
Año 2023: 250.000 vehículos eléctricos estarán circulando por España. Al menos ese es el objetivo que se ha marcado el Gobierno con la tercera edición del Programa de Incentivos a la Movilidad Eficiente y Sostenible (MOVES), que cuenta con un presupuesto inicial de 400 millones de euros, ampliable hasta los 800 millones si hay demanda.
Por ahora, los conductores siguen prefiriendo las opciones tradicionales como pone de manifiesto el Observatorio RACE de Conductores, iniciativa del Real Automóvil Club de España. Según el estudio, el diésel y la gasolina acaparan más del 45% de la intención de compra, si bien por primera vez esta cifra se sitúa por debajo del 50%. Eso sí, los híbridos, con un 33% y un crecimiento de más de un 8%, encabeza la clasificación. Resalta el parámetro casi plano de la intención de compra del eléctrico, que pasa del 7,3% al 7,5%.
"El proceso de electrificación del transporte y desaparición de los vehículos de combustión tiene apariencia de ser gradual, pero va a experimentar una aceleración exponencial en los próximos años como resultado del impulso de planes de estímulo gubernamental y avances tecnológicos", señala Juan de Dios Sánchez-Roselly, Global CIO Santander Private Banking.
En esta línea, la Federación Europea de Transporte y Medio Ambiente (T&E) recoge que las ventas de este tipo de vehículos en el año 2020 representaron un 10,5% del total, más que triplicando el 3% registrado en el año 2019. No obstante, en diciembre del pasado año únicamente el 1% de los turismos que circulaban por las carreteras europeas eran vehículos eléctricos enchufables.
Entre los motivos más señalados por los españoles para no optar por este tipo de transporte se sitúan la creencia de que mejorarán en el futuro, el precio, la dificultad de encontrar lugares reales de carga y la baja autonomía. Precisamente, este último motivo será el que marque un punto de inflexión para el crecimiento de este sector. "En este aspecto de la mejora de la usabilidad de los coches eléctricos, la cifra mágica consiste en lograr coches que dispongan de 1.000 kilómetros de autonomía sin necesidad de recarga", destaca Juan de Dios Sánchez-Roselly.
Con este objetivo nació en 2019 el proyecto europeo EVC1000 (Componentes de Vehículos Eléctricos para viajes diarios de 1.000 kilómetros) formado por diez empresas cuya meta es la creación de un coche eléctrico tipo SUV (Vehículo Utilitario Deportivo) con un rango de 1.000 kilómetros en una sola carga de 90 minutos. Esta iniciativa se enmarca dentro del programa Horizon 2020, mediante el cual la Unión Europea quiere impulsar el desarrollo y la innovación de la industria europea para que mantenga su competitividad a nivel mundial.
Juan de Dios Sánchez-Roselly: "La cifra mágica consiste en lograr coches que dispongan de 1.000 kilómetros de autonomía sin necesidad de recarga"
De momento, "la industria automotriz china es la que está liderando el avance en las mejoras de autonomía, disponiendo la mayoría de los modelos eléctricos con baterías, presentados en el Salón del Automóvil de Shanghái, de una autonomía superior a los 500 kilómetros en el Nuevo Ciclo de Conducción Europeo. Pero, por primera vez, se han presentado dos modelos con lanzamiento previsto a finales del 2022 que superan los 1.000 kilómetros: el Zhiji L7 y el NIO ET7. Una a una van cayendo las barreras que hacían de los automóviles de combustión la mejor opción en términos de eficiencia energética y coste para el transporte de las personas", explica Juan de Dios Sánchez-Roselly.
Las baterías, un elemento clave
Junto a la autonomía, el coste de las baterías será el otro gran punto de inflexión para el impulso del coche eléctrico. Se considera que este tipo de vehículo será más rentable que el de combustión cuando el precio de la batería de ion de litio sea inferior a los 100 dólares kilovatio-hora (KWh).
Según un estudio de BloombergNEF, el precio medio de las baterías ha caído un 89% en una década, pasando de los 1.100 dólares por kWh en 2010, al récord de 137 dólares en 2020. Eso sí, hay que tener en cuenta las grandes diferencias por sector. Mientras que los autobuses eléctricos comerciales en China se sitúan en los 105 dólares por kWh, el coste de las baterías en híbridos enchufables asciende a los 359 dólares. "La barrera de los 100 dólares se alcanzaría en pocos años según los expertos, momento en el cual el coste desplazará a la sensibilidad por el medio ambiente como principal argumento de compra de los coches eléctricos", apunta el Global CIO de Santander Private Banking.
A este respecto, otro estudio de BloombergNEF para la T&E estima que los costes de producción de los vehículos eléctricos están cayendo de manera exponencial y que, para 2027 como muy tarde, se habrá alcanzado la paridad de precio con los vehículos de combustión. A este respecto, como pone de manifiesto Juan de Dios Sánchez-Roselly, las ayudas no son el principal motor de este cambio hacia la electrificación, "que es la mayor revolución en el mundo del transporte desde que la primera línea de producción de Henry Ford empezó a girar en 1913".
El precio medio de las baterías ha caído un 89% en una década, pasando de los 1.100 dólares por kWh en 2010, al récord de 137 dólares en 2020
En este sentido, muchos observadores del sector creen que ya se ha superado el punto de inflexión en el que las ventas de vehículos eléctricos superarán muy rápidamente a las de los coches de gasolina y diésel. "Antes de que finalice la década es muy probable que muchos fabricantes hayan abandonado por completo la fabricación de coches de combustión", subraya Juan de Dios Sánchez-Roselly.
Y es que el coche de toda la vida está en el punto de mira de las autoridades comunitarias que buscan reducir las emisiones de CO2 para luchar contra el cambio climático. De hecho, para 2025 la Unión Europea planea la implementación de Euro 7, su nueva normativa de emisiones para la homologación de coches y que implica un endurecimiento del límite actual que ya ha llevado a algunos fabricantes a anunciar que paralizan el desarrollo de nuevos motores de combustión.
"El futuro se está acelerando en el mundo de la automoción y los contaminantes humos de la combustión tienen sus días contados. La electrificación no solo nos permitirá reducir la huella de carbono, sino también reducir el coste del transporte y mejorar la autonomía. Estamos asistiendo a la revolución silenciosa del coche eléctrico", concluye Juan de Dios Sánchez-Roselly.