
La flota de coches de Uber y Cabify se ha casi duplicado desde agosto de 2017, cuando había unas 5.800 autorizaciones. Pese a que el número de licencias VTC -vehículo turismo de alquiler con conductor- ha ido aumentando de forma imparable desde 2014, en los últimos ocho meses se ha producido una oleada de títulos de este tipo de transporte que ha avivado la mecha de la rebelión en el taxi y ha llevado al Ejecutivo a abrir la puerta a regular su actividad en las ciudades con normas similares a las que tienen que cumplir los taxistas. Y es que, pese a las medidas que se han ido poniendo sobre la mesa para frenar la actividad de las plataformas, sólo entre enero y septiembre de este año las Comunidades Autónomas (CCAA) han liberado un 11% más de autorizaciones de VTC que en los últimos ocho años.
En concreto, septiembre ha arrancado con una flota de 11.200 vehículos VTC, 4.489 más que a principios de año, mientras que entre enero de 2010 y enero de 2018 se entregaron 4.049 títulos vía sentencia judicial. De cara a los próximos meses, lejos de frenarse, la oleada de licencias de Uber y Cabify se va a acelerar y desde la patronal Unauto calculan que en 2020 llegue a haber unas 19.000 operativas en España. Una flota que podría generar un impacto económico de 1.350 millones al año entre el pago de impuestos, nóminas, mantenimiento de flota y seguros, siempre que el modelo de negocio se mantenga como hasta ahora, defiende Eduardo Martín, presidente de Unauto.
En este sentido, el propio de ministro de Fomento, José Luis Ábalos, reconoció en sede parlamentaria que hay unas 9.000 licencias pendientes de salir, que llevarán a reducir el ratio entre coches de Uber y Cabify y taxis a uno por cada tres en toda España, una proporción que bajará a 1/2 en Madrid y Barcelona, donde hay unas 7.203 licencias operativas, el 64% del total. Solo en la capital de España hay 5.277 licencias de VTC frente a unos 15.520 taxis, lo que reduce el ratio a 1/3. De aquí a un año la flota de este tipo de coches se disparará hasta los 7.500, llevando a que en Madrid haya una VTC por cada dos taxis. Relación que se ajustará hasta casi un 1/1 durante el sábado y el domingo, puesto que la mitad de la flota de taxis tiene la obligación de parar los fines de semana alternos.
La presión que las plataformas ejercen sobre el sector del taxi no es igual en todas las CCAA ni en todas las provincias. Por ejemplo, en Andalucía hay 1.731 licencias VTC, un 54% más que en enero, de las que 1.075 están en Málaga, región en la que entró Uber en verano. La otra cara de la moneda son País Vasco, Extremadura, Castilla-La Mancha y Canarias, donde la relación roza el 1/30 que recoge la ley y donde operan las empresas tradicionales, ya que ahí no están ni Uber ni Cabify. La firma de EEUU opera en Madrid, Barcelona y Málaga y la española, en Barcelona, Madrid, Málaga, Sevilla, Alicante y Valencia.
La imparable llegada de licencias de Uber y Cabify y la casi imposibilidad de eliminarlas del mapa sin entrar en un conflicto judicial de más de 3.700 millones, ha llevado al ministro de Fomento a tratar de limitar la actividad de las mismas en las ciudades para que compitan en igualdad de condiciones con el taxi. "De la misma forma que se le dice al sector del taxi que tiene que evolucionar hacia un mundo digital, yo también pediría a otros sectores que evolucionen hacia la competencia total, porque la desregulación también perjudica a la competencia", afirmó Ábalos. En este punto, el propio ministro ya señaló en sede parlamentaria que existe una "competencia desigual" entre dos negocios -VTC y taxi- que operan "en el mismo sector y en el mismo ámbito", ya que los vehículos que operan con Uber y Cabify lo hacen en total libertad al no tener que someterse a restricciones "de horarios y calendario" ni tener "la obligación de operar con precios prefijados o limitados".
Así, Fomento quiere dejar en manos de los Ayuntamientos la regulación de las VTC cuando operen en el ámbito urbano y conseguir que se parezcan más a los taxis. El consistorio madrileño y el barcelonés ya habían solicitado sin éxito a Fomento competencias para limitar la actividad de las VTC. Ada Colau fue un paso más allá y creó una doble licencia para operar en la Ciudad Condal que buscaba eliminar más de 1.500 autorizaciones para recuperar la ratio 1/30. La medida ha sido suspendida cautelarmente por el Tribunal Superior de Cataluña. En Valencia fue el PP quien presentó una propuesta para regular Uber y Cabify, que fue tachada de ilegal por los servicios jurídicos.
En este punto, el primer paso a dar, según Ábalos, es habilitar a las 17 CC.AA. para que puedan regular en sus territorios a las VTC y, en su caso, dejar paso a los Ayuntamientos para que hagan lo propio.
Dentro del sector del taxi hay voces que reclaman avances como poder introducir tarifas cerradas
Elite Taxi Barcelona, la asociación que prendió la mecha de la última gran movilización de taxistas, ya ha asumido que el Real Decreto Ley no va a suponer la eliminación de las miles de licencias que alejan el ratio 1/30. "No va a ocurrir que el Real Decreto elimine directamente las VTC que sobran, ya que el Estado no va a poner ni mil millones ni un euro en indemnizar a los fondos", explicó Alberto Álvarez, líder de Élite Taxi, en un programa de radio. Lo que sí que aplaudió fue el hecho de que estos vayan a someterse a la regulación local, dando por hecho que conseguirán que los ayuntamientos limiten la actividad. "Vamos a ahogar a las VTC a base de regulación. Van a sufrir legalmente las mismas limitaciones que el taxi. Las vamos a regular, las vamos a ahogar para que ya no sean rentables y a los fondos no les compense poner ni un coche más a circular. Vamos a volver al 1/30 a base de que no les sea rentable", sentenció el líder de la asociación.
Dentro del taxi hay otras voces como la de Fedetaxi que reclaman cambios para introducir "mejoras de servicios al usuario" que pasen por permitir que los taxistas puedan ofrecer tarifas cerradas y descuentos en la precontratación.