Transportes

CAF invierte para ser proveedor de sistemas integrales de transporte

  • Destinará 80 millones al año para avanzar hacia nuevos modelos

CAF, grupo guipuzcoano con sede en Beasain que diseña, fabrica, mantiene y suministra equipos para sistemas ferroviarios, es una empresa global, con presencia en 37 países. Cerró el ejercicio 2017 con una cartera de 6.285 millones de euros, de los que el 87% correspondía a pedidos internacionales. En el primer trimestre de 2018, esa cartera sumaba ya 5.966 millones, cuatro veces más que la cifra de ventas de 2017, que ascendió a 1.500 millones.

Pero a pesar de estos apabullantes datos, CAF es una compañía pequeña si se compara con sus principales competidores, ya que frente a su citado negocio, firmas como Siemens o Bombardier venden 8.000 millones de euros, y tras la fusión Siemens-Alstom la suma asciende a 15.000 millones.

Diferenciación

Y ante esta realidad el consejo de CAF, que preside Andrés Arrizkorreta, tiene claro que hay que diferenciarse y ya ha definido el camino a seguir. "Hay que cambiar el modelo de negocio, vender trenes ya no va a ser suficiente", señalaba recientemente en una jornada el presidente del grupo. De hecho, la empresa avanza hacia la venta de sistemas integrales de transporte llave en mano, que incluyen la construcción, el montaje de la infraestructura, el mantenimiento, etc.

Así, la estrategia del fabricante ferroviario vasco se centrará en la búsqueda de nuevos mercados y modelos de negocio en los que "más allá del tren, se suministre sistemas completos, que incluyan lo que el mercado vaya demandando". Para Andrés Arizkorreta, un sistema completo de transporte implica "montar la infraestructura, la electrificación, la señalización, el 'ticketing', financiar el sistema y, si es necesario, operarlo".

En su discurso con motivo de la Junta General de Accionistas de CAF, celebrada el pasado sábado, Arizkorreta señaló que hay que "priorizar planes comerciales de material rodante por países y segmentos, desarrollar productos y plataformas, crecer en el negocio de mantenimiento de vehículos, así como en nuevos servicios, también digitales".

El presidente de CAF también llamó a profundizar en soluciones de señalización ferroviaria, crecer en la oferta de componentes mecánicos y eléctricos, equipos de acumulación de energía, sistemas de control y gestión e ingeniería de integración de sistemas, etc. "porque todas ellas, además de reforzar el negocio principal, se convierten en motores de crecimiento adicionales al mismo".

Dentro de esa estrategia, Arizkorreta destacó la importancia de la digitalización como una "palanca de mejora y de desarrollo" para CAF. "Los trenes van a ser digitales y automáticos, sin conductor y los propios procesos, incluso internos, van a ser también digitales. Hay que dar pasos y son muchos los pasos que hay que dar, y todo ello basado en una apuesta seria por la tecnología", añadió.

En este sentido, CAF invertirá cada año 40 millones en I+D y otros 40 millones, en activos fijos. "Somos más pequeños y por eso algunas cosas las tenemos que hacer mejor", explicó Arizkorreta.

Dentro del Plan de Tecnología de la compañía, se trabajaron 134 proyectos durante 2017. Destacaron los avances en digitalización, tanto en proyectos relacionados con la obtención y tratamiento de datos conseguidos en servicio, para su utilización en mejoras de producto y mantenimiento (tren digital), como incorporando nuevas tecnologías de la industria 4.0, que contribuyen a incrementar la eficiencia en costes y la excelencia operativa.

CAF ha completado el Plan de Tecnología para el periodo 2018-2019, queva a poner en marcha un total de 47 nuevos proyectos y dará continuación a otros 67, con un presupuesto de 40 millones para 2018.

Oportunidades rentables

El presidente de CAF, Andrés Arizkorreta, terminó su intervención en la Junta de Accionistas afirmando que "aprovecharemos las oportunidades que, siendo contributivas, se nos presenten en el itinerario". Con esta palabras ratificó las pronunciadas semanas antes, cuando afirmó que la compañía no descarta buscar alianzas, ya sean fusiones o compras, pero que además de tamaño tendrán que aportar rentabilidad.

El fabricante ferroviario vasco cuenta con un accionariado que le aporta "sustento suficiente para tomar decisiones que impliquen no perder el control de la compañía", aseguró Arizkorreta. El capital está repartido en Cartera social, constituida por empleados, con el 25%; Kutxabank, más del 10%; Fundación Kutxa, un 2% y Gobierno vasco, a través de Socade capital riesgo, ostenta un 1,24%.

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