Transportes

El AVE Madrid-Barcelona acapara el 20% del mercado y crece el doble

  • La ruta punto a punto sumó 4,13 millones de viajeros durante el año 2017
Foto: Archivo

El AVE Madrid-Barcelona cumple este martes diez años tirando de los resultados de la red de alta velocidad de Renfe. El corredor que une ambas ciudades y que tuvo unos sobrecostes del 31% se ha consolidado como uno de los más demandados y rentables de la red al acaparar el 20% de los pasajeros totales del AVE y al crecer al doble de velocidad que el resto de las rutas. No en vano, la línea que conecta Atocha y Sants creció un 7,6% en el punto a punto, hasta los 4,13 millones de viajeros, frente al alza del 3,7% registrado por la red en su totalidad, hasta los 21,1 millones de pasajeros, según los últimos datos publicados por el INE. Así, gran parte de los beneficios del AVE registrados por Renfe (es el único negocio que da resultados positivos sin contar con el pago de la deuda de la infraestructura) vienen gracias al Corredor que une la capital española y la Ciudad Condal.

Si se incluyen en el cálculo todas las paradas (Zaragoza, Camp de Tarragona, Figueres...), el corredor acapara más del 37% de la demanda de billetes del AVE al sumar 7,47 millones de viajeros entre febrero de 2016 y febrero de 2017, lo que implica un alza del 6,3%. Estos son los últimos datos disponibles desagregados hasta que el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, publique el martes los del año pasado durante el viaje conmemorativo del X Aniversario.

Los datos acumulados publicados por Efe recogen que el corredor celebra su cumpleaños con más de 35 millones de pasajeros transportados desde 2008, sólo en su conexión directa con Madrid, y más de 60 millones si se cuentan las demás estaciones de este corredor ferroviario. La cifra acumulada de viajeros entre Madrid y Sevilla durante los 25 años fue de 72 millones de viajeros.

El éxito de la alta velocidad entre Madrid y Barcelona ha llevado a Renfe a tener problemas para cubrir toda la demanda; a las aerolíneas, a pensarse dos veces entrar a competir en la ruta (tiene más del 64% de la cuota de mercado y sigue creciendo ante el frenazo de avión) y a los inversores internacionales a interesarse por operar en el mismo cuando se liberalice el mercado, aunque desde el sector se insiste en la importancia de entrar en la red con una oferta global.

Ante el fuerte interés que despierta este corredor entre las empresas extranjeras y nacionales y la carencia de trenes, Renfe se ha puesto manos a la obra para crear un nuevo servicio más competitivo con el que plantar cara a la liberalización y seguir manteniendo una importante cuota de mercado. Así, el operador está poniendo en marcha un nuevo servicio con el que espera aumentar la oferta y atraer a más pasajeros: EVA.

"Lanzamos EVA (el nuevo AVE de bajo coste) en la ruta Madrid-Barcelona porque es la más demandada y ahora mismo tenemos problemas para subir la oferta por la falta de trenes. Muchos usuarios se quejan de que es muy difícil comprar billetes y eso lo tenemos que solucionar. Así, el AVE de bajo coste permitirá poner cinco frecuencias más al día pasando de las 25 a las 30 en ambos sentidos", explicaron fuentes de Renfe durante la presentación del nuevo servicio. En esta línea, Alberto García, director general de Desarrollo y Estrategia de Renfe, reconoció que el operador tiene "un serio problema de falta de parque de trenes de alta velocidad", por lo que es urgente poner más trenes a circular.

Sobrecostes del 31%

Aunque García también señala que el AVE ya es rentable a nivel operativo (pagando gastos y amortizaciones), todavía no es capaz de pagar lo que costó. En el caso de la ruta entre Madrid y Barcelona, la construcción de los 621 kilómetros de línea ferroviaria ascendió a 8.967 millones de euros, lo que supone un desvío global del 31,4% respecto del precio de adjudicación, un sobrecoste de 1.732 millones de euros. Con esto, cada kilómetro de la línea salió a 14,4 millones de euros.

Unos sobrecostes a los que luego se sumaron los registrados por el tramo final que une la Ciudad Condal con Figueres. Según el Tribunal de Cuentas, los 131 kilómetros tuvieron un sobrecoste final de 575 millones de euros, una "desviación global del 18%".

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