La alemana Siemens y la francesa Alstom están a punto de anunciar la fusión de sus unidades ferroviarias. Los consejos de administración de ambas compañías se reúnen a lo largo del día para aprobar la operación, según Bloomberg. De esta manera Siemens rompería las negociaciones que mantenía con el grupo canadiense Bombardier.
El nuevo gigante ferroviario de Europa contaría con una participación mayoritaria de Siemens, mientras el grupo francés se reservaría la designación del consejero delegado de la nueva compañía. El nuevo negocio tendrá su base de operaciones en Francia y estará cotizado en París, según informa la agencia.
La operación cuenta con el respaldo del gobierno francés y alemán. La unión de ambas compañías tiene una fuerte carga política, en un momento en el que ambos países buscan reforzar el eje París-Berlín para avanzar en una mayor integración europea. El beneplácito político es todavía más importante, teniendo en cuenta que el Estado francés cuenta con una participación del 20% en Alstom.
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Desde hace varios años, hay contactos entre los grandes grupos ferroviarios para una mayor concentración. Siemens ha mantenido contactos con la canadiense Bombardier. Todos los movimientos buscan ganar tamaño para competir con la china CRRC, el fabricante de trenes del mundo.
La competencia china
CRRC es un conglomerado de fabricantes regionales de China, que últimamente se está haciendo con las adjudicaciones más importantes a nivel mundial, gracias a la capacidad ilimitada de financiar proyectos con apoyo estatal.
Para Morgan Stanley se va a crear un ganador. "No es habitual que veamos movimientos corporativos en las que ambas compañía ganan con la operación", explica el analista de la firma, Ben Uglow. Los accionistas de Alstom se verán beneficiados por la fusión y Siemens tendrá capacidad para competir mejor contra CRRC.
Las relaciones corporativas entre ambas compañías se habían enturbiado en 2014, cuando Alstom rechazó la oferta de Siemens por su negocio energético, a favor de General Electric.
El nuevo gigante europeo tendrá una facturación de 15.000 millones de euros frente al volumen de negocio de 18.000 millones de la china CRRC. La valoración de la compañía ascendería a 34.000 millones de euros.