
Bajos precios y digitalización. Estos son los dos pilares sobre los que se edificará EVA, el servicio de alta velocidad con el que Renfe busca plantar cara a la liberalización del sector ferroviario y que ya ha despertado el interés de una buena parte de las comunidades autónomas, que, como Aragón, han pedido que el nuevo AVE low cost pare en sus estaciones. Sin embargo, la expansión por España del producto tendrá que esperar varios años, ya que el proyecto piloto empezará a rodar en la ruta Madrid-Barcelona en 2019 y solo realizará tres paradas: Atocha, Camp de Tarragona y El Prat. "El modelo de alta ocupación, productividad y rotación no permite dar más servicios. EVA es un laboratorio de ideas y primero vamos a trabajar en este trayecto. Una vez esté implantado, estudiaremos extenderlo a otros corredores, ciudades y servicios", aseguran fuentes oficiales de Renfe.
Como ya anunció el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, el objetivo principal de este servicio de alta velocidad es captar un nuevo tipo de cliente, que todavía opta por el coche para realizar viajes largos, como los grupos pequeños, las familias, los jóvenes o los jubilados. Para ello, Renfe está trabajando en ofrecer un producto más asequible al bolsillo, que sigue los pasos de las aerolíneas de bajo coste y del gigante francés SNCF, que ya ha puesto en marcha su producto low cost, OUIgo. "EVA es la preparación para una batalla, pero no solo de precios, sino también de servicio y oferta. El año 2020, cuando arranca la liberalización del sector, está aquí mismo", aseguran fuentes de Renfe.
Así, el operador ferroviario ha asegurado que los billetes del nuevo servicio de alta velocidad serán entre un 20% y un 25% más baratos que los del AVE. Es decir, que si el precio medio de un trayecto entre Madrid y Barcelona ronda los 85 euros, el de un billete de EVA entre Atocha y el Prat estará en los 60 o 65 euros por sentido.
Pero si el trayecto es muy similar e igual de rápido (el tren irá a 300 kilómetros por hora)... ¿Qué va a hacer Renfe para ofrecer precios más bajos sin perder dinero? Muy sencillo, reducir los costes de operativos y aumentar la capacidad del tren. Así, los convoyes de EVA no tendrán cafetería, ni clase preferente ni personal a bordo. Solo habrá interventor y maquinista. Reducir los servicios, como el de catering o reparto de prensa y revistas, ayuda a rebajar los gastos operativos, permitiendo ajustar más los precios de los billetes. A su vez, los vagones tendrá un asiento más por fila (composición 3+2), lo que permitirá aumentar un tercio la capacidad del tren, y se limitará el número de vagones destinados a turista plus. Por su parte, se buscará crear espacios de reunión, con máquinas de vending o de entretenimiento infantil.
A la reducción se costes se suma un plan para elevar la productividad de los trenes y que pasen de realizar 380.000 kilómetros al año a 700.000 kilómetros/año. Para ello, buscan reducir los tiempos que el tren está parado en las estaciones realizando el servicio de limpieza a bordo o cambiando algunos procesos de mantenimiento y revisión.
Tarifa flexible
Aunque el ahorro medio previsto es de un 25%, los pasajeros tienen la opción de conseguir billetes más caros o más baratos en función de los servicios que compren. Por ejemplo, los viajeros podrán optar a descuentos adicionales según la recurrencia con la que usen el EVA (a más fiel, más barato), o el tamaño de los grupos, ya que se puede optar por comprar una mesa de seis. Por su parte, Renfe está estudiando poner una tarifa base sencilla y barata y luego dar la oportunidad a los pasajeros de pagar por servicios extra, como elegir el asiento, acceder al coche del silencio, llevar equipaje especial, mascotas o alquilar un coche.
Este sistema de tarifas se impondrá en una primera etapa, siempre y cuando supere el proceso de creación del producto que arranca ahora. En un segundo plazo, Renfe aspira a tener un precio cada vez más predictivo, que le permita poner en marcha una tarifa plana que de acceso ilimitado a todos los servicios. El operador alemán ya tiene un sistema similar.
Nuevas tecnologías
Más allá del precio, Renfe está centrando gran parte de sus esfuerzos en desarrollar nuevas tecnologías que probará en EVA para luego extenderlas por el resto de la red de alta velocidad. El objetivo principal es eliminar el billete en papel e implantar unos sistemas de identificación biométrica, que permita reconocer al pasajero por la cara o la huella dactilar. También quiere desarrollar aplicaciones para el móvil que permitan a los pasajeros ponerse en contacto para compartir coche de El Prat al centro o que facilite información sobre los puntos por los que se está pasando.
Los tres trenes que se usarán para este servicio son de la Serie 102, que actualmente van a Málaga, León, Huesca, Albacete o Valladolid. La idea es invertir unos dos millones en adaptarlos al nuevo producto y que se integren en el corredor Madrid-Barcelona, aumentado la oferta. Los trenes EVA realizarán cinco frecuencias diarias.