
El cambio de Gobierno ha dejado a los operadores de terminales sin la rebaja del 10% de las tasas portuarias a las mercancías anunciada hace un año por el exministro de Fomento, Íñigo de la Serna. La medida, que la nueva presidenta de Puertos del Estado, Ornella Chacón, dejó en un cajón, se ha erigido como una de las principales reclamaciones del sector de la estiba tras la fallida liberalización de la contratación de mano de obra. Pese a que el tráfico de mercancías ha aumentado un 3,5% en 2018 y a que se prevé un crecimiento del 2,3%, hasta las 575 millones de toneladas para 2019, las empresas de la estiba defienden que hay que tomar medidas para acelerar el incremento de la actividad y captar tráficos que van a Italia, Francia o Portugal. No en vano, en los últimos años se ha invertido mucho dinero en los puertos y las terminales para aumentar su capacidad y actualmente tienen una ocupación del 50%. Así, la idea es que hay que animar a los buques para que elijan España como puerta de entrada a Europa.
Para ello, las empresas de la estiba como Noatum, Boluda, Ership u OHL, han reclamado a Puertos del Estado que baje las tasas al menos un 4% para ofrecer precios más atractivos al cliente final y atraer más tráfico. "Hay un margen enorme para bajar las tasas y sería positivo para la economía", explican fuentes de PIPE, la plataforma de Inversores en Puertos Españoles, que se reunió a principios de año con Chacón para proponer que reactivara los planes del Ejecutivo popular. Un extremo con el coincide la patronal Anesco, que insiste en que la medida "incentivará la inversión y los tráficos".
Generación de empleo
Según los datos que baraja el sector, la bajada de un 30% de la tasa de ocupación, una de las cinco que pagan los buques para usar las instalaciones españolas, generará en el corto plazo unos 1.374 empleos y se traduciría en un incremento de 1,7 millones de toneladas del tráfico de mercancías, en un alza del PIB y del valor de las exportaciones en unos 51 millones, así como de la renta de los trabajadores y de la recaudación fiscal, que subiría en 37 millones de euros. Desde PIPE aseguran que el impacto en las cuentas de Puertos del Estado de bajar esta tasa sería mínimo, ya que apenas supondría un descenso de sus ingresos de entre 80 y 100 millones de euros al año. Puertos cerró 2017 con una facturación de 1.100 millones de euros, de los que 1.000 millones corresponden a las tasas, y prevé cerrar 2019 con una cifra de negocio de 1.154 millones. "Somos un poco caros en las tasas en comparación con los puertos de los países vecinos, aunque no en las tarifas, que son privadas", explican desde PIPE.
No en vano, un informe de la empresa pública señala que cuatro puertos españoles tienen las tasas portuarias más altas que Amberes y Rotterdam y que "las de Malta y Sines son las más bajas". "Los costes de terminal en los puertos extranjeros son inferiores a los nacionales, aunque Amberes es similar al español", señala.

El sector cree que la bajada se trasladará al cliente final, ya que hay una fuerte competencia, lo que permitirá "potenciar la competitividad internacional de los puertos españoles". Las empresas estibadoras consideran que es importante aprovechar el buen momento que se vive ahora para impulsar el atractivo de España como punto de llegada, debido a que está previsto que este año se ponga en marcha Tanger Med 2, un complejo portuario de Marruecos con capacidad para seis millones de TEUS, que hará competencia a Algeciras.
Según explicó la presidenta de Puertos en una comparecencia en el Congreso de los Diputados, los ingresos por las tasas de ocupación y actividad, que en conjunto sumarán 406 millones en 2019, representan el 35,2% de la cifra de negocios de la sociedad estatal, mientras que los ingresos por las tasas del buque y de la mercancía previstos para 2019 ascienden a 242 millones de euros, y 275 millones, respectivamente, lo que supone el 21% y el 24% de la cifra de negocio. Así, la suma formada por las tasas de actividad, de ocupación, del buque y de la mercancía representan en conjunto el 80% de la cifra de negocio.
Para PIPE estos ingresos, que se han calculado bajo la previsión de que no se van a bajar las tasas, no se adecúan a las necesidades de gasto e inversión de los puertos, ya que el grueso de las obras ya está hecho, la deuda se está rebajando a pasos agigantados (en 2011 alcanzaba los 2.393 millones y se espera que cierre 2019 en los 1.554 millones), los beneficios superan los 200 millones y tiene una generación de caja de casi 600 millones de euros al año. "Puertos no debe perder el foco de cuál es su objetivo. Y éste es que, por ejemplo, Almusafes exporte más coches y de forma más eficiente, que haya conectividad, flexibilidad y cadenas logísticas integradas y ágiles", explican fuentes del sector. "El impacto en la economía real de inyectar este dinero es mucho mayor que acumularlo en los puertos. Se habla mucho de beneficios, pero los puertos están para coadyuvar al desarrollo social de su entorno. Deben servir a la industria", asegura José Luis Almazán, vicepresidente de PIPE.
La presidenta de Puertos plantea que antes de aprobar una bajada de las tasas y detraer recursos hay que tener claras las necesidades de inversión, ya que se está trabajando en potenciar las conexiones viarias y ferroviarias. En este punto, la patronal critica que la pública financie obras que están fuera de sus terrenos, como paseos marítimos o rotondas de acceso al puerto.