor".
Por su parte, Elías Iglesias, presidente de Ancove, asegura que es precisa la puesta en marcha de un plan integral de achatarramiento, que contribuya a retirar de las carreteras los 9 millones de coches anteriores al Euro4".