Parece que el negocio aeronáutico está en la velocidad supersónica, porque son varias las compañías y organizaciones que están tratando de echar al cielo el próximo avión supersónico que recupere el sueño truncado que supuso el Concorde. Esta vez, el joven innovador británico Tom Johnson firma un nuevo concepto de aeronave, Cygnus, que conectaría Hong Kong y Los Ángeles en solo cuatro horas.
Johnson asegura a través de su página web que "el avión Concorde es una de las máquinas más hermosas jamás creadas, una combinación perfecta de forma y función que fue probablemente el pináculo del diseño de la aviación del siglo XX". Por ello, la premisa de su Cygnus es responder a la pregunta: ¿por qué es tan difícil construir un avión supersónico viable en el siglo XXI?
La propuesta de este proyecto pasa por la configuración de una aeronave para 32 pasajeros que tenga la capacidad de alcanzar velocidades de Mach 3. Este concepto cuenta con alas de geometría variable y motores turbofan de ciclo mixto.
"El diseño de ala abatible permite un despegue y un aterrizaje más lentos, más seguros y silenciosos, y también permitiría que el avión navegara más económicamente a velocidades subsónicas cuando sobre tierra, donde el vuelo supersónico comercial es actualmente ilegal", ha explicado Tom Johnson a Forbes.
El futuro prototipo tendría una longitud de 40 metros de largo y un peso vacío de 25 toneladas. Su construcción requeriría una inversión de 120 millones de dólares y el precio de los billetes comerciales costaría unos 3.400 dólares por pasajero.
Además, Tom Johnson comparte también con el mismo medio que su Cygnus M3 podría construirse teóricamente con la tecnología existente, pero tardaría una década en producir un prototipo viable. "Los principales desafíos de ingeniería de este diseño sería encontrar y desarrollar una planta de energía adecuada -aunque hay dos motores adecuados ya existentes que podrían servir como la base- y lidiar con el calor generado durante el crucero del mach 2.8", explica.